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El BdE pide prepararse para una crisis larga que requerirá ajustes fiscales y reformas
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Por la pandemia del coronavirus

El BdE pide prepararse para una crisis larga que requerirá ajustes fiscales y reformas

El Banco de España considera que hay riesgos de que la crisis provoque una destrucción duradera de tejido productivo y de rentas de los hogares, lo que retrasaría la recuperación

Foto: El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una imagen de archivo. (EFE)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una imagen de archivo. (EFE)

El Ministerio de Economía presentó el pasado viernes, 1 de mayo, su nuevo cuadro macroeconómico, en el que recoge el impacto del coronavirus sobre los indicadores de actividad, empleo y consumo. Según sus previsiones, el PIB se hundirá un 9,2% en el conjunto de 2020, aunque en la segunda mitad del año empezará la recuperación, que será especialmente intensa en 2021, con un crecimiento previsto del 6,8%. Este horizonte de previsiones encaja en el escenario central del Banco de España, sin embargo, la entidad señala que existen riesgos evidentes de que la crisis se prolongue en el tiempo y tenga consecuencias mucho más graves, por lo que pide al Gobierno y también a la Comisión Europea que estén preparados para afrontar esta situación. Así lo señala en su 'Informe de estabilidad financiera', publicado este lunes, en el que analiza los riesgos a los que se enfrenta la economía española.

En concreto, el Banco de España señala que la pandemia podría sufrir un rebrote en las próximas semanas o meses, lo que supondría volver a empezar en la lucha contra el virus. Pero, además, existe un riesgo de que la crisis provoque una destrucción de tejido productivo y de la confianza de los agentes económicos más grave de la que prevé el Gobierno. Esto supondría que la oferta y la demanda no se recuperarían rápidamente con la vuelta a la normalidad, lo que generaría una crisis más larga.

Así lo explica la entidad: "Podrían producirse daños persistentes de la crisis sanitaria sobre la estructura productiva de la economía (por ejemplo, debido a cierres permanentes de empresas) o una reducción persistente de la demanda agregada (si las expectativas de renta permanente de los hogares se vieran deterioradas significativamente), más allá de lo que se considera incluso en los escenarios ilustrativos de referencia más desfavorables".

Podrían producirse daños persistentes sobre la estructura productiva o una reducción persistente de la demanda

En esta situación, sería necesaria una respuesta diferente por parte de las administraciones públicas, ya que el sostenimiento de rentas sería insuficiente. En ese caso, podría ser necesario un programa de reactivación de la demanda. El Banco de España pide a las distintas autoridades que estén preparadas para abordar ese escenario. En especial, pone el foco en Europa, que es quien realmente tiene potencial para poner en marcha un gran plan de reconstrucción económica.

La entidad advierte de que es necesario "reforzar la capacidad de respuesta de las autoridades europeas ante la crisis y las necesidades financieras que podrían surgir a raíz de la misma". De ahí que recomiende que "las medidas aprobadas por las autoridades nacionales y por el BCE deben complementarse con una respuesta europea contundente".

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en rueda de prensa este viernes. (EFE)

Si la crisis económica se mantiene en el tiempo, los países quedarán muy debilitados para poner en marcha la reconstrucción, ya que los niveles de deuda pública se habrán multiplicado. En ese caso, podrían surgir tensiones en los mercados de deuda que compliquen la respuesta individual a la crisis. Lo que está claro, para el Banco de España, es que la reacción de los gobiernos nacionales ha sido la correcta, ya que era "crucial" una "respuesta de las autoridades económicas contundente, rápida y coordinada para mitigar los efectos de la crisis y evitar que sus efectos sean duraderos en el tiempo". Pero, si la crisis perdura, entonces "esta respuesta de política económica debe acomodarse, tanto en su magnitud como en su duración, a los propios efectos económicos de la pandemia".

Cuando finalmente se supere la crisis, España quedará con un nivel de deuda pública del 110% del PIB en el mejor de los casos. Eso supone una gran vulnerabilidad que será necesario corregir con determinación cuando se supere la crisis del coronavirus. "El deterioro económico ocasionado por la pandemia dará lugar a un aumento persistente de la vulnerabilidad de la posición de las finanzas públicas en nuestro país", explica la entidad.

Cuando vuelva la normalidad, debería implementarse un programa de consolidación fiscal y de reformas estructurales

España ya partía de una situación muy vulnerable, alerta la entidad. En primer lugar, porque el déficit estructural se situaba en el entorno del 3%, lo que significa que realmente España no estaba cumpliendo con las reglas europeas, aunque el Gobierno dijese lo contrario. En segundo lugar, porque el incremento de la deuda pública por el coronavirus hará que supere ampliamente el 100% del PIB. Y tercero, porque el envejecimiento de la población provocará una presión permanente sobre el gasto público tanto en sanidad como en pensiones. Estos tres factores unidos "ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las finanzas públicas españolas ante posibles perturbaciones adicionales en la actividad económica, en los costes de financiación o en el sentimiento de los inversores".

Por el momento, la intervención del Banco Central Europeo en los mercados ha conseguido contener el avance de las primas de riesgo, pero eso no significa que el problema esté solucionado. "A medio plazo, cuando la situación vuelva a la normalidad, debería implementarse un programa de consolidación fiscal y de reformas estructurales que reduzca los desequilibrios de la economía y eleve su crecimiento potencial", explica el Banco de España. Esto es, la política fiscal no solo será importante en esta fase de crisis, sino que también tendrá que actuar de forma responsable durante la fase expansiva, algo que no ha ocurrido en los últimos años.

El Ministerio de Economía presentó el pasado viernes, 1 de mayo, su nuevo cuadro macroeconómico, en el que recoge el impacto del coronavirus sobre los indicadores de actividad, empleo y consumo. Según sus previsiones, el PIB se hundirá un 9,2% en el conjunto de 2020, aunque en la segunda mitad del año empezará la recuperación, que será especialmente intensa en 2021, con un crecimiento previsto del 6,8%. Este horizonte de previsiones encaja en el escenario central del Banco de España, sin embargo, la entidad señala que existen riesgos evidentes de que la crisis se prolongue en el tiempo y tenga consecuencias mucho más graves, por lo que pide al Gobierno y también a la Comisión Europea que estén preparados para afrontar esta situación. Así lo señala en su 'Informe de estabilidad financiera', publicado este lunes, en el que analiza los riesgos a los que se enfrenta la economía española.

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