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El hundimiento del PIB superará el 13% si no vuelve la normalidad antes de fin de año
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Previsión del Banco de España

El hundimiento del PIB superará el 13% si no vuelve la normalidad antes de fin de año

España está sufriendo la mayor crisis desde la Guerra Civil, pero su magnitud dependerá de la duración de las restricciones: si se prolongan hasta final de año, el paro superará el 21%

Foto: El centro de Madrid, desierto por el confinamiento. (Efe)
El centro de Madrid, desierto por el confinamiento. (Efe)

La crisis del coronavirus será más profunda que la de Lehman Brothers y alcanzará cotas no vistas desde la Guerra Civil. Los economistas ya dan por descontado ese escenario. La incertidumbre ahora es hasta qué punto llegará el hundimiento de la producción en función de la duración de las restricciones a la movilidad y a la actividad económica. El Banco de España estima que la caída del PIB se situará en el entorno del 13% si no se recupera la normalidad antes de final de año, especialmente si no han podido reabrir con normalidad los bares, restaurantes y la industria del ocio.. Una caída que, por ejemplo, multiplicaría por tres la experimentada en el año 2009 tras la quiebra de Lehman Brothers.

El Banco de España ha actualizado este lunes sus previsiones de crecimiento que no publicó hace unas semanas porque todavía no había datos disponibles sobre la magnitud de la crisis. Con los indicadores ya publicados, la entidad expone tres escenarios diferentes en función del ritmo de recuperación de la actividad económica. Si las restricciones se levantan rápidamente tras el confinamiento, la caída del PIB se quedaría por debajo del 7%. Sin embargo, este escenario es muy remoto a día de hoy, ya que la desescalada que planea el Gobierno será lenta y compleja.

Foto: Una oficina de empleo en Madrid. (EFE)

El segundo escenario que analiza el BdE contempla que las restricciones se hayan levantado por completo en el último trimestre del año, lo que permitiría aprovechar el inicio de la recuperación ya en 2020. En ese caso, la caída del PIB se situaría en el entorno del 9%, una previsión algo más pesimista que la del FMI de hace solo una semana.

Sin embargo, a medida que pasan los días, el escenario que gana fuerza es el de que la normalidad total no llegará antes de final de año. El propio Gobierno ya trabaja en un escenario de prórroga de ayudas económicas hasta diciembre para garantizar la supervivencia de los sectores que no puedan recuperar su actividad habitual, especialmente los de hostelería, restauración y ocio, ya que requieren de aglomeración de clientes.

Este escenario es el más peligroso, ya que supondría una caída del PIB del orden del 13%, según las previsiones del Banco de España. "La epidemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2 comportará consecuencias económicas muy severas, con una contracción del PIB en 2020 que superará con creces la que se produjo en cualquiera de los años de la crisis financiera global", señala el Banco de España en su informe.

En este escenario de restricciones duraderas, la tasa de desempleo ascenderá por encima del 21%, el nivel más alto desde el año 2015. Esto significa que más de un millón y medio de trabajadores se quedarán en el desempleo este año. Y eso sin contar a los afectados por ERTE (Expediente de Regulación de Empleo Temporal), ya que éstos figuran en las estadísticas como ocupados. "Cuanto más se prolongue la crisis, mayor es la probabilidad de que estas compañías que ahora no tienen trabajadores en situación de alta acaben cerrando de forma definitiva", alerta el Banco de España.

La tasa de paro podría superar el 21%, lo que significa que más de un millón y medio de trabajadores se quedarán en desempleo

La prolongación de las restricciones no solo frenará las contrataciones una vez se levante el estado de alarma, sino que generará una incertidumbre que afectará gravemente a la inversión y el consumo. El Banco de España estima que la inversión productiva (bienes de equipo) se desplomará, en el mejor de los casos, un 33% y, en el peor, más de un 57%. Esto significa que, salvo las operaciones realizadas en el primer trimestre antes de la pandemia, casi no habrá inversión este año. Las empresas utilizarán cualquier recurso disponible para sobrevivir. "Por lo que respecta a las empresas, la incertidumbre dificulta la evaluación de los costes y beneficios de los proyectos de inversión, lo que hace disminuir este componente de gasto y retrasar las decisiones de empleo", explica el BdE.

Los hogares también elevarán su nivel de ahorro en la medida de lo posible ante la incertidumbre sobre el futuro de la economía. Como consecuencia, el consumo privado podría llegar a caer hasta un 12% en el escenario de mantenimiento de las restricciones hasta final de año. También se hundirán las importaciones, con una caída que podría superar el 22%, un descenso que en parte estará motivado por el hundimiento del precio del petróleo. Esto permitirá a España mantener una balanza por cuenta corriente positiva a pesar de que las exportaciones puedan sufrir una caída de hasta el 19%.

Foto: Pablo Iglesias, María Jesús Montero y Nadia Calviño durante una rueda de prensa en La Moncloa. (EFE)

La crisis también tendrá un grave impacto sobre las cuentas de las Administraciones Públicas, en especial por el efecto de los estabilizadores automáticos (caída de recaudación por menor actividad y aumento del gasto en protección social). El Banco de España estima que el déficit podría limitarse al 7,2% del PIB si las medidas de confinamiento se levantan rápidamente, pero alcanzará el 11% si se prolongan hasta final de año. En este último escenario, la deuda pública se disparará hasta el 122%, como consecuencia del aumento del déficit y del hundimiento del PIB.

La travesía por el desierto

Si bien la caída de la actividad fue rápida y profunda, la recuperación será lenta y dolorosa. El Banco de España lo advierte con claridad: "Parece improbable que, desde el punto de vista de la actividad económica, el actual período de paralización de una parte significativa de esta vaya seguido de una vuelta rápida y plena a la normalidad, algo que previsiblemente solo pueden proporcionar una vacuna o un nuevo tratamiento antivírico efectivo".

Parece improbable que el actual período de paralización vaya seguido de una vuelta rápida y plena a la normalidad

Aunque en 2021 se producirá un repunte de la actividad por el desconfinamiento, la actividad económica estará lejos de recuperar los niveles de 2019. La única posibilidad de que en 20201 se recupere el nivel de PIB del cierre de 2019 es con un levantamiento rápido de las medidas de restricción de la movilidad y la actividad, un escenario remoto actualmente.

Sin embargo, si las restricciones se mantienen hasta después del verano (escenario en el que está trabajando el Gobierno), será necesario esperar hasta 2022 para recuperar los niveles de actividad de 2019. Y, en cualquier caso, la economía seguirá muy lejos del nivel que habría alcanzado si se hubiese mantenido la senda de crecimiento proyectada antes de la pandemia. En concreto, el PIB será en torno a un 3% inferior. Si se cumplen estas previsiones del Banco de España, se confirmará que España habrá perdido dos años como consecuencia del coronavirus.

La crisis del coronavirus será más profunda que la de Lehman Brothers y alcanzará cotas no vistas desde la Guerra Civil. Los economistas ya dan por descontado ese escenario. La incertidumbre ahora es hasta qué punto llegará el hundimiento de la producción en función de la duración de las restricciones a la movilidad y a la actividad económica. El Banco de España estima que la caída del PIB se situará en el entorno del 13% si no se recupera la normalidad antes de final de año, especialmente si no han podido reabrir con normalidad los bares, restaurantes y la industria del ocio.. Una caída que, por ejemplo, multiplicaría por tres la experimentada en el año 2009 tras la quiebra de Lehman Brothers.

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