Calviño baraja aplazar el cobro de la tasa Google para evitar el choque con Trump
La vicepresidenta ha confirmado que el Consejo de Ministros aprobará este martes las tasas Google y Tobin, y quiere “dar un poco de tiempo para ver cómo avanza el debate”
El Gobierno entra en arenas movedizas internacionales con la aprobación este martes de nuevos impuestos sobre servicios digitales y transacciones financieras, las llamadas tasa Google y Tobin. El ejemplo francés muestra las consecuencias inmediatas: Estados Unidos amenazó con aranceles del 100% sobre productos franceses y París congeló la recaudación de los gravámenes.
Pero la lección francesa ha servido para que el Gobierno calibre bien sus movimientos, y por eso la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha anunciado que el Ejecutivo baraja seguir los pasos de París y aplazar el cobro del gravamen para evitar las reprimendas norteamericanas. “Tendremos y preveremos un sistema similar [al francés] para dar un poco de tiempo para ver cómo avanza el debate en el ámbito internacional”, ha señalado Calviño a su llegada este lunes a un Eurogrupo celebrado en Bruselas.
En el caso francés, el aplazamiento del cobro del impuesto digital se ha llevado hasta final de año: es decir, si se llega a un acuerdo global antes de finales de año, París adaptará su legislación a la del nivel internacional, pero mientras tanto se aplaza el pago hasta finales de 2020. Calviño ha señalado que el sistema español será “similar”.
Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores, que también ha visitado Bruselas este lunes, ha confirmado que el Ejecutivo tiene ideas similares a las francesas. “Puede ser un modelo que nos sirva también a nosotros”, ha asegurado la ministra respecto a la posibilidad de congelar los cobros hasta final de año.
Tanto González Laya como Calviño han llamado a sus homólogos americanos en los últimos días para informarles de la propuesta de estos nuevos impuestos. Eso sí, la ministra de Asuntos Exteriores ha hecho hincapié en que ha sido un ejercicio de “información” como socios leales y “no una negociación”.
La jugada ayuda a cumplir dos objetivos: por un lado, el Gobierno puede cantar este mismo martes victoria ante su electorado, mostrando que están tomando acciones contra los gigantes digitales, y al mismo tiempo el aplazamiento permite salvar los muebles ante las posibles represalias de Estados Unidos.
El debate internacional avanza muy lento, y a nivel europeo todavía se quiere dar algo de tiempo para ver si es posible un pacto en la OCDE. “Estamos trabajando constructivamente sin renunciar a seguir avanzando en el ámbito nacional”, ha señalado la vicepresidenta Calviño al llegar al Eurogrupo que se ha celebrado este lunes en Bruselas. Y ese es el mensaje que quiere mandar: el Gobierno trabaja con una mano en el ámbito internacional y con la otra en el nacional.
El objetivo es alcanzar una armonización a nivel global respecto de los impuestos a los gigantes digitales que facturen más de 750 millones de euros a nivel global y más de un determinado umbral a nivel europeo o nacional. Pero se avanza demasiado lento en esa dirección.
“Estamos absolutamente alineados con las acciones del ámbito comunitario, todos estamos comprometidos con el desarrollo de un marco normativo adecuado y no tiene por qué haber ninguna represalia”, ha asegurado Calviño cuando se le ha preguntado por la posibilidad de una reacción por parte de Estados Unidos.
El Gobierno entra en arenas movedizas internacionales con la aprobación este martes de nuevos impuestos sobre servicios digitales y transacciones financieras, las llamadas tasa Google y Tobin. El ejemplo francés muestra las consecuencias inmediatas: Estados Unidos amenazó con aranceles del 100% sobre productos franceses y París congeló la recaudación de los gravámenes.
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