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El feminismo agrieta el ‘techo de cristal’: el número de directivas se dispara un 43%
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2018 provocó un cambio de tendencia

El feminismo agrieta el ‘techo de cristal’: el número de directivas se dispara un 43%

Hasta el año 2012, apenas un 25% de los directores eran mujeres, hoy son ya un 36%. En total, hay 145.800 directoras de empresa asalariadas, la mayor parte en pequeñas empresas

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El año 2018 fue el del estallido del movimiento feminista en España. Las protestas sociales contra la desigualdad cambiaron el país para siempre y los datos económicos lo corroboran. Las mujeres consiguieron empezar a resquebrajar los techos de cristal que impedían que pudiesen llegar a los puestos más altos en las empresas. El número de mujeres directoras de empresas se disparó un 42,8% en 2018 respecto al año anterior. Estos datos recogen únicamente las personas asalariadas, esto es, excluye a autónomos que sean directores de su propia empresa.

Se trata del mayor incremento en el número de directivas en España de toda la serie histórica de la submuestra de la EPA que publica anualmente el INE. En total, son 43.700 mujeres más en los máximos puestos directivos de las empresas españolas (el dato incluye también filiales y sucursales). El número de hombres directores también aumentó en 2018, como consecuencia del incremento en el número de sociedades, pero lo hizo a un ritmo muy inferior. En concreto, se incrementó un 16,3%, menos de la mitad que en las mujeres.

Foto: Manifestación del 8 de marzo de 2018. (EFE)

Es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer, pero no lo es menos que 2018 marcó un cambio de tendencia por el movimiento feminista. El número de mujeres directivas se situó, tras esta subida, en el 36% del total, el dato más elevado nunca registrado. Hasta 2017, el porcentaje de mujeres directoras había oscilado entre el 25% y el 30%. Finalmente, en 2018, ha cambiado este estancamiento provocado por los techos de cristal.

La mayor parte de las nuevas directoras lo son de pequeñas empresas. Es normal que sea así por tres razones. La primera es simplemente cuestión de números: el tejido empresarial español está compuesto básicamente por pequeñas empresas, de ahí que haya muchos más directores y directoras. La segunda es que la capacidad de cambio de una empresa es superior cuanto menor sea su tamaño. Por último, llegar a los puestos altos en las pequeñas empresas es más fácil, por lo que las generaciones más jóvenes tienen más posibilidades de lograrlo. La formación de las trabajadoras más jóvenes es tan alta, o superior, como la de los hombres de su generación, de ahí que se puedan reducir las diferencias.

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Pero los datos de las empresas medianas y grandes no han sido en absoluto negativos. El número de directoras aumentó en 7.800 personas. Aunque sea una cifra reducida, supone un crecimiento anual del 58%, ya que la base de partida era muy baja: hasta 2017, apenas había 13.500 directoras, al cierre de 2018 eran ya 21.300.

La desigualdad es más intensa en las empresas medianas y grandes. El número de directoras apenas es el 25% del total. Si bien es cierto que es el mayor dato registrado hasta ahora, sigue siendo muy bajo, aunque el cambio de tendencia iniciado en 2018 apunta a una transformación de los equipos directivos también en las grandes compañías.

El reto de la maternidad

La desigualdad entre hombres y mujeres llega a cada generación cuando tiene entre 30 y 35 años de edad. Se trata justo del momento en que las familias optan por tener hijos y la maternidad corta en seco la proyección profesional de las mujeres. De hecho, entre los 25 y los 35 años, hay más mujeres que alcanzan la dirección que hombres: son un 54% del total por un 46% de hombres.

Sin embargo, esta situación se da la vuelta a partir de los 35 años. En ese momento, el porcentaje de mujeres directoras se hunde hasta el 34% y el de los hombres sube al 66%, y la diferencia va aumentando progresivamente hasta llegar a los directivos de más edad. A partir de los 55 años, el 72% de los directores son hombres.

Foto: La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo (Efe)

Otra de las buenas noticias de la EPA es que el principal aumento de mujeres directivas se produjo en el tramo de edad entre 45 y 54 años. Esta es precisamente la edad en la que hay más directivos, ya que se trata del punto en el que la carrera profesional de los trabajadores llega a su pico. El número de directoras en este tramo de edad aumentó un 60% entre las mujeres, mientras que entre los hombres se mantuvo prácticamente estancado, con un avance del 4%.

La progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral con elevados niveles de formación también favorece este proceso. El incremento de la tasa de actividad de las mujeres ha sido muy intenso en las últimas décadas, en especial en los tramos de edad que van desde los 30 a los 40 años. Esto significa que las mujeres ya no abandonan el mercado laboral durante la maternidad. De hecho, actualmente están activas el 85% de las mujeres en este rango de edad, por un 94% de los hombres.

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Este dato es doblemente importante, ya que en esta horquilla de edades es en la que los trabajadores consiguen sus primeros ascensos. Las mujeres que salían del mercado laboral veían cercenada su progresión, y se condenaba el resto de su carrera. Si ahora salen menos mujeres del mercado laboral, eso significa que cada vez serán más las que consigan llegar hasta los puestos directivos.

De esta forma, las mujeres van ganando lentamente un papel más relevante en el mercado laboral. Un avance que responde también al elevado nivel de formación que alcanzan, especialmente entre las generaciones de trabajadoras jóvenes. Solo un ejemplo: los hombres son mayoría en todos los niveles de formación salvo en el de universitarios y posgrado. En concreto, las mujeres son el 52% de los trabajadores con educación superior, mientras que entre los trabajadores analfabetos apenas representan el 34%. De esta forma, la paulatina eliminación de los 'techos de cristal' permitirá que el mercado laboral se estabilice dotando a la mujer de un papel muy relevante.

El año 2018 fue el del estallido del movimiento feminista en España. Las protestas sociales contra la desigualdad cambiaron el país para siempre y los datos económicos lo corroboran. Las mujeres consiguieron empezar a resquebrajar los techos de cristal que impedían que pudiesen llegar a los puestos más altos en las empresas. El número de mujeres directoras de empresas se disparó un 42,8% en 2018 respecto al año anterior. Estos datos recogen únicamente las personas asalariadas, esto es, excluye a autónomos que sean directores de su propia empresa.

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