Así se deteriora la Seguridad Social: menos empleo fijo y a tiempo completo
Los ingresos de la Seguridad Social están agujereados. La calidad del empleo tiene mucho que ver con ello. Menos de la mitad de los cotizantes tiene empleo fijo a tiempo completo
El deterioro de la calidad en el empleo está teniendo efectos negativos sobre las condiciones de trabajo de muchos ocupados. Pero también sobre las cuentas de la Seguridad Social. Un dato lo acredita. Apenas el 48% de los asalariados cotizantes tiene un empleo indefinido a tiempo completo. Es decir, que menos de la mitad de los trabajadores por cuenta ajena tiene un puesto de trabajo estable o con una jornada similar a la ordinaria (39 horas semanales).
En concreto, y según datos de la propia Seguridad Social, únicamente 6,41 millones de asalariados son indefinidos a tiempo completo, mientras que 6,93 millones están empleados a tiempo parcial (aunque su contrato sea de carácter indefinido); son fijos discontinuos (trabajan durante una parte del año); tienen un contrato temporal (a tiempo completo o parcial), o han firmado un contrato de aprendiz, formación o prácticas.
Este mapa laboral, como no puede ser de otra manera, tiene un impacto muy relevante sobre los ingresos de la Seguridad Social en unos momentos especialmente delicados para el sistema público de protección social, que este año finalizará con un déficit equivalente a unos 17.000 millones de euros.
Como acaba de desvelar el Instituto Nacional de Estadística (INE), uno de los factores más importantes en la determinación del salario es el tiempo de trabajo. Y la realidad es que la diferencia salarial entre los trabajadores a tiempo completo y parcial es de 5,1 euros por hora. O lo que es lo mismo, mientras que los trabajadores a tiempo completo cobran, como media, 14,9 euros por hora trabajada, en el caso de los empleados a tiempo parcial, baja hasta los 9,8 euros.
Algo parecido sucede si se comparan los salarios de los trabajadores con contrato temporal y los sueldos que perciben quienes tienen un empleo indefinido. En este caso, la diferencia es, igualmente, significativa. Como sostiene el INE, los trabajadores con contrato de duración determinada tuvieron el año pasado un salario anual de 15.680 euros, inferior en un 31% al salario medio, mientras que para los contratados indefinidos, el salario anual fue de 24.746 euros, superior en un 8,3% al salario medio.
Como se sabe, la base reguladora que sirve para calcular la cuantía de las cotizaciones tiene que ver con el salario, por lo que sueldos más bajos afectan de forma adversa a la Seguridad Social, que funciona con un criterio de reparto. Los activos actuales pagan las pensiones de quienes han abandonado el mercado laboral. Y, por lo tanto, en la medida en que los salarios sean más bajos, también lo son los ingresos de la Seguridad Social.
Asalariados por edades
El problema es mayor si se tiene en cuenta que el empleo de menor calidad se concentra en los más jóvenes. Mientras que apenas el 25% de los asalariados con edades comprendidas entre 16 y 30 años disfruta de un trabajo indefinido a tiempo completo, en el caso de quienes tienen más de 50 años y menos de 65 ese porcentaje alcanza el 52%.
Eso quiere decir que quienes tienen que garantizar el buen funcionamiento del sistema de reparto a medio y largo plazo, los jóvenes, perciben unos salarios significativamente inferiores a la media, como reflejan las estadísticas del INE. Las cotizaciones, hay que recordarlo, suponen el 83% de los recursos totales de la Seguridad Social (el resto son transferencias del Estado o ingresos patrimoniales).
Los datos de la Seguridad Social -excluidos los trabajadores agrarios y del hogar- se refieren solo a los empleados por cuenta ajena. Por lo tanto, no afectan a los autónomos, que suman 3,20 millones de cotizantes. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el régimen de empleados por cuenta propia genera un cuantioso déficit, lo que agrava la situación financiera de la Seguridad Social.
Según el último informe remitido por el Gobierno al Pacto de Toledo, las bases medias de cotización de los trabajadores por cuenta propia se sitúan todavía un 40% por debajo de las que pagan los trabajadores por cuenta ajena, y eso determina el nivel de sus pensiones. Lo relevante es que, en contra de las recomendaciones del Pacto de Toledo, no se está produciendo una convergencia. Al contrario.
Mientras que entre 2005 y 2015 el incremento de la base mínima del régimen de autónomos fue un 14,8%, el incremento del IPC fue del 22,1%. Por el contrario, las bases medias de cotización del régimen general se han incrementado en un 26,4%. Es decir, casi 12 puntos más.
Eso explica que la diferencia entre ingresos y gastos del régimen de autónomos se sitúe actualmente en unos 6.600 millones, y en aumento. Es decir, prácticamente un tercio del déficit del sistema público de protección social. El resto tiene que ver con la estructura salarial y con la baja inflación, que limita los recursos de la Seguridad Social.
El deterioro de la calidad en el empleo está teniendo efectos negativos sobre las condiciones de trabajo de muchos ocupados. Pero también sobre las cuentas de la Seguridad Social. Un dato lo acredita. Apenas el 48% de los asalariados cotizantes tiene un empleo indefinido a tiempo completo. Es decir, que menos de la mitad de los trabajadores por cuenta ajena tiene un puesto de trabajo estable o con una jornada similar a la ordinaria (39 horas semanales).