Montoro afronta un puzle de fechas para encajar los Presupuestos con las elecciones

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no sólo tiene que preocuparse por aflorar más fraude fiscal. Y es que el desarrollo de la principal de las leyes económicas que cada año afronta su Ministerio, los Presupuestos Generales del Estado, está actualmente en el alero por la presumible coincidencia de su aprobación con las elecciones generales. Es más, existen muchas probabilidades de que las cuentas públicas para 2016 no puedan aprobarse a tiempo y sea preciso prorrogar las actualmente en vigor hasta que un nuevo Gobierno acceda a la Moncloa y vuelvan a constituirse las Cámaras.

Fuentes del Ministerio de Hacienda aseguran que no hay actualmente una hoja de ruta definida. "Sí está claro que se empezará el procedimiento, con la remisión del cuadro macroeconómico a Bruselas y la elaboración del techo de gasto antes de verano", subrayan. Después, la presentación de los Presupuestos al Congreso –habitualmente, a finales de septiembre– y el arranque de la tramitación parlamentaria, en una legislatura en la que el PP cuenta con mayoría absoluta, también parecen descontados. Es a partir de ahí cuando los plazos empiezan a ser esquivos para el actual Gobierno.

Según la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, el presidente del Gobierno debe publicar el decreto de convocatoria de elecciones 25 días antes de la expiración del mandato de Congreso y Senado. Ese texto legal señala "la fecha de las elecciones que habrán de celebrarse el día quincuagésimo cuarto posterior a la convocatoria". En tanto los últimos comicios se celebraron el 20 de noviembre, el Ejecutivo debería plantear la cita electoral el 26 de octubre, publicándose la misma en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un día después. Con ese escenario, la fecha tope para acudir a las urnas sería el 20 de diciembre de 2016, con las Cortes de vacaciones semanas antes.

Si tenemos en cuenta que el Congreso dio el visto bueno definitivo a los Presupuestos Generales del Estado para 2015 el pasado 18 de diciembre, Hacienda sólo podría salvar el escollo adelantando de forma notable los plazos de todo el proceso parlamentario, si es que quisiera sacar adelante la norma. Una iniciativa muy improbable, en tanto que también implicaría dejar cerrada para el próximo Gobierno la norma económica de mayor calado. Lo lógico y lo que plantea la mayor parte del entorno popular es que, comoel resto de proyectos están en tramitación parlamentaria, los Presupuestos decaigan antes de su aprobación.

Plataforma electoral

¿Por qué siquiera iniciar el camino entonces? Para empezar, los Presupuestos pueden suponer una excelente plataforma electoral para el PP e incluir las medidas económicas que los populares implementarían. Pero, sobre todo, es que en el Ministerio de Hacienda no tienen hoy claras las intenciones del presidente, Mariano Rajoy, hermético a más no poder y que, aunque ha declarado no verlo "razonable", podría guardar algún as en la manga para retrasar los comicios y capitalizar al máximo posible la incipiente recuperación económica. Nadie en Génova espera unas elecciones en enero, pero nadie se atreve a apostar en contra.

En este sentido, el artículo 68 de la Constitución establece que "las elecciones tendrán lugar entre los treinta y sesenta días desde la terminación del mandato". Un clavo al que agarrarse. Y la propia Ley Orgánica de Régimen Electoral General es esquiva a la hora de precisar en qué fecha empieza a contar el mandato de las Cámaras, si el día de su elecciones, el de su constitución o incluso el de la investidura del presidente. El propio ministro de Justicia, Rafael Catalá, coqueteó con la idea en su primera comparecencia en el Senado. Aunque no hay precedentes de unalegislatura que duremás de cuatro años, Felipe González ya vio cómo unos Presupuestos de su Gobierno decaían en el trámite parlamentario.

Hoy, no hay apenas dudas. Los Presupuestos aprobados para 2015 se prorrogarán y con ellos se hará parte de la travesía de 2016. Las cuentas que se elaboren durante este año, con sus promesas y certezas, dormirán con toda probabilidad el sueño de los justos. Sin embargo, por lo que pueda pasar, en el Ministerio se tiene claro que la tramitación debe llevarse a cabo como si fueran a implementarse. "Claro que vamos a hacer el Presupuesto", exponen con convicción. No queda otra.