¿Fin de la recesión? BBVA y la Caixa apuestan por un PIB positivo en el tercer trimestre

La recesión toca a su fin. Al menos, eso es lo que opina el servicio de estudios del BBVA, que en su último informe de coyuntura da por sentado que en el segundo trimestre de este año la economía española se habrá acercado a su “punto de inflexión”. En esta línea se manifiestan los economistas de la Caixa, que hablan de una paulatina recuperación, “con un segundo trimestre en el que aún se anotaran tasas de crecimiento negativas y una segunda mitad del año con tasas muy moderadas, pero positivas”. La Caixa, en concreto, estima que el PIB avanzará un 0,1% entre julio y septiembre.

O lo que es lo mismo, el PIB ha continuado contrayéndose entre abril y junio, pero es probable que ya en el tercer trimestre España vaya a dejar atrás ocho trimestres consecutivos con caídas del PIB, incluyendo el segundo trimestre de este año. Los economistas del BBVA, en concreto, estiman que el PIB habrá caído este trimestre entre -0,3% y el 0,0%, si bien el informe admite que sus modelos tienden a minimizar la recesión por falta de información sobre el impacto temporal de los recortes del gasto público.

El fin de la recesión, sin embargo, no será una salida en vertical, toda vez que el propio BBVA asegura que “la actividad económica está próxima al estancamiento”. De hecho, sus economistas sostienen que la salida del periodo recesivo durante la segunda parte de este año es coherente con el escenario central de sus previsiones, que sitúa la caída del PIB este año en el 1,4%. El empleo, en todo caso, tardará en llegar, ya que se trata de un indicador retrasado de actividad.

Lo mismo piensa el servicio de estudios de la Caixa, que recuerda un dato estremecedor. Desde que España entró en recesión en el tercer trimestre de 2008 hasta los primeros tres meses de este año, la demanda interna (consumo privado, público e inversiones) se ha contraído en términos reales nada menos que un 14%, “y las perspectivas no parecen demasiado halagüeñas”, asegura. Lo justifica por el hecho de que los procesos de desendeudamiento no se han completado, “y parece difícil que pueda remontar”, asegura. Entre otras cosas porque las empresas están atesorando liquidez (en efectivo y depósitos) para hacer frente a posibles contratiempos. Hay miedo al futuro. 

Su conclusión es que este año, “probablemente”, la demanda interna  “seguirá deprimida”, pero los puntos de apoyo que se están forjando, y que deberían consolidarse los próximos trimestres, “permiten pensar que su recuperación está cerca. Los riesgos vienen asociados a un escenario de estancamiento.

Frenazo en el ajuste fiscal

Las estimaciones del BBVA y de la Caixa no difieren mucho de la que elaboran los 19 institutos de coyuntura que participan en el Panel de Funcas, que prevén que el PIB caerá una décima en el tercer trimestre de este año, mientras que en el cuarto ya se produciría un ligero avance de una décima dando fin a más de dos años de recesión.

El BBVA argumenta que la menor debilidad de la actividad sería resultado de la “esperada desaceleración en el ritmo de ajuste fiscal”. Es decir,  que el hecho de que el Gobierno -con la autorización de Bruselas- haya levantado el pie en el ritmo de ajuste fiscal, favorece la actividad económica. Lo justifica, además, por “la resistencia de la actividad exportadora al entorno recesivo en Europa” y, finalmente, a la “consolidación de la relajación de las tensiones financieras” -el informe está elaborado antes de los movimientos de los últimos días-.

En lo que respecta a la demanda exterior, tanto los indicadores suaves (cartera de exportaciones de la industria), como los duros (ventas exteriores de grandes empresas), confirman la resistencia de los flujos comerciales a pesar del entorno recesivo en Europa

BBVA sostiene que por el lado de la demanda doméstica, las variables disponibles de gasto en consumo de los hogares, (confianza, ventas minoristas y matriculaciones) muestran una menor presión a la baja y, en algún caso, crecimientos durante los primeros compases de este segundo trimestre. Igualmente, la estabilidad de la confianza industrial en el promedio abril-mayo y la solidez de las exportaciones “podrían estar adelantando una evolución algo más favorable de la inversión en maquinaria y equipo”.