El grupo hispano-libio no presenta finalmente el aval para el aeropuerto de Castellón

La exclusividad en las negociaciones de la Generalitat Valenciana con el grupo hispano-libio que presentó una oferta para la compra del aeropuerto de Castellón ha finalizado una vez ha acabado el plazo establecido por el Gobierno valenciano -a las 24.00 horas de este domingo- sin que haya presentado la carta de pago, tal y como adelantó El Confidencial, y según han informado fuentes de la Consejería de Economía.

Así, a partir de estos momentos, queda abierta la vía para que la Generalitat Valenciana pueda negociar cualquier otra oferta que se presente por la infraestructura, según las mismas fuentes. El pasado 6 de marzo el jefe del Consell, Alberto Fabra, había indicado que si la carta de pago no se hacía efectiva durante esa semana, las instalaciones serían gestionadas por el Gobierno valenciano, opción que no se descarta desde la Consejería de Economía.

Por su parte, el presidente de Aerocas, Carlos Fabra, afirmó el pasado jueves que tenía la "certeza moral" de que el grupo hispano-libio iba a presentar la garantía bancaria dentro o fuera del plazo establecido y, en este sentido, señaló que si el martes o el miércoles de esta semana "viene una garantía bancaria por 250 millones de dólares o por el importe del aeropuerto, seguro que ni la Generalitat y Aerocas diremos que no".

Un proyecto abonado al fracaso

Tal y como publicaba este diario, lo cierto es que, aunque las instituciones valencianas sigan insistiendo públicamente en el valor estratégico de esta instalación, en el contexto actual Aerocas se ha convertido en una pesadilla para la Administración autonómica. Además de los 155 millones de euros que ya ha costado el aeropuerto, la Generalitat tendrá que desembolsar a lo largo de este ejercicio otros 16 millones de euros para cubrir gastos financieros, de inversiones y de mantenimiento. Para los próximos años están previstas partidas similares.  

El volumen del gasto comprometido contrasta con la ausencia de ingresos. El aeródromo carece de licencia de vuelo por deficiencias técnicas en su diseño y, por tanto, está en desuso. El único dinero que ha entrado en la caja Aerocas en los últimos meses procede del alquiler de la pista de aterrizaje a un equipo de automovilismo que la empleó durante unos días para poner a prueba un nuevo modelo de coche. La imagen de un vehículo de carreras circulando por el aeródromo causó sorpresa y deterioró aún más la imagen de una infraestructura que se ha convertido en uno de los símbolos de la España del despilfarro. El aeropuerto no sólo es una carga financiera, sino también un enorme foco de escándalos