Es noticia
Las bolsas terminan rotas un año que vivieron muy peligrosamente
  1. Economía
EL IBEX PIERDE UN 13,1%

Las bolsas terminan rotas un año que vivieron muy peligrosamente

Se acabó otro año de números rojos en bolsa en el que el Ibex 35 se ha dejado en el camino un 13,1%, prácticamente un calco

Foto: Las bolsas terminan rotas un año que vivieron muy peligrosamente
Las bolsas terminan rotas un año que vivieron muy peligrosamente

Se acabó otro año de números rojos en bolsa en el que el Ibex 35 se ha dejado en el camino un 13,1%, prácticamente un calco en lo numérico a lo que ocurrió en 2010. Tras doce meses en los que primero Grecia y luego Italia han estado a punto de dinamitar la zona euro, la bolsa española ha salvado hasta cierto punto los muebles con una caída que está entre las menores de los más importantes índices europeos. Lo ha permitido la gran internacionalización de las empresas nacionales, que han conseguido fuera del país lo que no han cosechado dentro de casa.

El año deja en cualquier caso un mal sabor de boca. Los analistas habían apostado por la bolsa en 2011, con ganancias previstas de hasta el 20%. Pero tras un buen comienzo, la dura realidad fue imponiendo su ley y dejando claro a los inversores que el año iba a ser muy difícil. La caída de los beneficios empresariales, los problemas de capital y de solvencia de las entidades financieras, los insoportables subidas de las primas de riesgo de los países mediterráneos y la incapacidad de los líderes políticos para cerrar las grietas de la zona euro han sido  un muro infranqueable para la renta variable.

La peor parte ha sido para el MIB italiano, que ha perdido una cuarta parte de su valor. El propio EuroStoxx 50 cae un 18% y el CAC 40 francés acerca su pérdida al 19%. Y el Dax alemán se deja más de un 15%, en línea con un Ibex que desde que terminó 2006 -el último año completo antes del comienzo de la crisis- ya perdido el 40,3% de su valor.

El mercado de acciones acaba el año roto. Las grandes carteras institucionales están en liquidez, a la espera de una señal para volver al parqué, y el inversor particular ha sido expulsado del mercado por la falta de expectativas y, sobre todo, por unas volatilidades brutales sólo aptas para la operativa de los inversores profesionales.

El cansancio es la tónica en una bolsa que ha vivido momentos dramáticos durante el año. En verano, la caída en picado de Grecia se unió a la falta de acuerdo político en Estados Unidos para elevar el techo de gasto para provocar un minicrash que puso a los mercados en estado de excepción. Hasta se prohibieron las posiciones cortas sobre los valores financieros, medida que en España dura hasta hoy mismo.

Luego sería el turno, en noviembre, de Italia y, por extensión, de España. Las primas de riesgo se dispararon hasta niveles de intervención y obligaron a Alemania y a Francia a sentar las bases de una nueva Europa. Y, sobre todo, abrieron de par en par la espita de la liquidez en el Banco Central Europeo (BCE), que se plegó a prestar al 1% en un plazo de tres años a pesar de las tremendas reticencias de la canciller Angela Merkel, obsesionada por el control de la inflación.

El año también se ha ido con ruido de sables en lo que a la retribución de las empresas se refiere. El anuncio del recorte de dividendo de Telefónica ha puesto de manifiesto que la caja de las empresas no da  para mantener los jugosos pagos de los últimos años. Los inversores creen que muchos dividendos son ficticios y ya han descontado jugosos recortes en 2012.

Ganadores y perdedores

En este escenario casi bélico en los mercados, el año ha dejado un buen número de perdedores y unos pocos, muy pocos ganadores. Entre estos últimos destaca el trío formado por Grifols, Ferrovial y Acciona entre los valores del Ibex 35. En el mercado continuo, mucho más castigado por representar mucho más a la economía española, sólo Unipapel ha conseguido rentabilidades parecidas a las de los anteriores pesos pesados.

Mapfre, BME, Gas Natural, Inditex, Bankinter, Repsol o Abertis también han terminado el año en positivo, aunque las ganancias de dos dígitos no alcanzan en el Ibex a más de una decena de valores. El otro lado de la balanza pesa mucho más. Los números más rojos son para Arcelor, Mediaset y Gamesa, con pérdidas superiores al 40%. Técnicas Reunidas, ACS -el único valor que ha bajado en los cuatro trimestres del año-, Acerinox o Indra también han sido duramente castigados.

En el cuadro de honor también están dos pesos pesadísimos como Santander y Telefónica. El banco que preside Emilio Botín se lleva la peor parte en un sector bancario muy deprimido por la caída del negocio doméstico y las nuevas necesidades de capitalización.

Se acabó otro año de números rojos en bolsa en el que el Ibex 35 se ha dejado en el camino un 13,1%, prácticamente un calco en lo numérico a lo que ocurrió en 2010. Tras doce meses en los que primero Grecia y luego Italia han estado a punto de dinamitar la zona euro, la bolsa española ha salvado hasta cierto punto los muebles con una caída que está entre las menores de los más importantes índices europeos. Lo ha permitido la gran internacionalización de las empresas nacionales, que han conseguido fuera del país lo que no han cosechado dentro de casa.