Salgado asegura que España no tendrá problemas para financiarse en 2011

La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha asegurado que España no tendrá problemas para financiarse en 2011 y que la deuda que es necesario refinanciar es "bastante menor" que los 300.000 millones que apuntan algunos organismos internacionales.

Salgado apuntó, en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, que la refinanciación de la deuda prevista en 2011 no generará "mayor problema", dado que se trata de amortizar deuda que se está pagando a unos intereses más altos para sustituirla por otra con intereses menores. Así, dijo que la media actual de los intereses de la deuda se sitúa en el 3,6%.

La ministra reiteró, además, que España no va a necesitar rescate, como así lo han reconocido, según Salgado, tanto los líderes europeos como la propia agencia de calificación Moody's, a pesar de advertir sobre la posible rebaja de la calificación del 'rating' de España.

La titular de Economía admitió que 2011 va a ser todavía un año "difícil" por la "austeridad" de las cuentas públicas, pero señaló que la "recuperación incipiente" del PIB va a ir "tomando impulso" a lo largo del año. "Así que alguna alegría en el futuro inmediato podríamos tener", destacó.

En cuanto a los impuestos, Salgado descartó que el Gobierno contemple subir algún tributo más, y añadió que el IVA se acaba de incrementar. "Si con este IVA podemos financiar nuestros servicios públicos, dejémoslo de momento como está", reiteró la ministra, tras afirmar que el Ejecutivo no cuenta con "más margen" para reducir impuestos si se quieren cumplir los objetivos de déficit.

Salgado, que confió en que hoy se levante el veto del Senado a los Presupuestos de 2011, ya que, de lo contrario, sería una "tremenda irresponsabilidad", descartó también que el Ejecutivo contemple nuevos recortes para reconducir el déficit.

Sobre el papel de las agencias de calificación, admitió que en Europa existe un debate acerca del papel que desempeñan, pero señaló que los inversores exigen calificaciones independientes y, "mientras no exista otra cosa", los países necesitan que estas agencias les pongan buena nota.