La banca trasladará a los clientes la nueva tasa que les impondrá la UE

El acuerdo alcanzado ayer por la Unión Europea para imponer una tasa general a la actividad bancaria ha caído como una bomba en el sector financiero español. Las reacciones principales de bancos y cajas son tres: consideran injusto este nuevo impuesto a su actividad si se trata, como parece, de una tasa indiscriminada; recuerdan que en España ya existe una tasa parecida que es la aportación al Fondo de Garantía de Depósitos; y aseguran que trasladarán este nuevo coste a los clientes en forma de mayores comisiones o diferenciales en los préstamos (o menor retribución del ahorro).

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anunció ayer el nuevo impuesto en la rueda de prensa final de la cumbre de la UE celebrada en Bruselas. "Hemos llegado a un acuerdo sobre el principio de una tasa a la banca, que contribuirá a un reparto equitativo del coste de la crisis financiera y a una mayor estabilidad del sistema", explicó el dirigente comunitario. El texto del acuerdo señala que "se deben introducir mecanismos de retención fiscal y tasas para las instituciones financieras".

La primera de las críticas de la banca española fue expresada ayer en Santander por el presidente de la AEB, Miguel Martín: "Estoy a favor de una tasa que paguen las entidades que han pedido fondos públicos, porque es inadmisible que los ciudadanos tengan que pagar los platos rotos por algunas entidades". Sin embargo, se opuso frontalmente a "una tasa que tengan que pagar también los que no han roto ningún plato".

Ningún banco español ha recibido fondos públicos en lo que llevamos de crisis, aunque no así las cajas en proceso de reestructuración, que obtendrán 12.000 millones en total del FROB según el Banco de España. Según esta lógica, las entidades que reciban este dinero para sus fusiones o en caso de intervención (Cajasur) serían las que deberían pagar esta tasa, aunque Martín admitió que el tipo de interés del FROB (7,75% el primer año y 0,15 puntos más cada año en los siguientes) es ya de por sí suficiente impuesto.

Las cajas tampoco entienden este impuesto: "Eso debería aplicarse a los países que no han hecho los deberes, pero aquí sí los hemos hecho. Además, la normativa de provisiones es mucho más dura en España que en resto de países europeos", señaló el miércoles el director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, también en los cursos de la APIE en la Menéndez Pelayo.

Pagar dos veces por lo mismo

La segunda crítica, la de que aquí ya existe el Fondo de Garantía de Depósitos, también es compartida por bancos y cajas: "Si la idea es cobrar una tasa para crear un fondo con el que hacer frente a crisis futuras, eso es exactamente cómo funciona aquí el FGD, así que no tiene sentido cobrar dos veces por lo mismo", sostienen en una entidad mediana.

Sin embargo, no parece que estas críticas vayan a ser escuchadas a tenor del entusiasmo mostrado ayer por los líderes europeos. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy manifestaron ayer su rotundo apoyo a esta medida para que las entidades contribuyan a financiar futuras crisis y para responsabilizar a aquellos que "originaron" la crisis actual. Como no podía ser de otra forma, la ministra Elena Salgado se unió a este entusiasmo. De hecho, la UE propondrá al G20 que la tasa se implante en todo el mundo.

El contribuyente pagará la tasa

Si, como parece, al final sale adelante una tasa que no discrimine entre países o entre las entidades que han recibido ayudas y las que no, el sector lo tiene claro: la repercutirán a los clientes. "No va a haber más remedio, en un entorno de caída de márgenes y mayores provisiones, el sector no puede permitirse absorber en sus resultados un nuevo coste como este impuesto", señalan en otra entidad nacional.

El presidente de Mapfre, José Manuel Martínez, coincidió con este argumento ayer también en Santander: "La tasa bancaria sería una medida cortoplacista. A corto plazo puede ser conveniente porque los Estados están necesitados de impuestos, pero a la larga lo vamos a pagar todos". "Si los bancos tienen que pagarla, subirán el coste de mantenimiento de los depósitos u otro concepto parecido", añadió.

Con lo cual, dado que prácticamente el 100% de la población española está bancarizada, este impuesto se impondría realmente sobre el conjunto de la ciudadanía. Y vendría a sumarse a las inminentes subidas del IVA y de la luz, así como a la del tipo de las plusvalías que entró en vigor a principios de año y a los nuevos impuestos que el Ejecutivo piensa introducir en 2011.