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El deportista a seguir | El rival de Alcaraz que abandonó el béisbol para aprender de Federer
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | El rival de Alcaraz que abandonó el béisbol para aprender de Federer

Un joven japonés, de la misma generación que el tenista español, consiguió dar el salto al profesionalismo para tratar de hacer historia para su país siguiendo los pasos de Federer

Foto: Shintaro Mochizuki, tras ganar Wimbledon júnior. (Reuters/Hannah McKay)
Shintaro Mochizuki, tras ganar Wimbledon júnior. (Reuters/Hannah McKay)

En los últimos años, el tenis japonés ha vivido un crecimiento importante que le ha permitido romper todo tipo de barreras históricas. Hace tan solo unas décadas, encontrarse a un jugador nipón -o, incluso, asiático- entre los mejores del mundo era una verdadera utopía. De hecho, la mejor clasificación de todos los tiempos en la ATP era para Shuzo Matsuoka que, en 1992, llegó a ser 46º del ránking. Pero, ahora, todo ha cambiado... y un joven sueña con hacer historia.

En las últimas décadas, el tenis japonés ha irrumpido con fuerza. El jugador más destacado es Kei Nishikori, que llegó a ser número 4 del mundo y levantó un total de 12 títulos, llegando a ser finalista del US Open y medalla de bronce en los Juegos Olímpicos Río, quitándosela a Rafa Nadal. Otros han seguido su camino -aunque a distancia- con títulos en la ATP como Taro Daniel (1), Yuichi Sugita (1) o el mejor jugador japonés actual, Yoshihito Nishioka, en el 24º puesto del ránking (2).

Foto: Viktor Gyokeres celebra un gol con Sporting. (EFE/EPA/Rodrigo Antunes)

Mención aparte se merece Naomi Osaka, posiblemente una de las mejores deportistas japonesas, que llegó a ser número 1 de la WTA y, hasta la fecha, ha levantado cuatro Grand Slam. Ahora, un joven que comparte generación Carlos Alcaraz y al que llegó a ganar en la final del Torneo de Maestros Júnior, por fin ha dado el salto a profesionales y, aunque le está costando más de lo esperado, empieza a demostrar que tiene moldes para poder triunfar.

Fue hace solo unos meses cuando Shintaro Mochizuki se dio a conocer. Pese a ser uno de los mejores jugadores del mundo en categoría júnior, intratable y muy difícil de batir, el salto al más alto nivel se le atragantó de manera importante. De hecho, había perdido sus primeros once partidos en la ATP... hasta que llegó su explosión en casa. Así, en el pasado mes de octubre, en el Torneo de Tokio, estuvo a punto de meterse a la final pese a jugar con una Wild Car.

Su primera victoria en la ATP fue ante el argentino Tomás Martín Etcheverry y llegó la locura. En segunda ronda se medía a Taylor Fritz, principal favorito al título, y el partido comenzó con un rosco para el norteamericano. Pero Mochizuki reaccionó, para dar la vuelta al choque, y lograr la mejor victoria de su carrera. En cuartos, también derrotaba al australiano Alexei Popyrin, cayendo eliminado en semifinales ante el ruso Aslán Karatsev. Pero Mochizuki había hecho historia.

Las tres victorias logradas le servían para recordar por qué estaba considerado como la gran estrella en ciernes de su país. Ahora, a sus 20 años, su principal objetivo es meterse entre los cien mejores jugadores del mundo lo antes posibles y, por qué no, recordar su mejor tenis cuando solo era un jugador júnior para tratar de emular a Osaka y conseguir lo que nunca ha hecho un tenista masculino japonés: ser número uno del mundo y levantar un Grand Slam.

La hora de triunfar

Desde que solo tenía un año, Mochizuki mostró su pasión por el deporte, donde la raqueta y el bate de béisbol eran dos elementos básicos de niñez. Compaginó ambos deportes hasta que, siendo un adolescente, se dio cuenta de que tenía que decantarse por uno de ellos. Fue así como apostó por el tenis y no se equivocaba: en 2017, se convertía en campeón de la Copa de Maestros júnior, derrotando en la final a Carlos Alcaraz. Dos años después, hacía historia para Japón.

Sería en 2019 cuando se convertía en el primer jugador nipón en ser número uno del mundo y ganar un Grand Slam, Wimbledon, en categoría júnior, ante el también español Carlos Gimeno. De hecho, el triunfo en All England Club llevó a que Roger Federer se fijara en él y le pidiera que fuera su asistente en las ATP Finals, donde entrenó con él varios días e, incluso, le corrigió varios elementos de su tenis con la intención de ayudarle a mejorar. Y Mochizuki no dudó en coger los consejos.

"Federer es mi héroe. En las ATP Finals, estuve como asistente en los entrenamientos y pude pelotear con él. Fue un sueño. Hace todo parecer sencillo, se relaja cuando juega. Mucha gente compite con potencia y emociones, pero él conecta los golpes con tanta sencillez... Me enseñó que, si tienes la opción de jugar torneos más grandes, vaya a por ello", confesaba. Ahora, Mochizuki quiere seguir rompiendo barreras y lo quiere lograr siguiendo las enseñanzas de Federer.

En los últimos años, el tenis japonés ha vivido un crecimiento importante que le ha permitido romper todo tipo de barreras históricas. Hace tan solo unas décadas, encontrarse a un jugador nipón -o, incluso, asiático- entre los mejores del mundo era una verdadera utopía. De hecho, la mejor clasificación de todos los tiempos en la ATP era para Shuzo Matsuoka que, en 1992, llegó a ser 46º del ránking. Pero, ahora, todo ha cambiado... y un joven sueña con hacer historia.

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