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Naomi Osaka, la reina del tenis que desnuda las patologías mentales de las estrellas
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Naomi Osaka, la reina del tenis que desnuda las patologías mentales de las estrellas

El abandono de Roland Garros por parte de la atleta mejor pagada del mundo (que se negó a hacer ruedas de prensa durante el torneo) vuelve a poner de manifiesto el estigma de la salud mental

Foto: Osaka celebra su primera (y única) victoria en el torneo.
Osaka celebra su primera (y única) victoria en el torneo.

La habían amenazado de expulsión por no acudir a la rueda de prensa tras su primera (y a la postre única) victoria en Roland Garros, pero finalmente Naomi Osaka decidió abandonar el torneo ella misma, “para que todo el mundo pueda centrarse de nuevo en el tenis que se está jugando en París”. La atleta mejor pagada del mundo, abanderada de diversas causas sociales y dueña de varias empresas, admite haber sufrido varios episodios de depresión desde 2018 y asegura que las constantes ruedas de prensa le hacen daño.

La deportista de 23 años a la que hace solo dos semanas el 'New York Times' calificaba de “portavoz favorita de todo el mundo” ha decidido abrir una lucha con el circuito tenístico y reconocer problemas de salud mental que, según varios especialistas consultados, son mucho más frecuentes de lo que podría parecer.

placeholder Naomi Osaka, en el Open de Italia, este mes de mayo. (Reuters)
Naomi Osaka, en el Open de Italia, este mes de mayo. (Reuters)

“Hay un porcentaje considerable de deportistas profesionales con patologías mentales”, señala a este periódico Chema Buceta, profesor de Psicología y entrenador de baloncesto; “no hay más que recordar el caso de Michael Phelps”. “El desgaste de la competición y las exigencias de su papel en la sociedad van minando sus fuerzas hasta que salta la patología. En la mayoría de los casos no son patologías limitantes; en otros sí. Pero hay una gran incomprensión hacia ese sufrimiento continuo, esa lucha permanente consigo mismo para mejorar, la presión, las expectativas… Y repercute tanto en su rendimiento como en su salud”.

Juan Carlos Campillo, “entrenador mental” que asesora al Sevilla de Julen Lopetegui y varios equipos internacionales, incide en la relación entre el ascenso “fulgurante” de un deportista (como es el caso de Osaka, número dos del mundo) y ataques de pánico, ansiedad o depresión. “Un deportista con un ascenso fulgurante”, explica, “puede necesitar tiempo para procesar los cambios y emociones que forman parte de su nueva vida, y eso no es nada fácil, con la fama, dinero, imagen, etc. Los deportistas son ante todo personas y padecen los mismos problemas que el resto de la sociedad. No es fácil gestionarlo, porque hay mucha presión y muchos intereses alrededor. La depresión es algo más severo y precisamente quien tiene episodios de ese tipo necesita más ayuda especializada, entendimiento y un trato más sensible”.

Naomi Osaka es la tenista omnipresente: tiene acuerdos con empresas de sonido como Beats e indumentaria como Nike, Levi’s o Adeam. Esta primavera anunció que sería la CEO de una compañía propia de productos dermatológicos, Kinlò. Según, 'Forbes', en 2019 y 2020 ganó 37,4 millones de dólares (unos 35 millones de euros) en patrocinios y premios, récord histórico anual de una mujer deportista. Durante el confinamiento del año pasado, se convirtió en una líder en la lucha contra la injusticia racial en los Estados Unidos. Su decisión de dejar Roland Garros después de un solo partido y no obedecer el mandato de las ruedas de prensa pospartido por achaques psicológicos abre una brecha inesperada en el circuito, dada su tremenda influencia.

Los cuatro Grand Slams (Roland Garros, Australia, Estados Unidos y Wimbledon) cerraron filas para amenazarla con una posible suspensión de futuros campeonatos si no asumía la obligación de atender las ruedas de prensa (como todas sus rivales y el cuadro masculino). “Existen reglas para garantizar que todos los jugadores sean tratados exactamente igual”, afirmó el torneo parisino en un comunicado. "Como deporte, no hay nada más importante que asegurarse de que ningún jugador tenga una ventaja injusta sobre otro”. A fecha de hoy, sin embargo, existen pocos indicios de que la japonesa esté dispuesta a retractarse: el encuentro constante con los periodistas es perjudicial para su salud mental. “La ira es una falta de comprensión. El cambio incomoda a la gente”, tuiteó la tenista tras enterarse de su sanción de 15.000 euros por faltar al primero. Tras su abandono del torneo, los directores de los cuatro 'grandes' le han ofrecido su apoyo y asistencia.

"Ir al psicólogo tiene que ser como ir al traumatólogo"

“Creemos que la depresión solo se asocia al fracaso”, razona la psicóloga deportiva Lorena Cos, “pero no es así, también está asociada al éxito. No siempre se les prepara para enfrentarse a lo que significa ser deportista de élite. A gestionar cuando las cosas van mal, pero también a ser la número 1 y que todo el mundo esté pendiente de ti. Algunos deportistas entran en un bucle en el que acaban siendo lo que los demás esperan de ellos, y eso hay que trabajarlo. Que lo expresen referentes deportivos está ayudando a tomar consciencia de la importancia que tiene [...]. Ir al psicólogo tiene que ser como ir al traumatólogo. Se necesita de ambas cosas para rendir, y hasta que no lo valoremos todos como es debido seguiremos encontrando deportistas que sufren en silencio por miedo a ser juzgados o etiquetados”.

“El bienestar psicológico de los deportistas se da por hecho”, coincide Óscar del Río, psicólogo de la Federación Española de Golf. “Parece que no pueden tener estos trastornos y, en cambio, de la parcela física se habla mucho. Cada vez se cuida más el aspecto mental en los equipos, pero sigue relegado a un segundo plano, y bajo mi punto de vista no tienen que ser ni más ni menos que el físico, sino estar al mismo nivel. Y no solo enfocado al alto rendimiento, sino al bienestar psicológico de los deportistas, para prevenir estos casos. En la NBA, desde hace un par de años, es obligatorio que haya un especialista en psicología clínica que vele por el bienestar de los deportistas. Sobre todo para prevenir, no solo para curar un episodio cuando aparece. Eso es lo ideal”.

Aunque líderes del circuito como Rafa Nadal, Novak Djokovic, Ashleigh Barty o Iga Swiatek han reafirmado la necesidad o conveniencia de hablar con la prensa (“Sin la prensa, sin la gente que suele viajar y escribir nuestros logros, probablemente no seríamos los deportistas que somos hoy”, dijo Nadal, “entendiendo” los motivos de Osaka), otras voces destacadas refrendan la actitud disruptiva de Osaka, el rostro actual del tenis femenino. Entre ellas el baloncestista Stephen Curry, la diputada estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez, el excampeón mundial de Fórmula Uno Nico Rosberg, las tenistas Coco Gauff y Victoria Azarenka, la atleta británica Dina Asher-Smith o el capitán estadounidense de la Copa Davis, Mardy Fish, que sufrió problemas de ansiedad durante su carrera: "La salud mental es algo que no se puede criticar. No se puede bromear con ello. Por favor, tomaos la salud mental como algo serio. Sin el apoyo que tuve yo no estaría aquí. Estoy aquí para ti, Naomi Osaka". Entre las críticas más despiadadas destaca la del extenista australiano Sam Groth, según el cual el boicot de la japonesa a la prensa es “una bofetada en la cara” al deporte: “Esquivar a los periodistas mientras sigues activa en redes sociales es una hipocresía”.

La WTA (Asociación Femenina de Tenis) intenta atajar una crisis que puede crear un precedente peligroso para el futuro. Billie Jean King, el icono que ganó 39 títulos de Grand Slam en las décadas de 1970 y 1980, ha reconocido estar “dividida” por el asunto: “Admiro y respeto plenamente lo que está haciendo Naomi con su plataforma [...]. Si bien es importante que todos tengan derecho a decir su verdad, siempre he creído que, como atletas profesionales, tenemos la responsabilidad de ponernos a disposición de los medios”.

Late en segundo plano bajo esta crisis la evolución del papel que juegan los medios de comunicación en el deporte de masas como altavoz de los éxitos y fracasos y como herramienta de conexión entre deportistas y aficionados en una época de auge bestial de las redes sociales. (Osaka es una activa usuaria de Twitter e Instagram y expresa su filosofía de vida por esos canales). Según Chema Buceta, “un factor importante en estos problemas psicológicos es la sobreexposición a los medios. Se abusa mucho de las declaraciones”. Hay, dice el psicólogo, una diferencia importante entre el tenis y el fútbol, por ejemplo: “En el tenis las ruedas de prensa después de cada partido son obligatorias, algo que no sucede en el fútbol, donde habla el entrenador y como mucho un jugador. Y unos lo manejan bien y otros no… El de Osaka no es un caso excepcional ni mucho menos”.

Foto: Rueda de prensa del Atlético de Madrid. (EFE)

Campillo recuerda que un deportista, a pesar de su imagen pública, “no es una máquina que puede con todo”. “Habría”, afirma, “que cuidar más la salud mental en el deporte desde dos planos: el primero desde el rendimiento, pues trabajándola le ayudaría a rendir más, y el segundo desde la óptica de temas contractuales y de imagen pública, donde el deportista tiene la obligación (pero también la responsabilidad) de atender a los medios y al público, que son los que a la vez le dan visibilidad a sus logros y hazañas; si no se encuentra con fuerzas o ánimo para hacerlo en un momento puntual, debería buscar ayuda de especialistas”.

El hecho de que Osaka tenga nacionalidad japonesa (fue la primera jugadora asiática en ocupar el número 1 mundial) tiene, según Campillo, especial valor: “En su caso el mérito es mayor porque en Japón esos son temas que no se expresan, más bien son una debilidad. Lo vivo desde hace varios años trabajando con deportistas de Japón: está mal visto. Por eso hay que pensar que, o ha sido muy valiente, o ya no podía más… O quizás las dos cosas”.

placeholder Naomi Osaka, el pasado 6 de mayo, recibe el premio Laureus 2021 en una gala virtual que se celebra en Sevilla. (EFE)
Naomi Osaka, el pasado 6 de mayo, recibe el premio Laureus 2021 en una gala virtual que se celebra en Sevilla. (EFE)

Como colofón, Buceta añade otra causa coadyuvante: la soledad. “La soledad que da el éxito es un factor de riesgo. Tienen siempre muchas personas a su alrededor, ¿pero quién les comprende? ¿Quién entiende lo que es estar en su posición?”.

La mentalidad algo zen de Osaka, siempre protegida del exterior por unos auriculares, su autoridad dentro y fuera de la pista, parecen acercarla al escalón privilegiado que ocupa Serena Williams como referente del circuito. Su abandono del torneo marca de forma indeleble este Roland Garros (como mínimo). Como también sus palabras iniciales: “No voy a hacer ninguna rueda de prensa durante Roland Garros. He pensado muchas veces que la gente no tiene consideración con nuestra salud mental. He visto muchos vídeos de deportistas viniéndose abajo en una sala de prensa tras perder un partido, algo que también me ha pasado a mí. Eso es como rematar a una persona que se ha caído, y no entiendo las razones que hay detrás de ello. A menudo, se hacen preguntas que llenan de dudas nuestras mentes, y simplemente no voy a someterme a personas que dudan de mí”.

La habían amenazado de expulsión por no acudir a la rueda de prensa tras su primera (y a la postre única) victoria en Roland Garros, pero finalmente Naomi Osaka decidió abandonar el torneo ella misma, “para que todo el mundo pueda centrarse de nuevo en el tenis que se está jugando en París”. La atleta mejor pagada del mundo, abanderada de diversas causas sociales y dueña de varias empresas, admite haber sufrido varios episodios de depresión desde 2018 y asegura que las constantes ruedas de prensa le hacen daño.

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