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"¡Más arriba!": cuando la voracidad de Alcaraz no le permite disfrutar de un rosco en los octavos
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EL ESPAÑOL SE MEDIRÁ AHORA A ZVEREV

"¡Más arriba!": cuando la voracidad de Alcaraz no le permite disfrutar de un rosco en los octavos

El español firmó un partido muy completo ante el serbio, aunque se autorrecriminó algunos fallos cometidos en pista que sabe que debe de corregir para poder pelear por todo

Foto: Alcaraz celebra su victoria ante Kecmanovic. (EFE/EPA/Joel Carrett)
Alcaraz celebra su victoria ante Kecmanovic. (EFE/EPA/Joel Carrett)

Carlos Alcaraz tiene motivos para ser feliz. El tenista español firmó ante Miomir Kecmanovic uno de los mejores partidos en los que va de Open de Australia, no dando opciones a su peligroso rival en ninguno de los tres sets y, lo que es más importante, cerrando el partido con un rosco que no es más que un mensaje a todos sus rivales. Pero una acción llamó la atención durante el partido, que no es más que la confirmación de las ganas del español por ser perfecto.

Ante Kecmanovic, Alcaraz sabía que tenía una prueba de fuego. El serbio es uno de esos jugadores duros, rocosos y que, además, tiene una gran técnica. Por esa razón, para el español era importante tratar de dominar el partido para imponer su estilo, sin dar oportunidades a la rebelión del balcánico. De hecho, es de ese tipo de jugadores que se puede crecer durante los partidos si su juego funciona bien. Pero Alcaraz fue capaz de apagar cada conato de incendio de su rival.

Foto: Alcaraz celebra un punto ante Kecmanovic. (Reuters/Issei Kato)

En los dos primeros sets, Alcaraz supo golpear cada vez que encontrar un resquicio en el juego de su rival para poner el partido a su favor. Para ello, supo aprovechar a la perfección la brillantez que está teniendo desde el fondo de la pista en este Open de Australia y, sobre todo, la impresionante mejora con su saque. Está firmando unos primeros servicios de mucho nivel pero, además, es el mejor jugador del torneo con segundos, con un 70% de acierto. Casi nada.

Sin embargo, una jugada confirmó el hambre que tiene Alcaraz por ser el mejor. El español tenía maniatado a su rival y estaba jugando a un nivel impresionante, habiéndose sacado hasta ese momento más de 25 golpes ganadores -terminarían siendo 43-. Acababa de comenzar el segundo y, tras salvar una situación complicada con su servicio, en un largo rally con 2-2, terminaría estrellando un revés en carrera contra la red. ¿Un fallo sin más? Ni mucho menos para el español.

"¡Más arriba!", gritó Alcaraz, enfadado consigo mismo. Y es que, en estos primeros partidos de año, el español es consciente de que el revés no le está funcionando tan bien como otros elementos, por lo que está tratando de buscar soluciones sobre la marcha. De hecho, sabe que está a solo tres partidos para ser campeón en Melbourne pero, si quiere serlo, necesita ser perfecto y no tener dudas con uno de sus registros. De ahí su enfado. Sobre todo, por saber lo que tenía que hacer.

"Soy una persona muy exigente. Para estar siempre ahí, uno debe exigirse y hacerlo mejor", explicaba Alcaraz. Por esa razón, en lo que parecía un simple error no forzado, el español mostró su furia: su cabeza sabe cómo corregir el fallo, pero los automatismos le hacen cometerlo. Y, pese al gran momento de forma que estaba firmando y a su descomunal superioridad ante un rival complicado, al que le terminó endosando un rosco, el error contra la red le demostró que puede seguir mejorando.

El cansancio de Zverev

Ahora, su rival en cuartos de final será el siempre peligroso Alexander Zverev, un tenista que le tiene cogida la medida al español, al que ha ganado en cuatro de los siete enfrentamientos que han tenido hasta la fecha. Sin embargo, el alemán considera que Alcaraz llega mucho más en forma al partido que él, debido especialmente a que ha tenido que jugar ya dos partidos a cinco sets, ambos muy exigentes y sufridos prácticamente hasta el último punto de juego.

Por esa razón, Zverev cree que Alcaraz parte con un punto de ventaja en el encuentro de este miércoles, por lo que, entre risas, no dudó en dar la receta para derrotarle: "Meter más aces, hacer menos dobles más faltas, lograr más ganadores y cometer menos errores no forzados que él. Eso debería ayudar, ¿no?", afirmó el alemán. En cuartos, uno de los grandes partidos que se pueden ver en el tenis actual, con un Alcaraz en modo imparable que quiere seguir haciendo historia.

Carlos Alcaraz tiene motivos para ser feliz. El tenista español firmó ante Miomir Kecmanovic uno de los mejores partidos en los que va de Open de Australia, no dando opciones a su peligroso rival en ninguno de los tres sets y, lo que es más importante, cerrando el partido con un rosco que no es más que un mensaje a todos sus rivales. Pero una acción llamó la atención durante el partido, que no es más que la confirmación de las ganas del español por ser perfecto.

Open de Australia Carlos Alcaraz
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