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Alcaraz hace un ejercicio de supervivencia, se da una dosis de moral y se permite soñar en Turín
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VICTORIA ANTE RUBLEV POR 7-5 Y 6-2

Alcaraz hace un ejercicio de supervivencia, se da una dosis de moral y se permite soñar en Turín

El tenista español consiguió una importante victoria ante Andrey Rublev que le permite seguir con vida en las ATP Finals y soñar con meterse en semis del Torneo de Maestros

Foto: Alcaraz celebra un punto ante Rublev. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)
Alcaraz celebra un punto ante Rublev. (Reuters/Guglielmo Mangiapane)

Carlos Alcaraz vuelve a sonreír. El tenista español retomó la senda de la victoria ante Andrey Rublev (7-5 y 6-2), lo que le permite seguir más vivo que nunca en las ATP Finals. Después del tropiezo inicial ante Alexander Zverev, su contundente victoria ante el ruso le permite afrontar el transcendental compromiso ante Daniil Medvedev en disposición de meterse en las semifinales del Torneo de Maestros. Y lo hace con esa sonrisa en la cara que se le ha resistido en este tramo final de curso.

El español es uno de esos jugadores que necesitan ser felices para mostrar su mejor versión en pista y es algo que no le sucede a Alcaraz desde hace meses. De hecho, ha reconocido en más de una ocasión que la temporada se le está haciendo larga, lo que se le está notando física y mentalmente. El número dos del mundo no termina de encontrar su juego, especialmente por agotamiento, pero este miércoles volvió a recordar su mejor versión para seguir con vida en Turín.

Ante Rublev, de nuevo, mostró algunas dudas desde el fondo de la pista, precisamente una de sus grandes fortalezas. Más temeroso del fallo que de encontrar el ganador que le hiciera mandar en los juegos, Alcaraz trató de aferrarse al partido con el objetivo de regalar menos puntos que en sus últimos enfrentamientos. Y así fue, ofreciendo una mejor versión y, especialmente, la imagen de un jugador que no está dispuesto a rendirse y que peleará por meterse en semifinales.

El partido no era nada sencillo, pues los dos jugadores llegaban con la necesidad de ganar para continuar en el torneo. Pero Alcaraz aprendió la lección que tanto daño le hizo ante Zverev: la necesidad de ser mucho más solvente con el saque y, especialmente, aprovechar mucho más las bolas de break. De hecho, en los últimos meses está teniendo serios problemas para romper los juegos a su rival, un fantasma que contra Rublev por fin se quitó de encima.

Foto: Alcaraz tiene en sus manos meterse en 'semis'. (EFE/EPA/Alessandro di Marco)

En los primeros compases de set, los dos jugadores se mostraron muy solventes con su saque. Con puntos rápidos, con pocos rallies y con el saque-volea como leitmotiv, tanto el español como el ruso resolvían su servicio por la vía rápida. El set avanzaba sin opciones de rotura, con dos jugadores muy serios, limitando sus errores y dominando desde el saque. La primera bola de break llegó en el noveno juego, para Alcaraz, y, como está siendo costumbre, no supo aprovecharla.

Lo mismo ocurrió en el undécimo juego, donde dejó escapar otra bola de rotura..., pero, a la tercera, iba a ser la vencida. En el momento de la verdad, Alcaraz se colocaba con 6 a 5 en el marcador y saque para llevarse el primer set. El español, con el parcial a tiro, no falló: muy serio desde el saque, con pocas dudas de qué debía de hacer para ganar y jugando a un enorme nivel, se hacía con la manga inicial para golpear primero en el partido (7-5).

La hora de la verdad

En el tramo final del primer set, la confianza de Rublev empezó a resquebrajarse, cometiendo algunos fallos que, hasta el momento, no había tenido. Estos errores, especialmente con primer saque, empezaron a hacerle mella. Tanto que, cuando perdió el primer set, comenzó a tener claros gestos de enfado. No era un espejismo, y la mayor concentración de Alcaraz le permitió romper de nuevo a las primeras de cambio de la segunda manga, un break que confirmó con su saque.

Rublev lo pagó con su rodilla, reventando su raqueta en varias ocasiones contra su articulación hasta que la hizo sangrar. El ruso estaba hundido y Alcaraz acababa de recibir una inyección de moral que le permitió soltarse: el español empezó, por fin, a meter ganadores en carrera, angulados y profundos, de esos que tanto le gustan y que tan pocas veces le hemos visto en el tramo final de curso. Alcaraz se gustaba, pero sabía que había que cerrar el partido.

Fue en el séptimo juego cuando Alcaraz dio el golpe de gracia, rompiéndole de nuevo el servicio a Rublev. Se ponía con 5 y 2, más saque, algo que no desaprovechó para cerrar el partido y llevarse una victoria que le permite seguir con vida en el torneo. El español se regaló una dosis de moral y de ánimo, rememorando su mejor versión en pista y colocándose en buena disposición para, por qué no, conseguir la clasificación a las semifinales de las ATP Finals (6-2).

Con esta importante victoria, Alcaraz recupera confianza de cara a la gran final que tiene este viernes, donde se jugará todas las opciones de meterse en las semifinales del Torneo de Maestros ante Daniil Medvedev. De momento, el español ha recuperado la sonrisa y parte de la confianza perdida, una buena noticia sabiendo de dónde viene el número dos del mundo. Es el momento de la verdad y el español no puede fallar si quiere luchar por uno de los grandes títulos del circuito.

Carlos Alcaraz vuelve a sonreír. El tenista español retomó la senda de la victoria ante Andrey Rublev (7-5 y 6-2), lo que le permite seguir más vivo que nunca en las ATP Finals. Después del tropiezo inicial ante Alexander Zverev, su contundente victoria ante el ruso le permite afrontar el transcendental compromiso ante Daniil Medvedev en disposición de meterse en las semifinales del Torneo de Maestros. Y lo hace con esa sonrisa en la cara que se le ha resistido en este tramo final de curso.

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