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"Desde que me lesioné, soy distinto": Alcaraz y lo que aprendió en París para ganar en Wimbledon
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"Desde que me lesioné, soy distinto": Alcaraz y lo que aprendió en París para ganar en Wimbledon

El tenista español puede presumir de haber levantado el segundo Grand Slam de su carrera con solo 20 años, un triunfo que llegó tras uno de los momentos más duros de su vida

Foto: Alcaraz celebra la victoria en Wimbledon. (EFE/EPA/Neil Hall)
Alcaraz celebra la victoria en Wimbledon. (EFE/EPA/Neil Hall)

Carlos Alcaraz es un tenista que lo tiene todo para cambiar la historia. Con solo 20 años, el joven ya puede presumir de contar con 12 títulos en sus vitrinas, entre los que se encuentran un US Open y un Wimbledon. Casi nada. Con mucho recorrido aún por delante, el murciano empieza a dejar claro que es un jugador difícil de parar y que muy pocos tenistas pueden hacerle frente cuando está bien físicamente. Y, precisamente, una lesión le llevó a ganar en Londres.

Desde hace varias décadas, ver a un jugador español en una pista de tenis es sinónimo de pelea constante, un hecho que Rafa Nadal elevó a su máxima expresión. El balear, posiblemente el mejor jugador de la historia, convirtió el derroche físico en una señal identitaria propia, un elemento que ha sabido heredar Alcaraz a las mil maravillas. Y es que el vigente número uno del mundo también ha sabido confirmar que es un tenista que nunca se da por vencido.

Foto: Carlos Alcaraz, con su ansiado trofeo. (EFE/EPA/Tolga Akmen)

La demostración que dio en Wimbledon solo está a la altura de jugadores que están llamados a entrar en la leyenda. Un set abajo y perdiendo 0 a 3 en el tie-break de la segunda manga frente al todopoderoso Novak Djokovic, el español fue capaz de tirar de cabeza y de tranquilidad para salvar una situación complicada. La misma que tuvo lugar cuando, tras dar la vuelta al partido, Nole volvía a empatarlo. Una madurez insólita para un casi recién llegado al circuito.

Pero su manera de entender el tenis se ha complementado a las mil maravillas con su gran capacidad para entender lo que necesita el partido en cada momento. Alcaraz es coraje, fuerza e intensidad, pero también es calidad, grandes golpes y, especialmente, una capacidad innata para saber superar las situaciones complicadas que se suceden en los partidos. Y uno de los momentos más dolorosos del español al más alto nivel fue clave para lograr la victoria final en Wimbledon.

Ocurrió hace solo unos meses, cuando Alcaraz afrontaba las semifinales de Roland Garros, de nuevo con Djokovic enfrente. El español estaba ante una oportunidad única de recoger el legado de Nadal en la arcilla parisina, donde el balear era baja por su lesión en el psoas ilíaco. Como sucedió en Wimbledon, comenzó perdiendo para, a continuación, conseguir remontar el choque y empatarlo a un set. Fue entonces cuando llegó el inesperado problema físico del murciano.

En plena remontada y cuando Alcaraz volaba para dar la vuelta a la final, un pinchazo muscular en su pierna derecha le mermaba físicamente, impidiéndole competir con el serbio y entregando la cuchara mientras se arrastraba por la pista. Pero aquel problema físico, que en aquel momento fue un verdadero drama, fue una gran lección para el español. Un aprendizaje del que Alcaraz sacó una lectura positiva que le sirvió para levantar la final en Londres.

"Desde que me lesioné en Roland Garros, soy un jugador distinto. Aprendí mucho de lo que sucedió y eso me permitió afrontar esta final de Wimbledon de una manera totalmente distinta. He aprendido que estoy preparado para jugar partidos épicos con leyendas de este deporte en los escenarios más importantes del mundo", explicaba en una entrevista con Cadena COPE. Alcaraz supo encontrar la lectura positiva para afrontar un partido largo ante el gran favorito.

Aquella lesión le sirvió a Alcaraz para bajar revoluciones, entender en qué momentos había que vaciarse y, sobre todo, a saber regular sus esfuerzos y tener la cabeza fría para saber dónde estaban los puntos claves del partido. Ese aprendizaje tras el sufrimiento de Roland Garros le valió al español para firmar uno de los grandes éxitos de su carrera tenística. Y es solo el principio: con solo 20 años, lo tiene absolutamente todo para convertirse en una leyenda del deporte.

Carlos Alcaraz es un tenista que lo tiene todo para cambiar la historia. Con solo 20 años, el joven ya puede presumir de contar con 12 títulos en sus vitrinas, entre los que se encuentran un US Open y un Wimbledon. Casi nada. Con mucho recorrido aún por delante, el murciano empieza a dejar claro que es un jugador difícil de parar y que muy pocos tenistas pueden hacerle frente cuando está bien físicamente. Y, precisamente, una lesión le llevó a ganar en Londres.

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