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Djokovic sentencia la agonía del lesionado Alcaraz en Roland Garros (3-6, 7-5, 1-6 y 1-6)
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Difícil momento para el español

Djokovic sentencia la agonía del lesionado Alcaraz en Roland Garros (3-6, 7-5, 1-6 y 1-6)

Novak avanza a la gran final del torneo parisino tras ganar en cuatro sets al español, que se lesionó en el tercer set y no pudo recuperarse, pese a querer terminar el encuentro

Foto: Alcaraz en el momento de la lesión. (EFE/EPA/Mohammed Badra)
Alcaraz en el momento de la lesión. (EFE/EPA/Mohammed Badra)

Decepción mayúscula en la Philippe Chatrier de Roland Garros. La esperadísima semifinal entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic, el mejor partido de tenis que se puede ver en la actualidad, acabó antes de tiempo por culpa de una lesión muscular del español en el tercer set (3-6, 7-5, 1-6 y 1-6). En el mejor momento del (todavía) número uno del mundo, habiendo empatado el encuentro (3-6 y 7-5) y tras superar el nerviosismo que le estaba martirizando, un gesto extraño de su pierna derecha acabó en un tirón en la zona alta del gemelo que acabó de decantar la balanza. Lo intentó durante varios juegos el murciano, jugando en estático, sin apenas moverse... Una situación anómala que se vivió en el tercer set. Alcaraz se marchó a vestuarios a recibir atención médica, pero era evidente que no podía competir en plenitud. Un triste adiós a Roland Garros cuando el español caminaba firme hacia su primera Copa de los Mosqueteros.

Djokovic, que está en la final y tiene la posibilidad este domingo de convertirse en el tenista masculino con más Grand Slam de la historia y superar a Rafa Nadal (actualmente empatados a 22), aguardó con deportividad la espera. En el vestuario, el equipo de Alcaraz trataba de ultimar sus opciones de regreso a la pista. De hecho, Carlitos sí disputó el cuarto set, algo más fresco que en la anterior manga, pero visiblemente lesionado. Djokovic no frenó su rodillo y se impuso con claridad para cerrar la semifinal por 3-6, 7-5, 1-6, 1-6. "Espero que se recupere pronto, Alcaraz es un jugador increíble y un buen chico. Estoy seguro de que va a ganar este torneo muchas veces... Felicidades por su espíritu competitivo. Mucho respeto por eso", afirmó el nuevo favorito para hacerse con el trofeo.

Un partido que apuntaba a legendario

El primer juego del encuentro fue una exhibición del servicio de Djokovic. El serbio lo cerró en apenas dos minutos, mientras que la derecha de Alcaraz todavía estaba calentando. El único punto del murciano había que agradecérselo a su revés. Una declaración de intenciones del histórico Nole: esto no iba a ser sencillo. Poco tardó en llegar la respuesta de Carlitos con un juego más largo, de encontrar sensaciones, pero que se cerró de idéntica manera, dejando al restador con un solo punto ganador.

La hora de apretar los dientes llegó con el cuarto juego. Primer break a favor de Djokovic después de algún fallo del español. El ganador de 22 Grand Slam dio una exhibición de, precisamente, lo que le había faltado durante el torneo: frescura de piernas, para llevarse un largo punto con una dejada. Aplausos en la pista central de París y tensión para Alcaraz. Solo había una manera para mejorar sensaciones, reencontrarse con su derecha, ese golpe que había sido devastador para sus rivales durante las dos semanas del torneo francés. Así sucedió para poner el 2-4 en el marcador.

placeholder El tenista Carlos Alcaraz devuelve una bola ante el serbio Novak Djokovic en la semifinal de Roland Garros. (EFE/Yoan Valat)
El tenista Carlos Alcaraz devuelve una bola ante el serbio Novak Djokovic en la semifinal de Roland Garros. (EFE/Yoan Valat)

Tres bolas de break desperdiciadas, 13 minutos de juego… y Alcaraz claudicó en el 2-5. Era el punto de inflexión del primer set, y el murciano no fue capaz de aprovechar la inercia del partido. Golpe psicológico, de los que hacen pupa al que lo pierde y coronan al que lo gana. Servía el número uno para evitar un resultado abultado como inicio de partido y cumplió, salvando una bola de set incluso. Pero, en el servicio de Djokovic, durísimo al saque —solo una doble falta cometió—, el ogro serbio remató el asalto bajo la atenta mirada de una leyenda del boxeo, Mike Tyson, en la grada de la Philippe Chatrier. Llegó a tener Alcaraz una bola de break para pelear, respondida con un ace magistral.

¿Había sido superior Djokovic a Alcaraz? Sí. ¿Había sido tan superior? Sobre todo, en los momentos decisivos. De la experiencia de Novak al nerviosismo de Carlitos, que, pese a ser el número uno del mundo, se enfrentaba al partido más importante de su carrera. La segunda manga arrancó con ambos tenistas cumpliendo sin demasiadas penurias en sus respectivos servicios. En el tercer juego, con Alcaraz sirviendo, llegó el gran punto del partido: con todo perdido después de un duelo de dejadas, el español tiró de piernas para alcanzar una pasada a la línea, se giró sobre sí mismo y, en una cabriola, puso la pelota cruzada imposible para Djokovic. El serbio, con mucha elegancia, aplaudió con una sonrisa forzada la acción de su rival, mientras que Carlitos solo pudo reírse. Era esa energía la que necesitaba para remontar el encuentro.

Con ambos tenistas defendiendo con solvencia sus servicios, llegó un clásico en los partidos de Djokovic: primer amago de lanzar la raqueta al suelo. No es que estuviera demasiado tenso el serbio, que de hecho estaba ganando la batalla mental, pero en una volea larga dio sus primeros síntomas de inquietud. El serbio pidió la atención médica y su fisioterapeuta le masajeó durante unos minutos el antebrazo derecho. El partido se reanudaba 4-3 a favor de Alcaraz, con servicio para Djokovic… ¡Y logró el break el número uno del mundo! Desperdició una bola de rotura, pero no la segunda.

Poco duró la alegría para Alcaraz, visiblemente nervioso e incluso torpe en los puntos decisivos. Djokovic neutralizó la rotura en el saque del español, sirviendo para empatar el set a cinco. Ahí salió la rabia de Carlitos. Tres pelotas de set se presentaron ante sí gracias a un excelso 0-40. La primera no salió, dominada a la perfección por el serbio; la segunda, tampoco, gracias a un saque y volea de Novak, y la tercera, un saque directo. Impresionante lo del número tres del mundo en dicho juego, una remontada épica digna de aplaudir por cualquier amante del tenis.

placeholder Alcaraz, dolorido durante el encuentro. (EFE/EPA/Mohammed Badra)
Alcaraz, dolorido durante el encuentro. (EFE/EPA/Mohammed Badra)

Complicadísimo momento para Alcaraz ante un Novak que llegó a disfrutar de una pelota de break. Sacó su servicio adelante el español y lo celebró con un sonoro: "¡VAMOS!". Usted ya sabe a quién recordó. Era un partido para remar, no para disfrutar. Y en ello estaba el murciano. Pintaba a encuentro épico, de esos de leyenda. Pero, entonces, sucedió. Un mal gesto del español acabó en lesión. Un tirón muscular que destrozó el partido. "No puedo, no puedo jugar así", afirmó Carlitos. El resto del set rozó el absurdo: Alcaraz no podía moverse, apenas correr hacia delante. Y Djokovic, lógicamente, le barrió 1-6.

Se marchó al vestuario Alcaraz, cuando todo parecía destinado a la retirada forzosa. Sin embargo, el español tiró de casta y orgullo para terminar el partido. Disputó, con algo más de soltura, pero sin estar en condiciones, el último set. No hubo ningún tipo de opción. Set casi blanco (1-6) y final del encuentro. Ahí se vieron detalles algo feos por parte de Djokovic que le valieron el abucheo del público francés, como celebrar cada punto —algunos excesivamente fáciles por la lesión de Alcaraz— como si se tratasen de golpes de partido.

Decepción mayúscula en la Philippe Chatrier de Roland Garros. La esperadísima semifinal entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic, el mejor partido de tenis que se puede ver en la actualidad, acabó antes de tiempo por culpa de una lesión muscular del español en el tercer set (3-6, 7-5, 1-6 y 1-6). En el mejor momento del (todavía) número uno del mundo, habiendo empatado el encuentro (3-6 y 7-5) y tras superar el nerviosismo que le estaba martirizando, un gesto extraño de su pierna derecha acabó en un tirón en la zona alta del gemelo que acabó de decantar la balanza. Lo intentó durante varios juegos el murciano, jugando en estático, sin apenas moverse... Una situación anómala que se vivió en el tercer set. Alcaraz se marchó a vestuarios a recibir atención médica, pero era evidente que no podía competir en plenitud. Un triste adiós a Roland Garros cuando el español caminaba firme hacia su primera Copa de los Mosqueteros.

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