Carlos Alcaraz, aquel niño que soñaba con ganar Wimbledon: "¡Siempre tienes que creer!"

Carlos Alcaraz ya es historia del tenis mundial. Su victoria en Wimbledon confirma al número uno del mundo como el tenista más en forma del momento y, sin ningún género de dudas, la gran realidad deportiva del momento. A pesar de tener solo 20 años, ya puede presumir de tener dos Grand Slam en su palmarés y, lo que es aún más significativo, convertirse en el relevo real de Rafa Nadal en All England Club, logrando el campeonato en Londres 13 años después que el balear. "¡Siempre tienes que creer! Sólo tengo 20 años, todo pasa muy deprisa, pero estoy muy orgulloso de cómo trabajamos a diario. Gracias a todos por vuestro apoyo, de todo corazón", aseguró el joven murciano en sus redes sociales.

La victoria en la hierba londinense es mucho más significativa de lo que parece. No solo por haber ganado en Wimbledon, que ya tiene una importancia evidente por sí mismo, sino especialmente por las connotaciones que tiene. Y es que el murciano ha conseguido uno de sus grandes sueños de niño para, además, derrotar en la gran final al todopoderoso Novak Djokovic y convertirse en el tercer español en ganar en Londres. Un relevo generacional que ha llegado al tenis para quedarse.

TE PUEDE INTERESAR

La exhibición de Alcaraz va más allá de un partido: el truco casi de magia que mostró con su raqueta en Roland Garros

El Confidencial

Uno de los grandes deseos de Alcaraz siempre fue triunfar en Wimbledon. Con solo 12 años, cuando solo era un crío y acababa de comenzar a ganar sus primeros torneos infantiles, fue entrevistado por los medios de comunicación en vista del increíble potencial que tenía. Preguntado por cuál sería su sueño si alguna vez llegaba a ser jugador profesional, su respuesta fue clara: "Ganar Roland Garros y Wimbledon". De momento, ya ha conseguido una de las partes de la ecuación.

En 2023, con 20 años recién cumplidos, Alcaraz ha dado un paso adelante para confirmarse como el gran soplo de aire fresco del tenis mundial. En lo que va temporada, ya ha ganado seis títulos (Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Queen's y Wimbledon), además de 47 victorias por solo cuatro derrotas. Se ha convertido en uno de los jugadores más completos del circuito y, sin ninguna duda, en uno de los mejores tenistas en todo tipo de superficies.

Hasta la fecha, solo dos jugadores españoles habían conseguido levantar el tercer grande: Manolo Santana y Rafa Nadal, que lo ha hecho en dos ocasiones. Pero la lesión del balear en el psoas ilíaco de su pierna izquierda no solo le ha impedido competir en esta edición, sino que le ha llevado a confirmar que el próximo curso será el último de su vida deportiva. Había mucho miedo a saber qué pasaría cuando Nadal dijera adiós, pero Alcaraz ha aparecido como un soplo de aire fresco.

Al murciano le queda mucho recorrido para lograr todo lo conseguido por el mejor jugador de la historia del tenis, pero está en el camino. Y en Wimbledon, con su segundo Grand Slam, ha puesto una piedra más para demostrarle al mundo que la nueva generación del tenis ya está aquí. El relevo de los Nadal, Federer y Djokovic ya es una realidad. Alcaraz es el principal exponente de una hornada de jóvenes deportistas que serán los encargados de dominar la ATP los próximos años.

Rápido, potente, con un impresionante repertorio de golpes y, sobre todo, muy inteligente en pista, Alcaraz lo tiene todo para marcar una época en el tenis. A pesar de su insultante juventud, ya es un jugador contrastado y lo ha demostrado en un Wimbledon en el que no ha tenido rival. Ni jugadores de la talla de Matteo Berrettini, Holger Rune, Daniil Medvedev o Novak Djokovic han sido capaces de acabar con la fortaleza del número uno del mundo, que ha dado una lección de juego.

Parece que Alcaraz ya es un veterano de mil guerras, pero, en realidad, no deja de ser un recién aterrizado en el mundo del tenis. Y, a pesar de ello, ya empieza a estar considerado entre los grandes. Aún le queda mucho camino para hacer historia, pero el murciano puede presumir de ser el relevo ideal de Nadal. Y hacerlo en el lugar donde soñaba con triunfar cuando era un niño no es nada fácil. Y esto es solo el inicio de un gran viaje. Alcaraz ya es una realidad... y su futuro es impresionante.