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El mar de lágrimas que confirma que la posible retirada de Rafa Nadal está más cerca que nunca
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SU PALCO, DEVASTADO CON LA LESIÓN

El mar de lágrimas que confirma que la posible retirada de Rafa Nadal está más cerca que nunca

El español, que llevaba meses con dolores en la cadera, sufrió una inesperada lesión en pista, y la reacción de su equipo confirma que son conscientes de que el fin se acerca

Foto: Nadal tras lesionarse en Australia. (EFE/EPA/Lukas Coch)
Nadal tras lesionarse en Australia. (EFE/EPA/Lukas Coch)

Rafa Nadal no podrá revalidar su título en Australia. El tenista español, que llegaba al primer Grand Slam de la temporada con muchas dudas por su falta de ritmo de competición, estaba convencido de que los entrenamientos y el paso de los partidos le darían el nivel necesario para ir creciendo a lo largo de la semana y convertirse en un serio candidato a volver a ganar en la Rod Laver. Pero lo que no esperaba, ni mucho menos, era la aparición de una inesperada lesión que le ha mermado en el partido de segunda ronda ante Mackenzie McDonald y que le ha dejado fuera del torneo aussie.

De sobra es conocido el gran historial de lesiones de Nadal. Sin ningún lugar a dudas, es su gran punto débil, el que siempre le ha lastrado y que le ha impedido tener un palmarés aún más grande, y le ha dejado durante muchos meses de su carrera fuera de las pistas. La lesión crónica del pie, sus dolencias en las rodillas, sus problemas en las muñecas, las roturas musculares en el abdomen o, incluso, fracturas por estrés en diversos huesos forman parte ya de su vida, lo que ha generado la sensación de que el cuerpo de Nadal se rompe con demasiada facilidad. Ahora, un desconocido problema en la cadera es el que le deja en el dique seco.

Foto: Rafael Nadal, en cuclillas tras sentir el pinchazo en su pierna durante el partido contra Mackenzie McDonald (EFE/EPA/JAMES ROSS)

"No sé qué es exactamente lo que tengo. Tengo problemas desde hace algún tiempo en la cadera. Los he tenido en el pasado, aunque esto no me había impedido jugar. No sé lo que voy a tener que hacer para lidiar con esto. Voy a hacerme pruebas. Tengo un histórico en la cadera, es evidente, pero nada como lo de hoy. Pero, como no sé lo que es, tampoco vamos a aventurarnos ni yo ni nadie a poder especular, porque al final habrá unas pruebas que nos lo van a decir. A partir de ahí, veremos lo que ocurre. Pero, bueno, toca aceptar la situación; al mal tiempo, buena cara. Pero, sí, estoy cansado de todo lo que ha ocurrido estos últimos meses", afirmaba.

Todo sucedió en el segundo set del partido, cuando el marcador mostraba un 4-3 para el norteamericano. En un mal gesto, tras intentar llegar a una bola difícil, el balear notó un intenso pinchazo en su cadera izquierda, al realizar el apoyo para tratar de salvar el punto. Pronto se dio cuenta de que no era un dolor más, ni una situación pasajera, sino que era una lesión seria. A pesar de ello, haciendo gala del habitual pundonor que le caracteriza, no solo no barajó retirarse de la pista, sino que acabó el partido y luchó con todas sus fuerzas por intentar dar la vuelta al marcador adverso. Peleó hasta la extenuación, pero no fue suficiente.

El mejor resumen de lo que podría estar pasando por la cabeza de Nadal lo hizo sin querer su mujer, Xisca Perelló. Consciente de que Nadal llevaba meses con molestias en la cadera, pero que no le impedían competir en pista, cuando el jugador se llevó la mano a ese lugar del cuerpo, ella ya sabía de sobra qué era lo que había pasado. Esa zona que tantas molestias le estaba dando había dicho basta, y el cuerpo del tenista sabía que era algo importante. Pronto, comenzaron a aflorar las lágrimas. Nadie mejor que ella sabe el sufrimiento que lleva Nadal encima y el mazazo que supone una nueva lesión en Australia.

Es demasiado pronto para conocer el alcance de la lesión, pero se trata de una zona delicada que debe de cuidar para poder competir con normalidad. El problema es que los dolores son cada vez mayores y más diversos y, por ello, Nadal no tuvo ningún reparo en dejar claro lo que pasa por su cabeza: no se va a retirar a corto plazo..., pero sí que está más cerca que nunca. El balear es consciente de que, cuando está a su mejor nivel, es imparable. Pero ya no es capaz de ser tan competitivo como le gustaría por culpa de los dolores: su juego no fluye, su cabeza no se centra y su cuerpo se resiente en la pista. Sufre demasiado y no disfruta.

El problema no es que se trate de la enésima lesión de Nadal en los últimos años, sino que tanta molestia y tanto problema físico dan lugar a que su cabeza se vaya configurando para asumir la retirada. O, dicho de otra forma, el balear está cada vez más listo para dar un paso al costado y anunciar su retirada del tenis. Su cabeza, esa que le ha hecho ser el mejor tenista de todos los tiempos y el mejor deportista español de la historia, se está empezando a agotar. El balear, cuando sepa lo que tiene exactamente, luchará por recuperar su nivel y volver a las pistas..., pero sabe que su tiempo se está empezando a agotar.

Rafa Nadal no podrá revalidar su título en Australia. El tenista español, que llegaba al primer Grand Slam de la temporada con muchas dudas por su falta de ritmo de competición, estaba convencido de que los entrenamientos y el paso de los partidos le darían el nivel necesario para ir creciendo a lo largo de la semana y convertirse en un serio candidato a volver a ganar en la Rod Laver. Pero lo que no esperaba, ni mucho menos, era la aparición de una inesperada lesión que le ha mermado en el partido de segunda ronda ante Mackenzie McDonald y que le ha dejado fuera del torneo aussie.

De sobra es conocido el gran historial de lesiones de Nadal. Sin ningún lugar a dudas, es su gran punto débil, el que siempre le ha lastrado y que le ha impedido tener un palmarés aún más grande, y le ha dejado durante muchos meses de su carrera fuera de las pistas. La lesión crónica del pie, sus dolencias en las rodillas, sus problemas en las muñecas, las roturas musculares en el abdomen o, incluso, fracturas por estrés en diversos huesos forman parte ya de su vida, lo que ha generado la sensación de que el cuerpo de Nadal se rompe con demasiada facilidad. Ahora, un desconocido problema en la cadera es el que le deja en el dique seco.

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