¿Qué le pasa a Nadal? Cómo echar el freno de mano en el "coche viejo" para soñar con París

Rafa Nadal continúa generando numerosas dudas sobre su estado físico. El tenista balear ha anunciado que no podrá estar en la próxima edición del Conde de Godó y, con ello, es el cuarto gran torneo consecutivo que se perderá por culpa de su lesión en el psoas iliaco de su pierna izquierda. Aquella dolencia, que parecía que le tendría lejos de las pistas solo un par de semanas, no termina de restañarse y provoca que el balear vuelva a bajarse de una competición. Una vez más.

Ocurrió en el partido de tercera ronda del Open de Australia ante Mackenzie McDonald. Nadal notaría un dolor en su cadera izquierda que, como confesaría al término del encuentro, nunca antes había sufrido. A pesar de ello, con el carácter que le caracteriza, el español jugó hasta el final del partido, convencido de que era un problema de menor. Pero lo que nadie esperaba es que se fuera a complicar de tal manera como para dejarle otros tres meses sin poder competir.

TE PUEDE INTERESAR

Siguen las malas noticias para Rafa Nadal: anuncia que tampoco jugará en el Conde Godó por lesión

El Confidencial

Tras las primeras exploraciones médicas, los galenos confirmaron que no era una lesión excesivamente importante, aunque sí estaría fuera de las pistas unas tres semanas, con lo que era seria duda para llegar en condiciones al torneo de Indian Wells. Pero fueron pasando las semanas y Nadal no solo no estaba totalmente recuperado, sino que seguía sintiendo dolor y molestias que le impedían estar al cien por cien sobre la pista. Y las malas noticias se iba acumulando.

Aquella lesión que solo le iba a tener sin jugar tres semanas iba a ser mucho peor de lo esperado. De manera increíble, iba a perderse Indian Wells, Miami, Montecarlo y el Conde de Godó… por ahora. Y es que en el horizonte aparecen el Masters de Madrid, Roma y, por supuesto, Roland Garros, su principal objetivo. Pero van pasando las semanas y Nadal no solo no se encuentra en perfectas condiciones, sino que comprueba cómo cada vez necesita mayor tiempo para recuperarse.

La verdadera explicación de qué le pasa a Nadal la dio él mismo hace casi un año, antes de la pasada edición del torneo de Roma: "Mi cuerpo es como un coche viejo, necesita tiempo para volver a arrancar. Tengo 36 años, ya no tengo 19, por lo que siempre se necesita más tiempo para recuperarse". Esta nueva lesión le ha hecho 'perder' su récord de semanas consecutivas en el Top Ten, dejándolo en 912, pero lo peor es no sentirse competitivo en un momento clave de la temporada.

Es sabido que uno de los elementos fundamentales del juego del español es su capacidad para agarrarse a la pista siempre y no dar una bola por perdida, lo que conlleva que físicamente tiene que estar muy fino. Pero, precisamente, esta lesión está en un punto clave para los apoyos. Con el psoas iliaco de su pierna izquierda tocado y el problema crónico de Müller-Weiss que sufre en ese mismo pie, las dudas sobre cómo podrá llegar a segundo grande del curso son cada vez mayores.

Nadal es consciente de que su tiempo al más alto nivel se está acabando y, por ello, debe ser más inteligente a la hora de decidir en qué torneos juega. Precisamente, por esa razón, el balear sabe que no debe de forzar lo más mínimo si quiere llegar en plenitud de condiciones a Roland Garros, donde sueña con levantar su 23º grande y, así, volver a adelantar a Novak Djokovic como el tenista con más Grand Slam de la historia. No es sencilla, pero Nadal nos tiene acostumbrados a grandes gestas.

Esta lesión confirma que el tiempo de recuperación de aquel joven de hace más de una década ha crecido exponencialmente, como es lógico y, con ello, debe cuidarse cada vez más para evitar recaídas que supongan un problema aún más grave. Pero si queremos que aún quede Nadal para rato, es necesario esta ausencia obligada de las pistas. Y Roland Garros le espera con los brazos abiertos. Solo queda por ver en qué condiciones es capaz de llegar a París.