"La voluntad de Nadal es una barbaridad… pero este tratamiento es un parche a corto plazo"

A menos de tres semanas para que Wimbledon abra fuego, Rafa Nadal aún no sabe si podrá competir en el tercer Grand Slam de la temporada tras ganar los dos primeros 'majors' (Open de Australia y Roland Garros). El deseo del tenista español es acudir a la cita inglesa y aumentar el número de trofeos en sus vitrinas, pero tiene unos límites marcados. "Jugaré en Wimbledon si mi cuerpo está listo para competir porque no es un torneo que me quiera perder. Me encanta Wimbledon y he vivido muchas experiencias allí. No puedo dar una respuesta clara. Si puedo jugar sin antiinflamatorios... jugaré, pero no volveré a infiltrarme con anestesia", explicó tajantemente el campeón de París. Con la sombra de una posible operación en el horizonte, el propio Nadal confirmó cuál va a ser su próximo tratamiento para combatir a su maltrecho pie izquierdo: inyecciones de radiofrecuencia.

"Vamos a hacer un tratamiento que consiste en una intervención en los dos nervios. Esto es algo que me ha ido bien y que ya me quitó el dolor en el pasado. Son inyecciones con radiofrecuencia pulsátil que me podrían ayudar a disminuir la sensación que tengo en el pie. A ver si con este tratamiento podemos dejar el nervio medio dormido", detalló Rafa en sala de prensa. ¿Es la solución definitiva a su lesión crónica de Müller-Weiss? ¿Le permitirá esta opción participar al 100% en Wimbledon? ¿Qué posibles efectos puede tener? El Confidencial habla con el Doctor David Rodríguez Sanz, Profesor Titular de la Universidad Complutense de Madrid y Director del Experto de Fisioterapia Deportiva, sobre el nuevo tratamiento del dominador absoluto de la tierra batida.

"El proceso está basado en unas agujas que se introducen en el nervio y administran radiofrecuencia. Esto tiene un efecto físico y disminuye la sensibilidad del nervio a través de esos pulsos de radiofrecuencia con el objetivo de quitar la sensación de dolor mantenido. No se tarda mucho en realizarlas, pero hay que tener cuidado con no pinchar el nervio". Sobre los posibles riegos derivados de la intervención en el quirófano, Rodríguez Sanz apunta que "hay que tener cuidado para evitar las infecciones, porque como cualquier procedimiento invasivo puede haber desde hematomas hasta pequeñas infecciones" y remarca que es un método "bastante usado".

Sin embargo, este camino también representa un arma de doble filo para el tenista balear, ya que "como disminuye el umbral del dolor, estás más expuesto a posibles lesiones, porque el pie no enviará información a las estructuras de su cuerpo y perderá la señal de alarma". Además, el experto en fisioterapia deportiva subraya que esta opción tan solo es un parche a corto plazo para el campeón español. "Las estructuras están dañadas y castigadas. Eso no va a cambiar con este tratamiento, porque no va a mejorar el tejido a nivel biológico, pero sí a anular el dolor momentáneamente para estar en Wimbledon si funciona con éxito".

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A. Ortega

Otra opción a la que podría recurrir Nadal sería pasar por el quirófano para someterse a una operación, aunque una intervención no garantizaría al tenista recuperar el pie y le supondría medio año de baja. "Eso lo tendría que hablar conmigo mismo, con calma, porque sería una decisión de vida, de saber si compensa estar medio año parado, sin seguridad de nada. Tendría que entender mejor las cosas para tomar esa decisión que ahora no estoy preparado para tomar. La vida es más importante que otro título. Mi carrera ha sido mi prioridad toda mi vida, pero no está por encima de mi felicidad. Si sigo siendo feliz, seguiré, si no, haré otra cosa", afirmó Nadal el pasado domingo tras su nuevo éxito en París.

"El cuadro que tiene es degenerativo articular y el tratamiento no mejorará su estadio biológico. No tiene por qué ir mal esta opción y la operación tampoco sería la única solución. Aquí hay una disfunción vascular en una zona muy dañada para un pie que funciona a revoluciones muy altas", desliza Rodríguez Sanz. "Estoy jugando sin dolor, pero también con cero sensación. Como cuando vas al dentista o te operan de algo: pie, ni sensibilidad ni sensación. Por eso he podido jugar, explicación muy simple", reconoció el tenista español al ser preguntado sobre cómo ha podido aguantar las fuertes molestias que le produce una lesión degenerativa que no tiene cura.

El campeón de Roland Garros padece un problema crónico en el que un hueso del pie, el escafoides, sufre displasia. La causa de la aparición de esta dolencia es desconocida, pero es complicada, especialmente en deportistas de élite. "En el escafoides se inserta el músculo tibial posterior, que es el que controla los gestos de pronación. Empieza faltando aporte sanguíneo, que debilita el hueso, y termina sufriendo alteraciones en las sobrecargas mecánicas que derivan en pequeñas fracturas", explica Rodríguez Sanz.

Sobre cómo Rafa Nadal ha sido capaz de competir durante toda su carrera con esta enfermedad y, en especial, en Roland Garros, el doctor lo tiene claro: "Es producto de la voluntad de Nadal. Es una barbaridad competir así, porque esta patología de Müller-Weiss saca a otras personas del deporte y él, que tiene el umbral de dolor muy alto, sigue tirando hacia adelante. Es mérito suyo y también del equipo de podólogos, fisioterapeutas y médicos que le ha brindado soluciones para alcanzar 22 Grand Slams", zanja el experto.