Qué es la enfermedad de Müller-Weiss, el problema que ha obligado a Nadal a parar

"No puedo seguir compitiendo con el pie dormido, hay que encontrar una solución. Me encantaría seguir compitiendo, así que la próxima semana voy a hablar con varios médicos y contemplar diversas opciones. Recibiré un tratamiento y espero que me ayude". Rafa Nadal dijo basta en la rueda de prensa posterior a ganar Roland Garros. Después de un gran comienzo de temporada, en el que ha conseguido ganar cuatro títulos, entre ellos los dos primeros Grand Slams de la temporada, el español es consciente de que necesita dar un paso al lado para recuperarse de los problemas de su maltrecho pie izquierdo. Los números dicen que Nadal ha vivido una primera mitad de curso espectacular, con 28 victorias y tres lesiones, en la que ha ganado en Melbourne, Acapulco y, sobre todo, el Open de Australia y Roland Garros. Pero su lesión crónica en el pie izquierdo le está dando más problemas de los esperados.

Es innegable que el mallorquín no solo es uno de los mejores jugadores de la historia del tenis, sino que es uno de los deportistas más grandes de España. Solo hay que echar un vistazo a su dilatado palmarés para quitarse el sombrero ante un jugador que ha marcado un antes y un después a nivel mundial. Sin embargo, como todo gran héroe, tiene un gran talón de Aquiles, con el que ha sabido convivir a lo largo de su carrera: la enfermedad de Müller-Weiss, un problema crónico en su pie izquierdo que le lleva dando problemas de manera recurrente y con el que ha tenido que aprender a convivir para poder jugar al tenis.

Opinión

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Javier Gómez Matallanas

En varias ocasiones, Nadal ha estado a punto de decir adiós. Nada más terminar la pasada edición de Roland Garros, ya se dio cuenta de que volvía a sentir dolor en su pie izquierdo. Por ello, se vio obligado a renunciar a los Juegos Olímpicos, con el objetivo de tratar de salvar el curso. Tras anunciar que no podría participar en el US Open, confirmaba la noticia más dolorosa: no volvería a competir hasta 2022. En principio, tenía varios meses por delante para restañar su maltrecho pie y volver a las pistas en buenas condiciones, pero la vuelta no fue sencilla: regresó a la competición y los éxitos, pero ha tenido que volver a parar.

Todo comenzó en la temporada 2004, cuando Nadal tan solo contaba con 18 años. El balear ya se había convertido en profesional y empezaba a demostrar que tenía tenis suficiente como para convertirse en un gran jugador cuando su progresión se vio detenida momentáneamente, tras sufrir una rotura por estrés en el escafoides de su pie izquierdo. Tras solventar el problema físico, volvió a las pistas, pero solo unos meses más tarde, ya en 2005, volvió a notar una serie de molestias en la misma zona. Tras acudir a un especialista, este le diagnosticó el problema que en realidad tenía: la enfermedad de Müller-Weiss. Pero ¿qué es en realidad?

"Se trata de un problema crónico en el que un hueso del pie, el escafoides, sufre displasia. La causa de la aparición de esta dolencia es desconocida, pero es complicada, especialmente en deportistas de élite. En el escafoides se inserta el músculo tibial posterior, que es el que controla los gestos de pronación. Empieza faltando aporte sanguíneo, que debilita el hueso, y termina sufriendo alteraciones en las sobrecargas mecánicas que derivan en pequeñas fracturas", explica a El Confidencial el doctor David Rodríguez Sanz, experto en lesiones deportivas y profesor titular de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid.

O, lo que es lo mismo, estamos hablando de que uno de los pies de Nadal, precisamente la base en que se cimenta la carrera de un atleta, sufre desde hace casi dos décadas un problema crónico con el que ha tenido que convivir. Pero, además, el tenis es especialmente agresivo para una dolencia como esta, pues es un deporte que exige esfuerzos de mucha intensidad, muy explosivos y continuos, con constantes cambios de apoyo y carga y, sobre todo, que se juega en diferentes superficies, lo que supone un desgaste extra. Nadal lleva 18 años con este dolor y, a pesar de ello, sus logros son impresionantes. Su capacidad de superación es innegable.

¿Podría haber mejorado su rendimiento?

Y es que podríamos pensar que solo es una lesión puntual, pero es mucho más que eso: "Este problema ha podido acabar con su carrera. Las lesiones en el tren inferior de Nadal están muy relacionadas con el Müller-Weiss", explica el doctor Rodríguez Sanz. "El problema se minimiza con prótesis plantares que, a ser posible, deben de ser de diferentes materiales para adaptar la plantilla a lo largo de la temporada. El problema es que si esta dolencia no la detectas pronto, el escafoides se daña de forma irreversible", confirma. Y las cargas a las que Nadal somete sus pies agravan la situación. Tanto, que ha tenido que tomarse un descanso.

Por ello, una pregunta surge rápidamente al pensar en esta situación: viendo el tremendo palmarés de Nadal y su espectacular carrera, ¿hasta dónde podría haber llegado de no haber tenido este problema? "Nadal compensa este problema porque muscularmente está bien desarrollado, tiene un buen peso y recibe fisioterapia", explica el doctor Rodríguez Sanz, pero, a pesar de ello, los continuos esfuerzos le hacen sufrir de manera habitual. Su enfermedad degenerativa no le ha impedido hacer historia en el deporte mundial, pero sí le ha limitado, especialmente, en los últimos años. Ahora, es tiempo de descansar para tratar de alargar su carrera.