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Rafa Nadal supera a Wawrinka (y su dolor de estómago) en un partido sin brillo en París
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Por un doble 6-4

Rafa Nadal supera a Wawrinka (y su dolor de estómago) en un partido sin brillo en París

El balear, sin brillo pero eficaz, superó al suizo en dos sets y se enfrentará ahora a Tsonga por un billete a semifinales. Nadal, dubitativo con su saque al principio, pero sólido en el fondo de pista

Foto: Rafael Nadal celebra su pase a cuartos de final tras ganar a Stan Wawrinka en el Masters de París. (EFE)
Rafael Nadal celebra su pase a cuartos de final tras ganar a Stan Wawrinka en el Masters de París. (EFE)

Stan Wawrinka es tan talentoso que, por resultados y méritos deportivos, dejó hace tiempo de ser el otro suizo, la sombra de Federer, para labrarse una carrera con nombre y apellidos propios. Un revés a una mano explosivo, espítiru de ganador y precisión de cirujano. El jugador construyó una carrera envidiable adornada con tres Grand Slams (Australia 2014, Roland Garros 2015 y US Open 2016) y una Copa Davis (2016), entre otros éxitos de prestigio. En definitiva, uno de los pocos que se entrometió en la era de los cuatro fantásticos y osó mirarles de frente.

Pero hoy Wawrinka está viviendo la otra cara del mundo del tenis. Dos cirugías en la rodilla izquierda en 2017 para reconstruirle el cartílago de su articulación le dejaron maltrecho. No volvió a ser el mismo, aquella circunstancia le apartó de la élite en el momento en el que mejor estaba y retrocedió en el ranking mundial. Desde entonces el jugador arrastra una serie de limitaciones que le impiden moverse con la misma soltura y le acarrean dolor. Un dolor soportable, sí, pero al que tiene que hacer frente cada vez que salta a pista. Pensó en retirarse, pero Stan, de 34 años, no está dispuesto a marcharse del circuito de cualquier manera.

Este 2019 ha progresado adecuadamente: finalista en Rotterdam (Masters 500) y cuartos en Roland Garros y US Open. Wawrinka es actualmente el número 16 de la ATP y uno de los pocos que ha conseguido ganarle a Djokovic este curso. Este viernes recuperaba una vieja rivalidad con Rafa Nadal, otro que sabe lo que significa reponerse de las lesiones y resucitar cual ave fénix, por una nueva ronda en el Masters de París. El partido cayó de lado del español (doble 6-4) en un torneo que a ninguno se le da especialmente bien, pero lo importante para el suizo ya está hecho: volver a sentirse tenista tras un tiempo oscuro. Ante cualquier otro oponente podía incluso haber avanzado de ronda, pero no ante Rafa. El mallorquín está a otra cosa: incombustible, quiere aprovechar su buena condición para acabar con el gafé en este torneo 'indoor' y sumar un nuevo cetro a su palmarés antes de la cita que tiene verdaderamente metida entre ceja y ceja: el Torneo de Maestros.

placeholder Rafa Nadal conecta un revés ganador durante su encuentro de octavos contra Wawrinka. (EFE)
Rafa Nadal conecta un revés ganador durante su encuentro de octavos contra Wawrinka. (EFE)

Nadal ya está en cuartos, lugar al que siempre ha llegado como mínimo en sus siete participaciones anteriores. A partir de aquí, dos semifinales y una final perdida ante Nalbandian en 2007, su gran oportunidad. Se podría decir que el español entra ahora en terreno un tanto inhóspito en la capital gala, pero viéndole celebrar, con el puño en alto, con sus particulares "vamos" y los dientes apretados cualquiera diría que este no es su año. Su estado de confianza es total. Se enfrentará a Tsonga. "Siempre tengo miedo en este torneo", comentó tras su encuentro del miércoles, pero por sus ganas no parece que sienta el vértigo. Nadal está pletórico y más fresco que nunca en este tramo de curso. Un Nadal enchufado e inteligente en la cancha.

Pequeños detalles

Ante Wawrinka cambió la táctica que empleó contra Mannarino: si al galo le tiró pelotas cortadas al revés dados sus problemas para acelerar la pelota, ante el suizo fueron planos y al centro de la pista. El fuerte de Wawrinka es abrir ángulos y Rafa intentó evitarlo en todo momento. Desde el saque el español vovió a mostrarse relativamente sólido, aunque tuvo algunos problemas sobre todo con los primeros servicios. Al suizo le asestó el primer 'break' a la segunda ocasión que tuvo y a partir de ahí se defendió con criterio para llevarse la primera manga a su favor. Wawrinka no supo aprovechar las dos oportunidades que tuvo para el 'contrabreak'. En los peloteos Rafa también dominó, sin grandes golpes ganadores supo dirigir a su rival a los sitios adecuados para impedirle restar con demasiados apoyos.

El segundo set transcurrió por los mismos derroteros, si bien el de Lausana dio un paso hacia delante y empezó a devolver bolas mucho más agresivas, buscando los pies del español. Rafa tuvo complicaciones también con su estómago, nada preocupante en principio, y tuvo que solicitar atención médica para calmar las molestias. Aquello no le descentró y mantuvo la calma. El partido se iba a decidir por pequeños detalles y ahí estuvo de nuevo más inteligente Rafa. Prácticamente perfecto a su servicio, Wawrinka tiró por la borda el noveno juego, clave, tras varios errores imperdonables y le fue imposible levantar un 0-40. Nadal olió la sangre y le apuntilló para llevarse el encuentro y descontar un paso en su objetivo. Tsonga, que tendrá el aliento de la grada a su favor, le espera en los cuartos de este viernes.

Stan Wawrinka es tan talentoso que, por resultados y méritos deportivos, dejó hace tiempo de ser el otro suizo, la sombra de Federer, para labrarse una carrera con nombre y apellidos propios. Un revés a una mano explosivo, espítiru de ganador y precisión de cirujano. El jugador construyó una carrera envidiable adornada con tres Grand Slams (Australia 2014, Roland Garros 2015 y US Open 2016) y una Copa Davis (2016), entre otros éxitos de prestigio. En definitiva, uno de los pocos que se entrometió en la era de los cuatro fantásticos y osó mirarles de frente.

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