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Como un vendaval: Nadal abusa de Federer y luchará por un nuevo Roland Garros
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El balear luchará por su 12º entorchado

Como un vendaval: Nadal abusa de Federer y luchará por un nuevo Roland Garros

El balear y el suizo reeditaron su rivalidad tras casi dos años. Rafa se paseó ante Federer y espera rival, que saldrá del duelo entre Djokovic y Thiem. El balear está a un nivel espectacular

Foto: Rafa Nadal celebra su victoria contra Federer. (EFE)
Rafa Nadal celebra su victoria contra Federer. (EFE)

La madre de todas las batallas del tenis se decantó para Rafa Nadal, que ya está en la final de Roland Garros y espera rival: o bien Djokovic o bien Thiem, que se enfrentan en la otra semifinal del torneo esta tarde. El balear sometió a Federer en su 39º enfrentamiento (6-3, 6-4 y 6-2) y aumenta su dominio contra el suizo en sus particulares duelos (24-15 para el español, 6-0 en Roland Garros), que siempre levantan gran expectación en todo el mundo. Rafa fue como las condiciones climatológicas, un vendaval.

Hacía dos años que no se desafiaban en las pistas, aunque pudieron hacerlo este curso en Indian Wells, pero una lesión de Rafa echó al traste esa posibilidad, y había ganas de verles cara a cara de nuevo. Al final, el partido fue lo más parecido a un paseo para el manacorí, que está a su mejor nivel de tenis de toda la temporada. Sin duda, ha recuperado la confianza en un momento clave. Su trayectoria ha ido claramente en ascenso en la gira de tierra: semifinales en Montecarlo, Godó y Mutua Madrid Open; y premio en Roma tras arrollar al número uno, Novak Djokovic. En la tierra batida de París apenas está concediendo oportunidades y, en el horizonte próximo, ya visualiza el décimo segundo entorchado en la Philippe Chatrier. Si sigue así, parece difícil que alguien pueda despertarle del sueño.

A Federer, que llevaba años sin competir sobre arcilla, le costó en anteriores duelos convertir bolas de break y así fue durante el primer set contra el español. El suizo estuvo incomodísimo con su revés, ese que levanta al público de sus asientos por su elegancia, y Nadal le buscó una y otra vez por ahí. La táctica era clara, sin tanto efecto como contra Nishikori por culpa del viento, encontró fisuras. A Rafa no le hacían falta golpes ganadores, su buena selección en las direcciones hicieron mucho daño en Roger, que asumía más riesgos al intentar acortar los puntos para que el partido no se alargara. Nadal tuvo el partido donde quiso, con su oponente jugando siempre desde el fondo. Cerró el parcial a su favor.

placeholder Rafa Nadal y Federer disputan un punto en la red. (EFE)
Rafa Nadal y Federer disputan un punto en la red. (EFE)

El 4-4 del segundo set, clave

El segundo set arrancó diferente al primero: con break para el número tres del mundo. Enseguida se recompuso Rafa y se procedió a un intercambio cómodo de saques entre ambos. Federer, con servicio abierto, siempre por delante, pero el español acechaba. El suizo se mantenía en el partido a base de golpes ganadores con su derecha y Rafa hacia lo propio con su gran revés cruzado. El suizo apenas encontraba respuesta en volea, donde Rafa se mostraba solvente. La tensión se cortaba con un cuchillo porque quien perdiera su servicio se condenaba al fuego. Federer no pudo aguantar un 40-0 a favor con 4-4 y el español, en modo bestia y haciéndole correr de lado a lado, remontó para poner la guinda con un golpe en la red ante el que nada pudo hacer el de Basilea. Rafa mantuvo su servicio, muy mordido, como acostumbra en esta edición de Roland Garros y despejó las nubes que se cernían sobre su cabeza. El camino hacia la final ya era una larga y ancha recta.

Con la bola incontrolable por las rachas de viento, el encuentro entró en una fase bonita de batalla. Rafa y Federer se retaban mutuamente. Salió ganando Nadal merced a su revés, que le corrió perfecto. Los drives del balear, envenenados, hacían de igual manera mucho daño. Federer se encontraba con la pelota en los pies y no era capaz de devolverla en condiciones a la pista. El suizo, pese a que intentaba encontrar algún amago de esperanza, se topó contra un muro sólido que siempre tenía una respuesta. Se desesperó el 20 veces ganador de Grand Slams al mismo tiempo que Nadal apretaba los dientes y puños. Al final, el balear se comió a su rival y cerró el partido sacando, como últimamente le gusta. El dulce, ese que parecía imposible, más cerca. Quien se lo iba a decir en abril.

La madre de todas las batallas del tenis se decantó para Rafa Nadal, que ya está en la final de Roland Garros y espera rival: o bien Djokovic o bien Thiem, que se enfrentan en la otra semifinal del torneo esta tarde. El balear sometió a Federer en su 39º enfrentamiento (6-3, 6-4 y 6-2) y aumenta su dominio contra el suizo en sus particulares duelos (24-15 para el español, 6-0 en Roland Garros), que siempre levantan gran expectación en todo el mundo. Rafa fue como las condiciones climatológicas, un vendaval.

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