"¿Qué tal ha ido presi?". La duda con España y su Mundial de rugby entre cervezas
Este fin de semana Bilbao ha acogido las finales más importantes, a nivel de club, del rugby europeo y en el ambiente estaba la cuestión de si España irá al Mundial de Japón 2019
Viernes por la noche. La calle Pozas de Bilbao absorbe a buena parte de los más de 25.000 espectadores que abandonan San Mamés tras la disputa de la final de la Challenge Cup de rugby. Es difícil abrirse paso entre la gente. Especialmente si eres el presidente de la Federación Española de Rugby (FER), Alfonso Feijoo. El donostiarra es asaltado por 'rugbiers' de todo el país mientras avanza con dificultad por la populosa calle bilbaína. "¿Qué tal ha ido en Londres presi?", le repiten hasta la saciedad.
La pregunta en cuestión se refiere al contencioso que libra la FER con World Rugby en espera de que sus jugadores Bastien Fuster y Mathieu Belie sean declarados elegibles, lo que resolvería a su favor una denuncia de alineación indebida y le clasificaría para disputar el partido inaugural del Mundial. Y eso, además de la dimensión mediática innegable que tendría, le reportaría a las arcas federativas 800.000 euros, los primeros 500.000 euros en calidad de mundialista y los 300.000 restantes por disputar el partido que abrirá la Copa del Mundo de Japón ante el anfitrión.
Todo el rugby español se da cita en San Mamés
Feijoo es cauto en la respuesta, pero la sensación es que se salió de la reunión mejor de lo que se entró. No habrá notificación oficial hasta el lunes o martes y ahora es hora de disfrutar. Entre el gentío no dejan de aparecer caras conocidas. Javier Canosa lidera en una esquina a la comitiva del CRC, en la que también aparecen rostros conocidos como el de José Antonio Barrio Yunque o Miki Puertas. Más allá aparece la gente de El Salvador encabezados por su presidente Juan Carlos Martín Hansen, junto a Santiago Toca, Manu Serrano, Dani Marrón, Asís, su entrenador Juan Carlos Pérez... Tampoco se lo han perdido los queseros del VRAC con Miguel Velasco Miguelón o el Ciencias, con sus veteranos al mando: Canijo, Javi Campeón, los Morote... E infinidad de equipos de todos los rincones de España desde Cartagena a Sant Boi pasando por Oviedo, Albacete o Tres Cantos. Difícilmente se habrá producido una acumulación mayor de rugbiers por metro cuadrado nunca en España.
Destacaba por encima la figura del Rey León, Jaime Nava, quien se paseaba con normalidad por las calles de Bilbao. Nava había sido uno de los protagonistas en el foro 'Rugby, un deporte y una manera de ver la vida'. Una jornada en la que muchas caras conocidas del rugby español interactuaron con el mundo de la empresa. La árbitro Alhambra Nievas, la jugadora Anne Fernández, los exjugadores Albert Malo, Iñaki Laskurain o Telmo Fernández compartían confidencias con empresarios, pedagogos y comunicadores. El rugby patrio tratando de mostrar su lado más sexy para seducir a empresas e inversores, el eslabón perdido de la cadena rugbística.
Entre cerveza y cerveza se comentaba el suicidio de Gloucester ante Cardiff en la final de la Challenge. Los ingleses se habían disparado en el pie con su 'running rugby' desperdiciando un 6-20 y un 23-30 a falta de diez minutos. Los planteamientos de Johan Ackermann han llevado a sus equipos hasta las finales, pero parece que no son una buena fórmula para ganarlas. Perdió con los Lions las del Super Rugby en 2016 y 2017 y ahora ha vuelto a naufragar en la orilla con este Gloucester tan caótico como imprevisible.
Pasarela de leyendas del rugby
Las calles de Bilbao se han customizado estos días. Las farolas forradas de protectores de palos, balones ovales revoloteando por el cielo de la ciudad, miles de polos de equipos campando por sus calles, rostros de facciones duras y tabiques nasales desviados... Mucho civismo y mucha cerveza. Tanta como 100.000 litros con los que se han pertrechado los bares de Bilbao para regar el gaznate de estos sedientos ciudadanos que son los jugadores de rugby. De entre todos destacaron, con mucho, los irlandeses, tipos de asombrosa capacidad para engullir litros y litros del preciado zumo de cebada.
Si el jueves por la noche el azul de los Blues de Cardiff dominaron las calles, el sábado fue el azul de Leinster el que tiñó Bilbao. La guerra cromática en San Mamés la libraban el azul eléctrico de los Boys in Blue irlandenses y el Ciel et Blanc de los parisinos de Racing 92. La zona de prensa de San Mamés se convirtió el sábado por la tarde en una pasarela con decenas de leyendas del rugby comentando los partidos: Brian O'Driscoll, Dimitri Yachvili, Ben Kay, Will Greenwood, Raphael Ibañez, Keith Wood, Stuart Barnes, Daniel Herrero, Lawrence Dallaglio o periodistas reverenciados como Stephen Jones o Mick Cleary.
Leinster gana a los millones del Racing 92
La gran final no fue especialmente atractiva para los menos asiduos. Leinster, un equipo cuyo pilar principal es su academia, trataba de imponer su rugby de contacto al millonario talento parisino. Con menos glamour, pero más convencimiento, los irlandeses se beneficiaron de las inesperadas lesiones de Pat Lambie y Dan Carter, los dos aperturas fichados por Jacky Lorenzetti para llevar a su club a la cima europea del rugby. El partido fue tosco, intenso, durísimo. Por momentos daba la sensación que los franceses podrían repetir la gesta de Cardiff la noche anterior, pero finalmente el excesivo castigo físico al que sometió Leinster a Racing le pasó factura en forma de golpes. Y el 'drop' final fallado por Remy Tales, donde debía estar Dan Carter, desató la euforia entre las hordas irlandesas en Bilbao.
La historia contará que San Mamés fue celta, con los triunfos de galeses e irlandeses. Y contará que 100.000 personas invadieron la ciudad y secaron los grifos de cerveza de sus bares mezclados sin distinción de origen o camiseta. Muchos de ellos, los españoles, esperanzados en que el próximo martes tengamos que volver a levantar la cerveza para festejar que España está en el Mundial de Japón de rugby.
Viernes por la noche. La calle Pozas de Bilbao absorbe a buena parte de los más de 25.000 espectadores que abandonan San Mamés tras la disputa de la final de la Challenge Cup de rugby. Es difícil abrirse paso entre la gente. Especialmente si eres el presidente de la Federación Española de Rugby (FER), Alfonso Feijoo. El donostiarra es asaltado por 'rugbiers' de todo el país mientras avanza con dificultad por la populosa calle bilbaína. "¿Qué tal ha ido en Londres presi?", le repiten hasta la saciedad.