Javi Vega, 'el iron man' español en el podio del Dakar que echaba de menos a su prometida

Javi Vega es el único piloto español que ha logrado subir al podio del Dakar. Hasta el último día aspiró a la victoria en la categoria Original by Motul, la más dura de la prueba, y en la que compiten los pilotos de moto que también realizan su propia asistencia al final de cada etapa. Terminó segundo, y entre los treinta mejores de la general, toda una proeza dada la naturaleza de su categoría.

En todas sus participaciones anteriores Javi Vega acudió al Dakar con su pareja Sara García, también en la misma categoría. En la pasada edición se convirtió en la primera mujer capaz de acabar en Original by Motul. Al terminar la prueba, en el mismo podio, Vega pidió en matrimonio a Sara. Sin embargo, una lesión impidió a García estar en el presente Dakar, circunstancia que el propio piloto ha acusado.

En la siguiente entrevista con El Confidencial, Javi Vega cuenta cómo es la vida y la experiencia en el Dakar en tan singular "yo me lo guiso, yo me lo como" de la categoría de los pilotos autosuficientes. Y, por supuesto, qué ha pasado desde que pidiera a Sara matrimonio en el podio del Dakar.

PREGUNTA ¿Qué significa competir en la categoría conocida como Original en el Dakar? Porque es la categoría de los auténticos 'machacas' del Dakar.

RESPUESTA: Hay dos categorías, la normal, en la que vas con tu equipo de asistencia, a los que dejas tu moto al final del dia y te hacen las reparaciones. La de Original quiere imitar al Daka4 antiguo, al de África, donde la organización te trasporta una caja y un juego de ruedas, y con eso tienes que sobrevivir. También te lleva una tienda de campaña y un saco de dormir. Tienes que hacer toda la etapa, y según llegas, desplegas la tienda, buscas un sitio blandito para ella, y tiendes tu saco. Y después de la etapa tienes que hacerte el mantenimiento diario de la moto que, si no has roto nada, se te van un par de horitas. Es como la categoría Iron man del Dakar.

P: Es decir, que después de cientos de kilómetros bajo el crono, los de enlaces, con todo el cansacio que supone, porque los madrugones son enormes, os tenéis que poner con la moto… ¿Mentalmente cómo se lleva esto?

R: Al final, es una categoría que tú eliges. Yo he participado otros años con Sara, que este año no ha podido venir. Sí es verdad que es la más dura. Este año he intentado apretar un poco más y luchar por estar arriba, y lo que me he dado cuenta es que la primera semana apretabas más, pero en la segunda el cansancio empieza a hacer mella. Me he dado cuenta de estar con los pilotos en la línea de salida, estar con cara de estar muerto de cansancio, y los demás un poco más frescos.

Mucha gente me preguntaba la posición absoluta, que he acabado entre los 30 primeros, y me decía que si me hubieran dado más días hubiera ido más para atrás, porque es una categoría en la que acumulas mucho cansancio y pocas horas de sueño. Hay días que duermes tres o cuatro horas. Si no te pilla la noche o reparaciones largas, tienes que gestionarte muy bien el tiempo para dormir y descansar. Los primeros dakares hubo días que estuvimos diecisiete horas encima de la moto. En el primer Dakar me dio tiempo para ducharme un día, porque al final prevalece, o una ducha o media hora más de descanso.

P: Con ese cansancio, con tantas ganas de dormir, ¿Qué piensa al ponerse encima a arreglar una moto? ¿Cómo saca ese, digamos, fondo mental?

R: No te apetece mucho, la verdad (risas). Normalmente haces un enlace de carretera por la mañana, a lo mejor te enchufan doscientos kilómetros a las cinco de la mañana. Luego, empiezas la carrera con cuatrocientos kilómetros bajo el crono. Y luego, otro enlace de carretera hasta llegar al vivac, por ejemplo 200 kilómetros. En este hago un chequeo en marcha de la moto para ver cómo está, los sonidos que ha ido sacando, para un vez llegar al vivac, lo primero de todo es ponerme con la moto.

Lo primero que hacemos es el cambio de aceite, de filtro de aire, todos los días. Y luego, y si suena algo aquí o allá, los radios de la rueda, lo que sea. Te vas preparando en el enlace, porque te toca hacerlo a ti todo.

P: En el Dakar hay una pescadilla que se muerde la cola. El cansancio se acumula, el peligro de caída se acrecienta, si ocurre y daña la moto, la carga de trabajo aumenta y después de la etapa el esfuerzo y el tiempo dedicado a la moto aumenta. En definitiva ¿Uno se hace más frágil?

R: Totalmente, al final esto es lo peligroso, el cansancio acumulado solo trae caídas. Este año he tenido un par de caídas fuertecillas, que me he asustado un poco, y gracias a dios no he tenido nada, un golpe en la cadera y en las costillas. Aunque ahora nos obligan a llevar air bags como en MotoGP para caer más blanditos. Pero al final, la carrera es dura y rigurosa.

P: ¿Cuáles son las fases psicológicas por las que se pasa en el Dakar? Todos decís que hay momentos en que te quieres largar a casa, y aún quedan muchos días…

R: Creo que decimos que el 70% del Dakar es mental, tienes que tener la cabeza amueblada para saber que es largo, que tiene muchos días, y que pasan muchas cosas. No es una carrera de sprint o de motocross que duran veinte minutos, sino que hay días que serán buenos, otros malos, que tienes que sobreponerte a esos días malos y llevarlos como puedas. Por eso es una tarea importante una buena gestión del tiempo, desde cepillarte los dientes, comer todo lo que puedas, y perder el menor tiempo posible para dedicárselo a la moto, y luego descansar.

P: Has tenido un Dakar muy intenso. ¿Cómo es el Dakar cuando se va a ganar? Con Sara se trataba de acabar, pero ahora ha sido diferente.

R: Han sido aventuras diferentes. Con Sara he disfrutado mucho, la presión la llevaba ella, porque íbamos a ganar la categoría femenina, y lo conseguimos, fue la primera mujer en ganar en Original, porque no había ninguna otra pirada que lo hubiera conseguido (risas). Yo, realmente, iba muy a gusto. Este año me he dado cuenta que la presión la he llevado entera, y es diferente, he puesto el chip de carreras y la presión se multiplica. Los días en que yo estaba delante en piedras iba mejor, él como sudafricano, iba mejor en campo abierto. Han sido muchos días, al final un segundo puesto en un podio que sabe a gloria.

P: Un Dakar parece que a veces saca cosas ocultas de uno mismo. ¿De qué te sientes más orgulloso en esta edición? ¿Has descubierto algo nuevo en tí mismo?

R: La verdad es que ha sido un Dakar diferente. Al operarse Sara de la rodilla este año sabíamos que posiblemente no estaría lista para este año. Lo que hice entonces fue entrenar con cambio de ritmo para intentar estar arriba en la categoría. Ha sido la preparación de todo el año, al final luchas por un sueño, "qué bonito sería estar ahí", pero para ello te lo tienes que currar. Llevo todo el año hasta con psicólogo deportivo, con muchos sacrificios y dejar cosas a un lado. Y me he demostrado que puedo estar ahí.

P: Mientras tanto, seguías con tu profesión de odontólogo.

R: Sí, tengo los fines de semanas libres para entrenar, y gracias a que soy autónomo, depende del mes me dejo un día más libre para entrenar con la moto.

P: ¿Cuándo echaba a Sara de menos?

R: Desde el minuto uno. El Dakar empieza cuando acaba el anterior, y todo este año he estado un poco solo, diferente entrenando. Y la echaba de menos a mi lado, y una vez que estás en el Dakar, al ir sin equipo me he visto un poco más solo. También es verdad es que los otros cuatro años lo he pasado muy bien con ella porque era nuestro equipo y hacíamos piña. Me gusta más casi ir con ella que ir de carreras para mi.

P: El año pasado se hicieron virales las imágenes de la pedida de matrimonio en el mismo podio del Dakar ¿Qué ha pasado desde entonces?

R: (Risas) El Dakar ha tenido sus anécdotas. En 2021 me caí el último día y me rompí costillas, fue una locura llegar a la meta, pero lo conseguí. El año pasado fue la pedida, y me dijo que sí (risas), y este año, el podio. Nos casamos este próximo junio.

P: ¿Y el próximo año volverán ya juntos, como marido y mujer?

R: El Dakar es muy complicado para reunir el presupuesto, pasas el año luchando para poder ir. A cada piloto se le van 60.000 euros. Es mucho presupuesto a juntar, y esto es con lo que más sufres para estar en la salida. Ahora, después de dos semanas de descanso valoraremos para donde vamos a tirar.

P: ¿Os planteáis pasaros a las cuatro ruedas juntos? Es decir, competir en el mismo coche.

R: Sería un sueño, la verdad, lo hablamos siempre, no tenemos ni idea quién va a conducir, pero al final está claro que ella será la piloto y yo el navegante, ya sabes, las mujeres mandan (risas). Es una posibilidad muy bonita, pero si cuesta ir en moto, en coche se triplican los presupuestos.

P: Vienes del mundo de la nieve, y parece que los esquiadores o los deportistas de la nieve estáis bien cableados para las ruedas ¿Qué tenéis para subiros a un coche de carreras o una moto y ser rápidos?

R: Lo he pensado varias veces. Al final, el automovilismo de velocidad, en asfalto o el Dakar, se trata de buscar la mejor trazada para ir lo más rápido y recto posible. En ski es lo mismo, gana quien más limpio hace la curva y menos derrape. Y esto quizás lo tenemos bien asimilado.

P: Vale y, lo más importante ¿Qué te dijo Sara de tu espectacular Dakar?

R: La verdad es que es mi mayor apoyo, está encantada, me ha ayudado para llegar aquí preparándome para todo. La veo que está super orgullosa de lo que he conseguido. Al final, siempre que ella conseguía algo, yo me lo tomaba como que yo también era un logro mío, así que creo que está encantada porque también es un logro suyo.