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Cómo el trabajo de Jorge Lorenzo en Yamaha podría comprometer seriamente a Honda
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Reestreno en Malasia con Yamaha

Cómo el trabajo de Jorge Lorenzo en Yamaha podría comprometer seriamente a Honda

El balear, que este viernes ha vuelto a subirse a la M1 de Yamaha, sabe de primera mano que la Honda apenas ha introducido novedades respecto al 2019. Los del ala dorada, en una situación delicada

Foto: Jorge Lorenzo, con el mono de Yamaha antes de subirse a la M1
Jorge Lorenzo, con el mono de Yamaha antes de subirse a la M1

Tercer día de pruebas (o 'shakedown') en Malasia, aún sin la mayoría de pilotos oficiales de MotoGP, que serán de la partida ya el próximo viernes, y reestreno de Jorge Lorenzo con la M1 de Yamaha. "Cuando te vuelves a encontrar con tu primer amor y te enamoras otra vez", escribió el piloto balear en sus redes sociales antes de entrar en faena. A lomos de la moto de la fábrica de los diapasones Lorenzo consiguió debutar en la máxima categoría en 2008, ganar 44 carreras y tres mundiales (2010, 2012 y 2015) antes de mudarse a Ducati y, posteriormente, a Honda, marca con la que finalmente anunció su retirada en noviembre del año pasado, en Valencia, tras toda una vida en el campeonato.

Sin embargo, Lorenzo informó el 30 de enero de su vuelta a los circuitos (era un hecho consumado desde diciembre), aunque como piloto probador. Un alto en su jubilación para ayudar a desarrollar la montura nipona con la que consiguió cumplir todos sus sueños, pilotada ahora por Maverick Viñales y Valentino Rossi. El objetivo final, que Yamaha regrese a lo más alto del podio y sea capaz de luchar contra Marc Márquez por el mundial. Jorge se ha encontrado este martes con una moto diferente a la que tendrá que volver a situar en la línea. Una vez se instaló el mono y el casco (ha vuelto a recuperar el 'X fuera' en su diseño), saltó a pista en Sepang para dar 46 vueltas.

¿En parrilla en Montmeló?

Un ensayo corto, una primera toma de contacto que ha evidenciado que el español es otro al asiento de la M1. Aunque en su nuevo rol no sea importante la tabla de tiempos, Lorenzo se ha quedado a apenas un segundo del mejor registro de la jornada, el de Pol Espargaró con la KTM (1:59.44). Curioso porque su 2:00.56 es tan solo 23 milésimas peor que el que efectuó con Honda la temporada pasada en 'qualy'. De hecho, la posición de la fábrica del ala dorada es muy delicada. Lorenzo conoce de primera mano el funcionamiento de la RCV213V y es consciente de que los japoneses han tocado pocas cosas respecto al curso pasado. En el contrato que el balear firmó recientemente con Yamaha se reservó incluso el derecho de poder competir como 'wildcard' en algún momento del año y desde la 'Gazzeta dello Sport' aseguran que esto podría darse en Montmeló (Barcelona), el próximo 7 de junio. Que el balear estuviese cerca de las Honda ese día sería alarmante.

A los de Tokio podrían entrarle dudas respecto a la estrategia dirigida en los últimos años si Yamaha, su competidor histórico, empieza a recortarle terreno. Son numerosas las voces del 'paddock' que aseguran que los japoneses ganan por piloto (Marc) y no tanto por moto, que el de Cervera palia con su enorme talento y agresividad las carencias de una RC213V indomable. Honda defiende su producto, pero la realidad es que necesitan una segunda moto competitiva y en dos años se han bajado del carro Dani Pedrosa y el propio Lorenzo, dos campeones con problemas y una notable falta de confianza con el tren delantero. Álex Márquez ha llegado al box para hacer dupla con su hermano e intentar mejorar los últimos resultados de sus antecesores, pero que lo vaya a conseguir no está claro. Para lograrlo tendrá que modificar bastantes cosas de su pilotaje, que en principio no parece adaptarse a las exigencias de la moto. Es joven y tiene posibilidades, pero todo esto está por ver.

Para los del ala dorada son muy importantes, aparte del mundial individual, los cetros por equipos y constructores, por lo que necesitan pilotos que sumen. En este sentido, Marc ha estado muy solo, especialmente este pasado 2019, porque los demás se han encontrado con dificultades para gobernar su mismo material. Si finalmente resultara, la reaparición de Lorenzo en Catalunya sería ya como leyenda, pues en mayo entrará a formar parte del Salón de la Fama. Jorge volverá al ruedo ya en los test oficiales, programados del viernes al domingo de esta semana, y con toda la parrilla al completo. Su trabajado no acaba aquí. Desde Yamaha tienen previsto reservarlo y que ruede solo el domingo, en la última jornada. Por el momento, las sensaciones del mallorquín son muy positivas: "Las características de la moto siguen siendo iguales; tiene muchos puntos fuertes y algunos débiles que ya hemos analizado para intentar solucionarlos en el futuro. Enseguida he visto que la moto sigue siendo dócil, con un motor muy suave para el piloto, no es muy física. Es una moto que para mis características de pilotaje sigue siendo ideal".

Tercer día de pruebas (o 'shakedown') en Malasia, aún sin la mayoría de pilotos oficiales de MotoGP, que serán de la partida ya el próximo viernes, y reestreno de Jorge Lorenzo con la M1 de Yamaha. "Cuando te vuelves a encontrar con tu primer amor y te enamoras otra vez", escribió el piloto balear en sus redes sociales antes de entrar en faena. A lomos de la moto de la fábrica de los diapasones Lorenzo consiguió debutar en la máxima categoría en 2008, ganar 44 carreras y tres mundiales (2010, 2012 y 2015) antes de mudarse a Ducati y, posteriormente, a Honda, marca con la que finalmente anunció su retirada en noviembre del año pasado, en Valencia, tras toda una vida en el campeonato.

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