Maverick Viñales gana en Australia y rompe la peor racha de la historia de Yamaha

Un año, cuatro meses y tres días. Ese es el tiempo que ha pasado entre la victoria de Valentino Rossi en Assen 2017 y la de Maverick Viñales en Phillip Island 2018. Veinticinco carreras sin ganar. La peor racha de la historia de Yamaha a la que puso punto final el piloto español este domingo en el circuito australiano con un triunfo imponente, de los que tanto ha echado en falta. Viñales y Yamaha volvieron a sonreír tras sufrir un año lleno de problema.

Antes de las sonrisas llegó el llanto. "Cuando he cruzado la línea de meta se me caían las lágrimas", dijo Viñales antes del podio. Su vuelta de honor fue una liberación tras el calvario en el que se había convertido la temporada. Una moto lejos de las mejores de la parrilla y un sinfín de dudas habían llevado al piloto catalán a cuestionarse al equipo y a sí mismo. No es que la Yamaha no luchara por las victorias, es que le costaba incluso meterse en el podio. El de Australia es el quinto podio de la temporada para Viñales, que ha acusado más que Rossi el bajo rendimiento de una moto en la que casi nunca se ha sentido cómodo.

Por eso cuando Viñales dice que casi no se cree la victoria hay que creerle. Hace unas semanas habría sido impensable un triunfo como el que consiguió, dado el nivel de la Yamaha. "Ha sido un año muy difícil para mí. No me podía creer que había ganado. La moto funcionó de manera increíble", dijo el piloto. Antes de Phillip Island, Viñales solo había subido cuatro veces al podio. Un segundo puesto a principio de temporada en el Circuito de las Américas y tres terceros en Assen, Sachsenring y Buriram, donde la moto ya dio un paso adelante. Su última victoria había sido en Le Mans 2017.

"Por fin puedo disfrutar. Son un montón de emociones. Ha sido un año duro mentalmente. Lo he pasado mal, nunca he podido dar el 100 %", declaró Viñales tras la carrera a Movistar +. El de Yamaha se acabó por delante de Andrea Iannone y Andrea Dovizioso, segundo y tercero. Álvaro Bautista, que debutaba con la Ducati en sustitución de Jorge Lorenzo, terminó cuarto. Álex Rins fue quinto y Valentino Rossi, sexto.

Todos ellos protagonizaron una batalla por detrás de Viñales, líder destacado durante la mayoría de la carrera. Ocupó la segunda posición en la parrilla, pero bajó a la décima tras la salida. "Nos hemos cerrado con Marc (Márquez) y Johann (Zarco) y no he podido abrir gas. Me he quedado detrás", explicó. Márquez y Zarco no acabaron la carrera tras un peligroso accidente entre ambos en la primera curva cuando llevaban cinco vueltas. El francés chocó por detrás con el español al final de la recta principal y se fue al suelo a casi 300 km/h. El francés salió ileso. El daño en la Honda impidió continuar a Márquez, que llegó a Australia como campeón del mundo.

Con los dos fuera, Viñales fue el más rápido. Se escapó y llegó a tener más de cuatro segundos de ventaja sobre sus perseguidores. Un problema con el neumático traseros en el tramo final de la carrera le hizo bajar el ritmo y permitió que Iannone y Dovizioso se acercaran, pero tenía la victoria en el bolsillo. Una victoria refuerza el mensaje que Viñales lanzó a Yamaha antes de la carrera de Australia. El español reclama a la marca que apueste por él. La primera victoria en casi año y medio es un argumento de peso. "Espero que Yamaha pueda ver que puede ganar carreras conmigo y haga un esfuero para darme una buena moto".