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La temeridad del mensaje que transmite Yamaha o por qué necesita tirar la casa abajo
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primera carrera de motogp en TAILANDIA

La temeridad del mensaje que transmite Yamaha o por qué necesita tirar la casa abajo

Aunque los pilotos de MotoGP hicieron pruebas en febrero en el circuito tailandés, ahora tendrán que correr con neumáticos diferentes y la incertidumbre de la climatología

Foto: Valentino Rossi intentando seguir a Maverick Viñales. (EFE)
Valentino Rossi intentando seguir a Maverick Viñales. (EFE)

En estos momentos, en MotoGP parece que solo hay una cosa clara: los problemas de Yamaha. En el diario 'Marca', Massimo Meregalli, responsable deportivo del equipo, se ha descolgado con una declaración sorprendente: “El problema es que no sabemos el problema”. Esto sí que es verdaderamente preocupante, y no es la mejor forma de motivar a unos pilotos, que ya no saben dar respuestas cuando se les pregunta por su situación.

Nadie desde la dirección del equipo asume responsabilidades, y las palabras de Meregalli, que por sinceras podrían merecer algún elogio, son de una temeridad inexplicable por el mensaje que transmiten. Es de suponer que en Japón alguien está tomando buena nota, pero de momento no hay decisiones. Y no las habrá, con probabilidad. Yamaha precisa una refundación, tirar la casa abajo y convertirla en un solar para comenzar a construir de nuevo desde los cimientos, pero nada de eso será posible si no hay una renovación completa en la estructura directiva del equipo, porque esto va más allá de una cuestión técnica.

Yamaha precisa una refundación, tirar la casa abajo y convertirla en un solar para comenzar a construir de nuevo desde los cimientos

Tarde o temprano los ingenieros japoneses hallarán la solución y darán a sus pilotos un material acorde con su talento. Puede que sea el tan cacareado cambio de configuración, aunque empezar de cero con un motor V-4 con el que nunca se ha trabajado y hacerlo competitivo no es algo que se consigue en unos meses. Y no sabemos si esa es una opción real o es una cortina de humo.

Quizás la experiencia del pasado solucionando las anteriores crisis ayude a Yamaha a dar con una solución, porque hay muchos paralelismos. Cuando empezó la categoría de MotoGP, Yamaha, que ya venía arrastrando un largo periodo de malos resultados, se vio claramente superada por Honda e incluso Ducati, que en el año de su debut, 2003, ya logró ganar, mientras que a Yamaha se le negaba la victoria. Salió del atolladero con algo de suerte y una importante inversión económica. Los astros se aliaron a su favor: Rossi estaba descontento en Honda y ante la posibilidad de ficharlo Yamaha puso todo el dinero necesario sobre la mesa.

Pero Yamaha se cerró las puertas a una refundación al renovar tempranamente a sus actuales pilotos. Ambos tienen un horizonte de cinco carreras y dos años de contrato, y en estos momentos lo contemplan con escasa motivación y, como el propio Maverick Viñales ha repetido “cero expectativas”. Rossi y Viñales se han comprometido con Yamaha. Lo que necesitan ahora, de verdad, es que el fabricante se comprometa con ellos. No solo es una cuestión técnica, también es un tema de gestión. El estrepitoso fracaso que está protagonizando Yamaha no solo se da en la pista, también fuera de ella, y de momento nadie entona el mea culpa.

placeholder Marc Márquez condujo su Honda por las calles de Bangkok, capital de Tailandia. (Foto: MotoGP)
Marc Márquez condujo su Honda por las calles de Bangkok, capital de Tailandia. (Foto: MotoGP)

La incógnita de Jorge Lorenzo

En cuanto a Jorge Lorenzo, el balear tiene el visto bueno de los médicos para rodar, pero él, que todavía se ayuda de unas muletas porque aún no está recuperado de la lesión que se produjo en Aragón, no tiene claro cuál puede ser su rendimiento en Tailandia. Sus opciones dependerán de su evolución. Ni él ni Marc Márquez se han querido extender mucho más sobre el incidente de Motorland. Evidentemente han respondido a tantas preguntas como les han formulado, y cada uno mantiene su punto de vista, pero al menos es una confrontación civilizada. No están de acuerdo entre sí, así de sencillo, y ahí se acaba el asunto.

La primera vez en Tailandia

MotoGP visitó por primera vez Tailandia hace ocho meses. En aquellas primeras pruebas dominaron los hombres de Honda y las Ducati lo pasaron mal. Pero la situación puede ser bien diferente este fin de semana, porque el campeonato está en una disposición distinta a la de entonces. Hoy la Ducati es la moto más fuerte y las características del circuito de Buriram, con sus largas rectas que acaparan la mayor parte del trazado, dejando una zona enlazada en el último tramo del circuito, podrían favorecer a la superior aceleración de la Desmosedici.

Las referencias de febrero seguramente no servirán de mucho. Para empezar, los neumáticos serán diferentes. Los compuestos delanteros se mantienen, y eso resulta positivo, porque Buriram es una pista muy exigente con el tren delantero. Detrás cambian: habrá cuatro compuestos, empleando la misma carcasa rígida que emplean en el Red Bull Ring austriaco. No es ninguna sorpresa: cuando rodaron en febrero, Michelin comprobó desde el primer día que la asignación que había preparado para las pruebas no funcionaba. El calor destrozada rápidamente los neumáticos, y por eso se han destinado compuestos más duros para el gran premio, con una mayor variedad en busca de la adaptación idónea de cada moto.

El calor será una variable más que tener en cuenta, igual que la lluvia, que en esta zona de Asia aparece y desaparece con facilidad, y tan pronto descarga torrencialmente como se evapora con rapidez. En la inspección ocular matinal, los pilotos no encontraron problemas significativos, y a pesar de la puntual tormenta caída en Buriram, no parece que haya problemas de drenaje.

En estos momentos, en MotoGP parece que solo hay una cosa clara: los problemas de Yamaha. En el diario 'Marca', Massimo Meregalli, responsable deportivo del equipo, se ha descolgado con una declaración sorprendente: “El problema es que no sabemos el problema”. Esto sí que es verdaderamente preocupante, y no es la mejor forma de motivar a unos pilotos, que ya no saben dar respuestas cuando se les pregunta por su situación.

Jorge Lorenzo
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