El destrozo de retrasar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020... y el respiro para España

"Por fin se ha pronunciado el COI" y admite la posibilidad de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 a causa del coronavirus, "algo que hasta hace unos días parecía no importarles demasiado o quizás es que supieran algo que no nos querían decir...". Es Fernando Rivas, entrenador de Carolina Marín, la campeona de bádminton en los Juegos de Río, quien recibió de buena manera la noticia este domingo. La de Carolina y su equipo es una reacción que representa el alivio de la familia olímpica española cuando escuchó el más que posible aplazamiento (salvo que la situación cambie radicalmente, se hará oficial en cuatro semanas y con nueva fecha). Nadie en España quería competir preparando unos JJOO y Paralímpicos desde casa, confinados por no se sabe cuánto tiempo. En Japón, mientras tanto, esperan a que el COI decida la mejor época posible para evitar la reducción de su PIB en un 1,4% interanual, cifra ya difícil de recuperar en su totalidad pase lo que pase por las consecuencias económicas derivadas del propio virus.

Si este domingo por la tarde el COI iba a proceder a elaborar un texto señalando su decisión de aplazamiento de los Juegos, finalmente decidió posponer tal escrito cuatro semanas y sustituirlo por otro en el que admite tal "posibilidad" y, de paso, ganar tiempo para saber cómo evouciona la situación, hablar con las partes afectadas y dar la nueva fecha de un plumazo. Una de esas partes implicadas es, evidentemente, Japón. La apuesta de Tokio 2020 se traduce en un presupuesto de 11.269 millones de euros (5.020 millones del Gobierno Metropolitano de Tokio y 1.255 millones del Ejecutivo japonés; el resto corre a cargo del comité organizador y entidades privadas). Esta es la carrera del país del sol naciente por el oro, la plata y el bronce. Esperaban hasta dos millones de visitas en esos 17 días de Juegos y unos ingresos directos de 5.634 millones de euros por parte solo de dichos visitantes. Deben estudiar minuciosamente cada detalle del calendario.

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“El contrato [el 'host city contract', de 81 páginas] exige que los Juegos se celebren en 2020. Eso podría interpretarse como que permite un aplazamiento”, la ministra responsable de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, hablaba así al Parlamento nipón a principios de marzo intuyendo que los JJOO 'ganados' en 2013 (a Madrid, entre otras ciudades) podrían moverse. El COI, que puede cambiar la fecha por contrato con 120 días de antelación al inicio previsto (coincide prácticamente con este receso de cuatro semanas que se ha dado), tendrá como principal objetivo esquivar al Covid-19 en la fecha elegida, y detrás vendrán las consecuencias económicas. El agujero por no celebrarse este verano sería clave en la caída del 1,4% del PIB japonés que señala una previsión de la firma de inversiones SMBC Nikko Securities, que relaciona el porcentaje también con los efectos del coronavirus (culpable de la reducción de ingresos en Japón en un 24% en el primer semestre con respecto al mismo periodo de 2019). El impacto económico y otros que afecten a los intereses de las televisiones rivalizan con el aspecto deportivo en cuanto a la idoneidad de la fecha definitiva.

"Lo primero, lógicamente, era y es la salud, por lo que entiendo que aplazarlo es la decisión más acertada. Lo que no es normal es que se celebren unos Juegos bajo unas circunstancias de alarma sanitaria, además de unas condiciones de desigualdad por cómo ha afectado el Covid-19 en unos países y otros", explica el entrenador de Carolina Marín a El Confidencial. "No es normal que, mientras nosotros tenemos que estar aquí parados, sin poder entrenar, en otros países, como la propia China, ya se estén preparando para competir en Tokio. A partir de ahora, lidiaremos con la incertidumbre de nuestro calendario. Si los Juegos se posponen al verano de 2021, nos afectaría al Mundial que se disputa en Huelva, por lo que para nosotros sería mejor llevarlo a 2022... Nos toca esperar y ver cómo se va a reestructurar todo", prosigue Fernando.

La fecha de los JJOO

¿Verano u otoño de este 2020? ¿Verano de 2021 o de 2022? La pelota está en el tejado de Thomas Bach, presidente del COI, quien descarta la posibilidad de realizar unos JJOO sin público. Japón ya había vendido 4,5 millones de tiques para los Juegos (sin incluir los Paralímpicos) a sus compatriotas de un total de 80 millones de peticiones de entradas por parte de 8,2 millones de nipones. A puerta cerrada, Japón perdería sobre 1.000 millones de dólares en entradas vendidas.

Todos en Japón desean que no sea un 'sayonara' sino un 'mata ne' (hasta luego). Los 80.000 voluntarios apuntados deberán esperar la decisión definitiva, así como los que deseaban ser los nuevos propietarios de las 5.600 casas de la Villa Olímpica que se pensaban vender tras abandonar los deportistas la ciudad. También está por ver si la aerolínea de bajo coste que Japan Airlines iba a estrenar en mayo —Zipair Tokyo—, por este motivo olímpico y con una inversión de 200 millones de dólares, operará con normalidad... Todo está en el aire, como también los esfuerzos económicos en mejorar hoteles, infraestructuras de la ciudad, aeropuertos y red de transporte.

No obstante, y por recuperar el foco que ha originado todo este tornado, a día de hoy "lo importante es que volvamos lo antes posible a la normalidad, sobre todo por todas las personas afectadas", concluye Fernando Rivas, quien, sea cuando sea, espera estar en los que serán —sí o sí— unos Juegos Olímpicos históricos para toda la humanidad.