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El salto de Desirée en la vida y al coronavirus: "Ahora valoro tener un muñón"
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El salto de Desirée en la vida y al coronavirus: "Ahora valoro tener un muñón"

La atleta paralímpica Desireé Vila perdió una pierna tras un accidente por negligencia médica y supo reinventarse, como ahora intenta hacer cada español en cuarentena por el coronavirus

Foto: Desireé Vila comenzó su carrera deportiva en la gimnasia, para pasar al atletismo tras la pérdida de su pierna derecha.
Desireé Vila comenzó su carrera deportiva en la gimnasia, para pasar al atletismo tras la pérdida de su pierna derecha.

Dieciséis años. En la flor de la vida. Una carrera deportiva en la gimnasia por delante. Un entrenamiento como cualquier otro. Una inesperada fractura de tibia y peroné. Negligencias médicas, y una pierna amputada. Un horizonte negro por delante de miedos e incertidumbres.

Cinco años después la atleta paralímpica Desirée Vila reflexiona con singular dulzura personal sobre su periplo emocional y físico. Porque rehizo su vida, con una prótesis, sí, pero representante del atletismo español en los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio. Otro estímulo más estos días para escuchar y exprimir en estos tiempos inéditos para todos. Como afrontar el impacto de perder una pierna en la adolescencia y, en doble sentido, tener que echar a andar de nuevo en la vida.

"Si ellos pueden..."

“Si naces con discapacidad lo asimilas desde el primero momento, y de niño no eres tan consciente, te parece algo normal”, explica Desirée Vila a El Confidencial, “pero cuando es después de un accidente, y en mi caso en un momento de mi carrera en el que ya competía a nivel internacional, pues psicológicamente es más duro. Luego, la adaptación a la prótesis lleva un tiempo que una persona que nace con ello no necesita. Es complicado asimilarlo, sobre todo porque parece que estas todo el rato pensando en el pasado, lo que conseguiste y ya no puedes hacer. Si naces con ello no hay pasado sin discapacidad y no puedes comparar”.

¿Cómo vivió aquel impacto interiormente, aquellos primeros meses? “Fue bastante largo y me pilló con una edad complicada, a los 16 años, en las que tenemos muchas inseguridades, sobre todo las chicas, te hacía dudar mucho de si iba a poder trabajar, tener novio, te van a querer con prótesis… Fue más recuperación del tema psicológico que el físico. Como deportista, a nada que me puse en forma estaba preparada para la prótesis y ponerme a caminar. Pero lo psicológico dependía de trabajar contigo mismo. Trabajé también con un psicólogo deportivo para aceptar el tema de dejar el deporte de golpe. Y luego, la familia y los amigos, y conocer a otras personas con prótesis, conocer sus historias personales, y ver que eran personas normales que podrían hacer cualquier tipo de actividad, trabajar, ir a la universidad… Y eso te motivaba para decirte que si ellos podían, yo también”.

El valor de la gente alrededor

Cuando se escuchan otras historias similares parece finalmente que el ser humano se acostumbra a todo ¿ Así lo experimentó Desirée? “Depende, hay personas que se hunden con cosas más pequeñas, y otras que son invencibles a pesar de las situaciones que les toca vivir. Creo que cada uno lo vive de una manera, dependiendo de nuestras vivencias, del entorno, lo fuerte que seas interiormente… Pero practicar el deporte de élite, la gimnasia que es tan disciplinada, también te ayuda a afrontar situaciones complicadas fuera del deporte. En el deporte afrontas el fracaso, la frustración de que no salgan las cosas, como en la vida, y también aquí somos capaces de afrontarlas como hemos afrontado las deportivas.

placeholder Desirée Vila compitiendo para España. (CPE)
Desirée Vila compitiendo para España. (CPE)

¿Es cierto también que se descubren recursos interiores totalmente desconocidos, que solo surgen cuando es forzoso bucear dentro de uno mismo? ¿Qué descubrió la atleta gallega? “Descubrí que tenía que madurar, que apoyarme en mi familia. En esa edad piensas que no quieres que nuestros padres nos ayuden en nada porque somos mayores e independientes, y al final te das cuenta de la importancia de tener gente que te quiere alrededor. También me di cuenta que era más fuerte de lo que pensaba. Cuando me dijeron que me iban a amputar una pierna, nunca me dijeron que fuera a hacer tantas cosas como ahora y que hubiera llevado todo de forma tan alegre, incluso haciendo chistes. Al principio pensaba que se me había arruinado la vida y que no saldría de ese agujero oscuro. Y lo veo ahora, y después de cinco años, creo que lo he llevado muy bien”.

Valorar un muñón

¿Cómo es hoy la Desirée actual, mirando con perspectiva desde aquel día en que tuvo que “enterrar una pierna”, como ella misma definía su situación? “He aprendido muchísimas cosas, y de las mas importantes es la paciencia, que ahora nos viene muy bien estos días. Es lo que tenemos que pensar ahora, que todo llega. A veces estamos detrás de algo mucho tiempo y no llega, y otras veces sin buscarlo llegan oportunidades que no hubiésemos imaginado. Hay que trabajar, pero esperar con paciencia y pensar en positivo. Y luego, por mucho que quieras, no puedes controlar todo lo que te rodea, algo que también se puede enfocar a lo que estamos viviendo ahora. Nos toca adaptarnos, tuve que aprenderlo en el momento del accidente. Yo me preguntaba: ¿por qué a mi? Y al final tienes que pensar que la vida te ha dado eso, y te pone a prueba para ver cómo superas una situación complicada”.

La añorada María de Villota confesó que su accidente le abrió la puerta a otras dimensiones más profunda de la vida. En algunos aspectos, Desirée Vila parece coincidir por su experiencia con la piloto. ¿Se llega incluso a agradecer algo? “Pues sí, por ejemplo, en muchos ámbitos. A nivel deportivo me ha dado un deporte que me ha permitido llegar más lejos que la gimnasia. En atletismo estoy becada, vivo en la residencia Blume, y no hubiera podido vivir todo con la gimnasia, porque no es olímpica. Y con ello, todas las experiencias que lleva ser atleta de la selección española de atletismo. Luego, conocer otra gente con historias de superación. Al practicar deporte adaptado, conozco muchas personas con discapacidad, y cada uno ha tenido que superar sus barreras y sus problemas físicos y psicológicos. Es un aprendizaje que no te llega en ningún colegio, el ver cómo se superan el día a día, y ver que si ellos pueden, yo puedo. Esto es lo que más agradezco del accidente, a personas que me han ayudado a abrir los ojos, y a valorar lo que tengo. Siempre digo que valoro tener un muñón, porque gracias a el puedo caminar y correr con la práctica. Y ser consciente de que no solo a ti te ocurren las cosas malas. Cada uno tiene su historia personal y sus problemas, y cada uno los afronta de una manera”.

La palabra es 'reinventarse'

Acudiendo a su propia experiencia personal y emocional, a los conocidos en situación similar, y lo aprendido en el deporte ¿Qué recursos compartiría en estos tiempos de horizontes limitados a las paredes de casa? “Creo que la palabra es reinventarse, la utilizamos todos los deportistas ahora mismo en esta situación. Hay que buscar nuevas maneras de mantenerse en forma, buscar nuevos proyectos, nuevas motivaciones con los recursos que tenemos. Ahora, nuestras esterillas, los cartuchos de leche como pesas…Buscar soluciones a situaciones que no podemos cambiar. El mensaje es ese, que estamos todos en la misma situación, y que la forma más inteligente de superar esto es buscando alternativas, y tener rutinas, para mí es lo fundamental, esto no deberían ser unas vacaciones largas o un periodo triste y oscuro. Hacer lo que podamos con los recursos que tenemos, en nuestro piso, en nuestra casa y con nuestra familia”.

Entonces, ¿qué antídotos puede ofrecernos Desirée contra ese runrún mental inevitable, ese mono loco dando saltos dentro de la mente? “A mí también me pasa, ahora mismo con el tema de los Juegos, te preguntas si habrá Juegos o no, que tanto entrenamiento para nada… La mente da vueltas. Para mí, es fundamental seguir teniendo objetivos, y con una incertidumbre muy grande hay que intentar buscar objetivos a corto plazo, cualquier tipo, cada uno en su ámbito. Luego, intentar no pensar en lo que va a pasar, porque no lo podemos controlar. Solo podemos controlar el presente. A mí me ocurría cuando tuve el accidente, me ponía en las mismas y en las peores situaciones. Hay que centrarse en lo que puedes hacer, porque contra el futuro no puedes hacer nada, y el pasado no lo puedes cambiar. Es complicado, pero hay que intentar ponerse metas a corto plazo, vivir el día a día, y como decía antes, tener una rutina adaptada a la nueva situación”.

Dieciséis años. En la flor de la vida. Una carrera deportiva en la gimnasia por delante. Un entrenamiento como cualquier otro. Una inesperada fractura de tibia y peroné. Negligencias médicas, y una pierna amputada. Un horizonte negro por delante de miedos e incertidumbres.

María de Villota
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