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Las incógnitas de Saúl Craviotto: el posible abanderado español sin plaza para los Juegos
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Las normas del COI le perjudican

Las incógnitas de Saúl Craviotto: el posible abanderado español sin plaza para los Juegos

El piragüista aún no ha conseguido plaza para Tokio pese a ser campeón olímpico, mundial y europeo. Su situación, como la del resto de compañeros, es compleja. El COE quiere que sea el abanderado

Foto: Saul Craviotto celebra una medalla de bronce obtenida en los pasados Juegos Olímpicos de Rio. (EFE)
Saul Craviotto celebra una medalla de bronce obtenida en los pasados Juegos Olímpicos de Rio. (EFE)

Saúl Craviotto debería ser escogido próximamente como abanderado de la delegación española para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero el piragüista campeón olímpico, mundial y europeo aún no tiene asegurada su plaza para Japón. Sí, como lo oyen. Casi todo el mundo cree que, por su indudable talento, está clasificado, pero la realidad es que no. El problema: las normas impuestas por el Comité Olímpico Internacional (COI). En teoría, España debería llevar a ocho palistas masculinos para competir en cuatro modalidades distintas (así se lo habían ganado), pero el COI, que no quiere exceder de 11.000 deportistas y persigue la paridad de sexos, restringe el número a seis por país. Así las cosas, habrá dos kayistas españoles que se quedarán fuera y tendrán que ver los Juegos desde casa, por la televisión.

Debido a estas circunstancias, el Comité Olímpico Español (COE) ya baraja otros nombres por si el catalán no pudiera asistir. Mireia Belmonte y Lydia Valentín, candidatas. Las reglas del COE son claras y establecen que el deportista con más medallas de oro olímpicas debe encargarse de portar la bandera del país. En la actualidad, no existe ninguno con más metales dorados que Craviotto, que posee dos (Nadal, pero ya ostentó el honor). Si él no pudiera acudir, Belmonte sería la encargada de encabezar a la delegacion en la ceremonia de apertura. La nadadora está empata a oros con la levantadora de peso, pero acumula más platas, por lo que se impondría en la elección.

placeholder Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade; el K4 500 que consiguió la plata en el pasado Mundial. (EFE)
Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade; el K4 500 que consiguió la plata en el pasado Mundial. (EFE)

En cualquier caso, Craviotto buscará su billete a Tokio en un complejo sistema de controles internos llevados a cabo por la Federación. Será el crono quien determine si es de la partida o no. Marzo y abril, las fechas de las pruebas. El ilerdense desea subirse al K4 500, pues ansía el oro por equipos tras ser plata mundial este pasado mes de agosto con algunos de sus compañeros, pero para formar parte del mismo tendrá que demostrar que es uno de los más rápidos en K1 200 y K1 400, ambas disciplinas individuales. "Estamos centrados en el K1 200 y el K1 400, que es donde nos jugamos la plaza. Llevo tres años inmerso en una cosa y ahora en tres meses me piden que gane en otra. Es como si a Usain Bolt para ir le dicen que debe ganar en Jamaica en 1.500. No es su distancia. Y eso nos causa mucho estrés", comentó el piragüista en un acto en Madrid a princicipios de febrero. Mientras países como EEUU o Alemania ya han empezado a entrenar su K4 500, que exige de una gran compenetración y coordinación entre los cuatro palistas del kayak, España tiene paralizado el suyo pese a ser una opción seria a presea.

"Es de locos"

Es lo que tiene que los tickets a Tokio sean por país (6) y no nominales (8). Craviotto no culpa a la Federación, pues entiende que poco puede hacer al respecto, pero sí que hubiera preferido "más previsión". España, con al menos diez hombres entre los mejores palistas del mundo, pierde tal y como están concebidas las normas. El problema es tremendo pues, aparte de Craviotto, podrían quedarse fuera de Tokio otros hombres como Marcus Cooper y Cristian Toro, ambos oros olímpicos en Rio 2016. "Es una pena, conseguimos clasificar a la primera y ahora entramos en un proceso igual o peor a cuando no estábamos clasificados", expresó el catalán. Si pasara el corte y fuera parte integrante del K4 500 a Craviotto todavía le quedaría una tercera prueba más por solventar: la Copa del Mundo de Duisburgo (Alemania) en el mes mayo. En caso de que el combinado nacional volviera de vacío, la Comisión Técnica no descataría un nuevo proceso de selección. "Es de locos", dice el campeón.

El piragüismo español afronta los Juegos con expectativas, pero más grandes son las incógnitas. El proceso de selección, que desde la Federación consideran justo, es un auténtico quebradero de cabeza para los deportistas. A pesar de todo, Craviotto espera estar para cosechar un oro que le falta y poder enarbolar la rojigualda. Eso sí, no tiene la más mínima intención en entrar "en ningún tipo de pugna por ser abanderado", según comentó en Onda Cero este mes. El catalán respetará la decisión que la Junta de Federaciones del Comité Olímpico Español determine. Todo hace indicar que, si se clasifica, la gloria, salvo sorpresa, será suya. Le queda lo más duro.

Saúl Craviotto debería ser escogido próximamente como abanderado de la delegación española para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero el piragüista campeón olímpico, mundial y europeo aún no tiene asegurada su plaza para Japón. Sí, como lo oyen. Casi todo el mundo cree que, por su indudable talento, está clasificado, pero la realidad es que no. El problema: las normas impuestas por el Comité Olímpico Internacional (COI). En teoría, España debería llevar a ocho palistas masculinos para competir en cuatro modalidades distintas (así se lo habían ganado), pero el COI, que no quiere exceder de 11.000 deportistas y persigue la paridad de sexos, restringe el número a seis por país. Así las cosas, habrá dos kayistas españoles que se quedarán fuera y tendrán que ver los Juegos desde casa, por la televisión.

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