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Michael Phelps y Katie Ledecky, cosas que ver antes de morirse
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dos oros más para él; uno más para ella

Michael Phelps y Katie Ledecky, cosas que ver antes de morirse

Las dos mayores estrellas de la natación mundial protagonizaron la cuarta noche de finales en la piscina. Phelps ganó el 200 mariposa y el relevo 4x200 y Ledecky, el 200

Foto: Michael Phelps besa a su hijo (Reuters)
Michael Phelps besa a su hijo (Reuters)

Uno aún no se ha retirado y la otra lleva cuatro años ganándolo todo, pero este martes por la noche, en la piscina del Centro Acuático de Río, Michael Phelps, 31 años, le dio el relevo a Katie Ledecky, 19. Fue un cambio de guardia, un traspaso simbólico. Phelps recuperó el trono de su prueba predilecta, los 200 mariposa, en la que quedó segundo en Londres y la única que había nadado en su debut en Sídney 2000, y Ledecky sufrió como pocas veces lo ha hecho para vencer en la distancia que más problemas le crea, el 200. Ambos salieron victoriosos en otra noche mágica en la piscina de Río.

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Foto: Michael Phelps (Reuters)

Por primera vez, la dos mayores estrellas de la natación mundial consiguieron un oro individual la misma noche. Tras los Juegos de Londres, cuando apenas se atisbaba el fenómeno Ledecky, por entonces una quinceañera, Phelps estuvo más fuera que dentro de la natación. No volvió a tomársela en serio hasta el año pasado, cuando su compatriota se convirtió en una de las mejores nadadoras de todos los tiempos. No ha sido hasta la cita de Río cuando ambos han coincidido en un gran campeonato. Y no ha sido hasta el cuarto día de competición, el 9 de agosto de 2016, cuando han nadado dos finales individuales. En quince minutos eléctricos, el mundo pudo contemplar el pasado, el presente y el futuro de este deporte.

El modo automático de Ledecky

La primera en nadar fue Ledecky. Esta vez no hubo récord del mundo, pero sí un bocado de más de medio segundo a su marca personal y la sensación que puede batirlo dentro de no mucho. Fue necesario que se exprimiera para resistir a la excepcional sueca Sarah Sjöström, que por unos momentos pareció que iba a alcanzarla en la última piscina e iba a ser la primera en derrotarla en una final. Pero Ledecky aguantó. "Fue una carrera realmente dura, pero muy divertida. Es increíble conseguir otra medalla", dijo tras sumar su segundo oro en estos Juegos, el tercero de su carrera.

"Cuando entro en el agua estoy en modo automático", explicó Ledecky, cuyo secreto aún no se explican ni sus entrenadores. Hacía 44 años que una nadadora no ganaba el 200 y el 400 libre en unos Juegos Olímpicos, lo que da una idea de la hazaña de la estadounidense, a la que todavía le queda el 800, donde ya solo compite contra la barrera de los 8 minutos. Es el futuro de la natación estadounidense y mundial. "También un poco el presente", dijo.

Y Ali tumbó a Frazier

Foto: Katie Ledecky, después de ganar un oro (Reuters)

El sudafricano Chad Le Clos, campeón olímpico de 200 mariposa en Londres, había calentado su duelo con Phelps desde que hubo una mínima posibilidad de que pudiera suceder, en concreto hace un año. Cuando uno estaba compitiendo en el Mundial de Kazán (Rusia) y el otro reaparecía a lo grande en San Antonio (Estados Unidos) con su mejor tiempo en el 200 mariposa en seis años, a Le Clos le faltó tiempo para echar leña al fuego. "Me alegro de que haya recuperado su buena forma. Ahora no podrá decir que no había entrenado. El próximo año va a ser Muhammad Ali contra Joe Frazier", se atrevió a decir. Cualquiera de los dos le quedaban muy grande. Aún le escocía que Phelps hubiera dicho que a Londres llegó casi sin preparar la prueba.

¿Fue una buena idea espolear al mejor nadador de todos los tiempos? Bueno, el dedo levantado de Phelps contesta esa pregunta. El estadounidense ni miró a Le Clos antes de subirse al poyete. Y eso que lo tenía en la calle de al lado. Casi fue lo más cerca que estuvieron. Cuando se dio la salida, que se aplazó por el ruido, Phelps nadó decidido. Era casi una cuestión personal. Al paso por el 100 ya iba en cabeza. Le Clos salió del últmo viraje decidido a darle caza, a noquearlo, pero conforme avanzaba la última piscina, con todo el pabellón en pie, más lejos estaba del norteamericano, imparable hacia su 20ª medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Le Clos acabó hundiéndose y cedió el podio ante el japonés Sakai y el húngaro Kenderesi.

Phelps ya había ganado un oro en el relevo 4x100, pero el del 200 mariposa tuvo sabor especial. Lo demostró en el podio, donde hacía muecas para disimular la emoción mientras sonaba el himno, o justo después, cuando achuchó a su hijo Boomer, presente todos los días en la grada del Centro Acuático junto a su pareja. Tras el momento tierno de la noche se fue corriendo otra vez a la cámara de llamadas: le esperaba el último relevo del 4x200, que por supuesto ganó Estados Unidos. Fue su 21ª medalla de oro, 25ª en total en unos Juegos. Y aún puede llegar a 28 con el 100 mariposa, los 200 estilos y el 4x100. ¿Cuántas ganará Ledecky?

Uno aún no se ha retirado y la otra lleva cuatro años ganándolo todo, pero este martes por la noche, en la piscina del Centro Acuático de Río, Michael Phelps, 31 años, le dio el relevo a Katie Ledecky, 19. Fue un cambio de guardia, un traspaso simbólico. Phelps recuperó el trono de su prueba predilecta, los 200 mariposa, en la que quedó segundo en Londres y la única que había nadado en su debut en Sídney 2000, y Ledecky sufrió como pocas veces lo ha hecho para vencer en la distancia que más problemas le crea, el 200. Ambos salieron victoriosos en otra noche mágica en la piscina de Río.

Katie Ledecky
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