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Así 'maltrata' México a sus técnicos: "A Osorio lo despellejaron y tuvo que aguantar"
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el técnico colombiano, de la crítica al elogio

Así 'maltrata' México a sus técnicos: "A Osorio lo despellejaron y tuvo que aguantar"

Paco Jémez, que entrenó recientemente a Cruz Azul, uno de los grandes equipos del país, analiza a la selección de México y la presión que tiene que aguantar el seleccionador que venció a Alemania

Foto: Juan Carlos Osorio, en el partido contra Alemania. (Reuters)
Juan Carlos Osorio, en el partido contra Alemania. (Reuters)

Son 127 millones de personas y una obsesión recurrente, el fútbol. La 'tri', la selección, México. El resto de países del mundo o tienen alternativas, o tienen éxito o tienen menos gente para enfadar por un simple cálculo poblacional. México vive por y para el fútbol, hay más deportes, algo de boxeo, un poco de béisbol, automovilistas, pero poco pueden hacer en comparación con la fuerza del deporte rey. De la selección siempre se espera todo, siempre, pero nunca consigue nada. O, para ser más exactos, parece especializada en pasar la fase de grupos tan solo para darse de bruces en los cruces. Desde 1994 han caído siempre en los octavos. Suena a la España del pasado, solo que con el muro puesto un poco antes. Juan Carlos Osorio, un colombiano de biografía curiosa, es el técnico encargado de derrotar a la pertinaz historia de la 'tri'.

Es preciso dotar de contexto a Osorio y la dureza de su puesto. Por su pasado, por las expectativas puestas en su equipo. Y por la idiosincrasia del propio país. Paco Jémez, que entrenó hace unos meses a Cruz Azul, llegó de México y entendió la presión que puede llegar a tener el técnico de ese conjunto. "Él ha tenido que lidiar momentos complicados, con unas críticas brutales, lo despellejaron vivo prácticamente, y tuvo que aguantar, tuvo que serenarse porque había gente que pedía su cabeza, su dimisión… de todo", cuenta a El Confidencial el técnico cordobés.

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Paco cogió a uno de los clubes más grandes del país, también uno de los más desafortunados. Después de años atrancados en los malos resultados, él lo metió de nuevo en el play-off por el título. De Osorio en México se espera algo similar, que toda esa pasión se convierta en resultados y no solo en folclore. Tiempo tuvo para conocer a la hinchada y a la prensa, con la que tuvo algún desencuentro que hoy minimiza. "Yo con los aficionados no tuve nunca ningún problema, con la mayoría de la prensa tampoco, tuve problema con alguno en particular que no representa en absoluto lo que es la prensa mexicana", explica.

Lo que no quiere decir que la presión sea igual allí que en otras partes del mundo. "No te puedes imaginar la cantidad de periodistas que siguen al Cruz Azul, yo no tuve ningún problema con el 99% de ellos, pero con un 1% sí porque no iba a dejar que me faltasen el respeto a mí, al club, a la gente que trabajaba conmigo o a los jugadores". Y eso no es más que un caso microscópico en comparación con el gran mastodonte, el equipo de todos. "Con la selección todo se multiplica por 100, la selección del país es lo más importante en México en cuanto a deporte, la gente se desvive por ella y la presión y las críticas son mayores, eso es lo que realmente tiene que sobrellevar el seleccionador", cuenta Jémez.

Y eso incluye un nivel de crítica al que nadie puede estar acostumbrado, porque en otros terrenos no existe. En cantidad, y en estilo. "El seleccionador tiene que estar preparado para eso, porque además es un tipo de crítica muy diferente, muy hiriente, de mucha polémica. La prensa mexicana es como es, es distinta a la prensa de Europa. Las cosas que son capaces de decir a un entrenador o a un jugador o un equipo no las oyes aquí en España ni por asomo. Son registros distintos y a eso tienes que habituar, estamos hablando de dejar a gente que te falte al respeto, una cosa es la crítica deportiva y otra es faltar al respeto, que allí en algunos casos se hace", relata Paco.

placeholder Rafa Márquez y Juan Carlos Osorio. (EFE)
Rafa Márquez y Juan Carlos Osorio. (EFE)

La errática carrera de Osorio

Un pequeño repaso sobre el profesor Osorio, porque su carrera es cualquier cosa menos convencional. Nació en Colombia, pero su formación está en Estados Unidos, un lugar poco común para aprender el fútbol. Su mujer es de allí y allí comenzó, primero, como entrenador personal. Su objetivo siempre fue triunfar en el fútbol y sobre esa línea se fue moviendo. Fue asistente en el Manchester City, entrenó a franquicias de la MLS, algún paso con escaso éxito por la liga mexicana y, finalmente, el Atlético Nacional de Medellín y el Sao Paulo como trampolín para la selección mexicana y el reconocimiento global como un gran sabio del fútbol. Pero con eso no es suficiente.

En México se dio de bruces en una Copa América, con una vergonzosa derrota contra Chile. También sufrió en la Copa de Oro. Y clasificó con facilidad para el Mundial, pero nada de todo aquella fue suficiente. En su despedida antes de irse a Rusia, en el estadio Azteca, la mayor parte del estadio le despidió con bronca y con gritos para que se fuera. Todo eso aliñado con una crítica feroz de parte de la prensa -que no le perdona que haya bunquerizado al equipo- y leyendas como Hugo Sánchez preguntándose que, si tan bueno es, por qué no está entrenando a Colombia. El mejor delantero de la historia del fútbol mexicano tiene tanta facilidad par dar titulares como la tenía para rematar a gol.

"No están contentos con que ganemos, tenemos que ganar y humillar al rival, no hay otro país del mundo que presione tanto al seleccionador. No lo hay", explicaba en una entrevista en mayo al New York Times. Y esto, que podría parecer poco más que una queja al aire de quien se ve presionado, resulta que es algo que también se ve desde fuera si se mira con paciencia. "Por lo que he visto de la selección y lo que he hablado con sus ayudantes, él quiere que su equipo no solo gane los partidos, sino que juegue bien al fútbol. Pero también es cierto que en México eso es casi una exigencia, el mexicano quiere no solo ganar, sino hacerlo con un determinado tipo de fútbol, con la dificultad que eso conlleva", explica Paco Jémez.

La exigencia natural del país se ve aumentada en este caso por cuestiones meramente deportivas. "La sensación que hay, y yo en eso estoy bastante de acuerdo, es que esta es la mejor selección que han tenido nunca, en México se huele que este es el mejor combinado mexicano que ha habido hasta ahora", dice Paco. Porque ilusionarse cuando hay un conjunto notable es más fácil. "Tiene un equipo espectacular, creo que solo les falta un par de resultados buenos para creer realmente en sí mismos y para sentir que son una potencia que puede pelearse con cualquiera. Igual estamos hablando que a lo mejor pasan de octavos y la gente no está contenta, o la prensa está contenta solo con eso porque entienden que hay selección para mas", cuenta Paco. Bien, el primero de esos resultados ya ha llegado.

placeholder Carlos Vela, atacando a Boateng. (EFE)
Carlos Vela, atacando a Boateng. (EFE)

El mejor México de siempre

La victoria contra Alemania ha cambiado la posición de Osorio. Ganar al campeón del mundo está entre los grandes triunfos del fútbol mexicano, y aunque queda mucho por hacer, el inicio ha sido lo suficientemente bueno para que muchos críticos opten por el silencio o cambien de bando. Eso a pesar de que la 'tri' que se vio no se alineó a la lírica del toque sino que se convirtió en un equipo reactivo, buscando menos la posesión que en otras ocasiones. "México es un equipo que quiere llevar la batuta en el partido, pero es verdad que se enfrentaban a Alemania y eso cambiaba un poco las tornas, ellos entendieron que ante una defensa que era mucho más lenta que su ataque iban a hacer más daño a la contra, como así fue. No sé si fue algo previsto o que dio el partido, porque también quitarle la posesión a Alemania no es nada fácil. La primera parte México fue muy superior, la segunda Alemania mereció más", analiza Jémez.

¿Cómo es el equipo del profesor Osorio? "Es compensado y equitativo, no tiene grandes estrellas, aunque pueda tener jugadores muy importantes. Esa es, yo creo, su gran virtud, no hay ninguna estrella, ningún jugador que sobresalga por encima de los demás, son todos muy buenos jugadores y todos tienen la labor de hacer un gran equipo, que creo que es lo más importante en una selección. No hay un Cristiano, un Messi, ni un Iniesta o un Isco, pero los jugadores se ayudan, están comprometidos y eso les hace un equipo importante", disecciona el extécnico de Cruz Azul.

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Esa igualdad de sus jugadores es algo que entendió Osorio antes que sus detractores. De hecho, uno de los motivos por los que tanto ha sido criticado es por sus intensivas rotaciones, los futbolistas entran y salen del once sin motivo aparente y eso no gusta, le señalan que no tiene criterio y que es incapaz de delimitar quiénes son sus once favoritos. Solo un jugador podría haber sido estrella de verdad, del nivel de los anteriormente citados. Pero claro, Carlos Vela nunca fue uno más. "Es un jugador extraño, capaz de levantar a la gente de sus asientos, pero también capaz de pasar muy desapercibido muchas veces. Siempre ha sido así Vela, puede estar mejor o peor, pero lo que le ha faltado es esa regularidad, todos sabemos la calidad que tiene, gran calidad, espectacular y es un tipo físicamente fuerte, pero nunca ha tenido esa continuidad que le haya hecho ser mucho mejor jugador. Bueno, quizá en este Mundial nos llevamos una sorpresa y vemos a ese Vela".

Quizá en este Mundial. La frase de Paco se puede aplicar a Vela, pero también a Osorio o a México. La ansiedad por el resultado, la emoción y la fe, esa mezcla de extremos en la que las mismas personas pueden pasar de un día para otro del cero al infinito.

Son 127 millones de personas y una obsesión recurrente, el fútbol. La 'tri', la selección, México. El resto de países del mundo o tienen alternativas, o tienen éxito o tienen menos gente para enfadar por un simple cálculo poblacional. México vive por y para el fútbol, hay más deportes, algo de boxeo, un poco de béisbol, automovilistas, pero poco pueden hacer en comparación con la fuerza del deporte rey. De la selección siempre se espera todo, siempre, pero nunca consigue nada. O, para ser más exactos, parece especializada en pasar la fase de grupos tan solo para darse de bruces en los cruces. Desde 1994 han caído siempre en los octavos. Suena a la España del pasado, solo que con el muro puesto un poco antes. Juan Carlos Osorio, un colombiano de biografía curiosa, es el técnico encargado de derrotar a la pertinaz historia de la 'tri'.

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