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Sergio Ramos busca la enésima absolución y de paso frenar el fuego amigo
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en albania, otra vez bajo la lupa de la crítica

Sergio Ramos busca la enésima absolución y de paso frenar el fuego amigo

En el Albania-España volverá a ser examinado con lupa un Sergio Ramos víctima de críticas feroces. Críticas que parten de su entorno más cercano, lo que le duele más

Foto: Sergio Ramos cometió un penalti ante Italia que provocó una avalancha de críticas hacia el central sevillano (EFE)
Sergio Ramos cometió un penalti ante Italia que provocó una avalancha de críticas hacia el central sevillano (EFE)

Tiene claro que en estas primeras semanas de temporada no está rindiendo como de él se espera. El penalti que cometió en Turín y facilitó el empate de Italia provocó que el torrente de críticas se desbordara una vez más. Está habituado Sergio Ramos a sufrir capítulos de estas características porque se suceden de manera cíclica. "Que disfruten los que rajan, pues ya callaré bocas. No me van a destruir con las críticas", dijo desafiante tras el partido. La verdad es que está dolido, sobre todo porque se siente víctima del fuego amigo... Una vez más. En el Albania-España la lupa de la crítica no le quitará ojo.

Entiende el defensa que desde su propia casa, también de entornos cercanos, no se proyectan palabras y acciones encaminadas a echarle un capotazo, sí para todo lo contrario. Es una experiencia que ya ha sufrido en un pasado reciente, esperando que no se reprodujera con el paso del tiempo. Pero cree que pocas cosas han cambiado y que siempre habrá alguien que se le lance al cuello a la más mínima oportunidad. Así lo estiman desde el propio interior de la Selección española, donde durante unos días el jugador está alejado de su rutinaria vida en el Real Madrid.

Las relaciones entre Sergio Ramos y Florentino Pérez nunca fueron sencillas, tampoco ahora. Aunque en público, delante de las cámaras, den sensación de normalidad, la realidad es otra muy diferente. Las dos Champions League ganadas por el Real Madrid en los últimos años (2014 y 2016) calmaron las aguas, pero el asunto se ha vuelto a ensuciar. El mal comienzo de temporada del defensa ha sido criticado con extrema dureza; aunque tenga claro que ha sumado un puñado de errores, no comprende que prácticamente se haya iniciado con él una especie de implacable caza. Sobre todo por parte de los propagandistas oficiales de Pérez.

La despedida de Casillas

Ya en 2015 informaba este periódico sobre una situación exactamente similar. Era el mes de junio y entonces la guerra fría que unía su vida a la de Florentino Pérez vivía su peor momento. Con las negociaciones para mejorar sus condiciones contractuales prácticamente rotas, el ambiente estaba cargado de tensión. "¿La renovación? Está bastante aparcada, la verdad", disparó el futbolista cuando se incorporaba a una concentración de la Selección entonces entrenada por Del Bosque. En aquel momento, aunque en su interior solo pensaba y soñaba con continuar en el Real Madrid, su tirante relación con el presidente no invitaba al optimismo. Todo lo contrario.

Sucedió que días después tuvo lugar la triste y vergonzosa despedida en solitario de Iker Casillas. Un episodio que abrió las costuras de la institución, ofreciendo una pésima imagen al exterior. A la carrera se organizó un acto para el día siguiente con el fin de limpiar la cara del club, también de su presidente. Este tuvo claro entonces que no podía permitir que otro de los referentes del equipo durante los últimos años también hiciera las maletas. Florentino Pérez estaba obligado a acercarse a Sergio y aceptar las condiciones del defensa, que en aquel momento tenía decidido marcharse en 2017, justo al acabar el contrato que estaba en vigor entonces.

Un cara a cara con el presidente del Real Madrid supuso el final del culebrón y el feliz desenlace para el futbolista, cuyo objetivo siempre fue seguir vestido con la camiseta blanca durante muchos años. Tuvo en la mano buenas ofertas que le garantizaban un buen puñado de millones de euros. Finalmente tuvo que ser Florentino Pérez el que se rascara el bolsillo para garantizarse la continuidad de su gran capitán. Un compromiso que expira en junio de 2020. El tiempo dirá si lo cumple... Con permiso del fuego amigo.

Tiene claro que en estas primeras semanas de temporada no está rindiendo como de él se espera. El penalti que cometió en Turín y facilitó el empate de Italia provocó que el torrente de críticas se desbordara una vez más. Está habituado Sergio Ramos a sufrir capítulos de estas características porque se suceden de manera cíclica. "Que disfruten los que rajan, pues ya callaré bocas. No me van a destruir con las críticas", dijo desafiante tras el partido. La verdad es que está dolido, sobre todo porque se siente víctima del fuego amigo... Una vez más. En el Albania-España la lupa de la crítica no le quitará ojo.

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