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Barça: los deberes de Laporta para evitar pérdidas tras la fuga de su cúpula económica
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Salida de Eduard Romeu

Barça: los deberes de Laporta para evitar pérdidas tras la fuga de su cúpula económica

En cuatro años, el club ha perdido a los tres máximos responsables de su plan de restructuración. Ahora afronta un final de 2023-2024 marcado por cuestiones clave

Foto: Joan Laporta y Eduard Romeu, visiblemente emocionados en el acto de despedida de este último. (EFE/Alejandro García)
Joan Laporta y Eduard Romeu, visiblemente emocionados en el acto de despedida de este último. (EFE/Alejandro García)
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“El presupuesto está garantizado al 95%”, aseguraba Eduard Romeu a principios de temporada. “El trabajo está hecho, el equipo económico acabará de ajustar los 200 millones que el club venía perdiendo en el pasado”, insistía ayer el ya ex vicepresidente económico del FC Barcelona, en un anuncio de despedida en el que no respondió a ninguno de los interrogantes sobre la viabilidad del club que siguen sin resolverse. ¿Se cumplirá el objetivo de cerrar 2023-2024 sin necesidad de ventas extraordinarias de jugadores o activos? ¿Se ha resuelto la ejecución de la venta de Barça Media o el riesgo sigue vigente? ¿Se ha evitado que se produzcan nuevas desviaciones en la masa salarial?

“Has dicho trabajo hecho, pero queda trabajo por hacer”, matizó el presidente, Joan Laporta, en su parlamento. Y no es para menos, ya que los nuevos límites salariales anunciados por LaLiga dejaban entrever una desviación negativa de 60 millones de euros sobre el presupuesto. Romeu, que en los últimos meses ya había mostrado en círculos privados tener la carta de renuncia redactada y firmada, aseguró que se iba tras el pase del equipo a cuartos de final de la Champions League, una cuestión clave para acercarse al cumplimiento de los objetivos presupuestarios. Quien no esperó a ese hito fue Maribel Meléndez, cuya marcha se consumó hace dos semanas, dejando vacante la dirección corporativa y la máxima responsabilidad ejecutiva sobre el Espai Barça.

Foto: Gerard Piqué, en un acto de la Kings League. (EFE/Carlos Díaz)

La inestabilidad del área ha sido una constante desde la misma noche electoral. Jaume Giró, que inicialmente entraba con el rango de Romeu, ni siquiera llegó a formalizar su entrada en la junta de Laporta tras ser el portavoz económico durante toda la campaña. Ferran Reverter, exCEO global de MediaMarktSaturn, sí entró en marzo de 2021 y lo hizo con una hoja de ruta de reestructuración. Sin embargo, no llegó al año en el cargo y decidió dimitir pasado el primer mercado de invierno. En su caso, sí por discrepancias sobre el giro de guion a una estrategia que pasó de la austeridad a apostar por volver a salir al mercado de fichajes para reforzar la plantilla.

Si bien las razones de sus salidas son oficialmente distintas -familares, profesionales, personales-, lo que sí comparten es su relevo: nadie. La figura del CEO se suprimió y las responsabilidades de Reverter han sido asumidas desde entonces por el propio Laporta y Ferran Olivé, tesorero de la junta, verdadero hombre de confianza del presidente en la gestión del negocio y primer ejecutivo en la sombra. La dirección corporativa ya no consta como tal y Manel del Rio asciende al comité de dirección, pero sólo con poderes sobre el área de finanzas. En cuanto a Romeu, Laporta avanzó ayer que su rol se repartirá entre distintos miembros de la junta y ejecutivos de la entidad. Y los retos inmediatos no son menores.

placeholder El ya exvicepresidente Eduard Romeu, durante su comparecencia ante los medios. (EFE/Enric Fontcuberta)
El ya exvicepresidente Eduard Romeu, durante su comparecencia ante los medios. (EFE/Enric Fontcuberta)

Devolver la sostenibilidad económica al proyecto

Desde la entrada de Laporta, todos los ejercicios económicos se han visto impactados por movimientos extraordinarios, sean por la amortización anticipada de jugadores, la dotación de provisiones por posibles contingencias o la venta parcial de unidades de negocio para elevar los ingresos. Si se contempla el ejercicio 2020-2021 como parte del actual mandato -tomaron las riendas tres meses antes del cierre-, las pérdidas del periodo se sitúan en 80 millones de euros, a la espera de saber si 2023-2024 se convierte realmente en el primer ejercicio que se cierra en beneficios sin operaciones extraordinarias.

Sería el primer año en el que se resuelve un periodo de siete años en el que se ha estado trabajando con unas pérdidas operativas de más de 200 millones de euros por temporada. Y no es un tema menor, ya que Romeu se refirió ayer en varias ocasiones a los avales que soporta la actual junta directiva, de 124 millones de euros y con unos intereses que todos los miembros deben abonar hasta que generen beneficios por un importe equivalente.

Su marcha también se produce una vez ya se ha cerrado la financiación del Espai Barça, razón que explica que la deuda neta haya pasado de 505 millones en 2020 a 1.172 millones en 2023, con el foco puesto ya en una potencial refinanciación que no llegaría antes de 2030.

placeholder Operarios, trabajando en la primera fase de las obras del Camp Nou. (EFE/Enric Fontcuberta)
Operarios, trabajando en la primera fase de las obras del Camp Nou. (EFE/Enric Fontcuberta)

Barça Media, un impago de 40 M y 60 M pendientes

La junta de Laporta apostó por la venta de activos para cuadrar las cuentas durante los tres años en los que la pandemia destrozó la estructura de ingresos clásica y en los que la masa salarial no bajaba al ritmo que se esperaba y se dibujó inicialmente. Una de esas operaciones fue Barça Studios, después bautizada como Barça Vision, por la que entraban 200 millones de euros a cambio de un 49% del brazo audiovisual digital del club. La venta se ejecutó en el verano del 2022 para salvar las inscripciones de toda la plantilla 24 horas antes del debut liguero y se reformuló un año después, nuevamente para evitar problemas con los futbolistas ante la falta de ingresos reales por esa operación.

La entrada de nuevos inversores cubría los pagos que, según el calendario inicial, deberían haber realizado Socios.com (17,1%) y Orpheus Media (2,4%) antes del 30 de junio de 2023. Ambos desembolsaron 10 millones de euros a la firma y el resto se dividía en tres años, pero ya en 2023 no se produjeron.

Foto: Foto: Reuters/Andrew Kelly.

Esas obligaciones pendientes para la primera temporada, de 40 millones de euros, las asumía el fondo de inversión Libero Football en agosto del año pasado. A cambio recibía un 9,8% de la empresa, pero ha incumplido todos los deadlines y hoy ese dinero no ha entrado en caja. El 19,7% restante se lo quedaba un inversor chipriota del que aún hoy se desconoce su identidad y que de inicio sí pagó 20,09 millones. Si nada se tuerce, pagará otros 30 millones el 15 de junio de 2024 y otros 30 millones el mismo día de 2025.

Los impagos ya afectaron al límite de plantilla autorizado por LaLiga en 2023-2024, y la incertidumbre es si el auditor obligará al club a deteriorar ese ingreso no realizado de 40 millones y reducir el valor contable de su 51% ante este escenario, por el que el Barça se dio un ingreso contable de otros 208 millones de euros que salvó el pasado ejercicio a nivel de rentabilidad. Cualquier advertencia acarrearía unos gastos extraordinarios no previstos que llevarían a cerrar la temporada en pérdidas, pues el resultado neto previsto era mínimo y ya se basaba en un presupuesto “exigente” de ingresos.

Dudas con la ejecución del plan de negocio

Otra carpeta no resuelta es si se podrá cumplir o no el objetivo de ingresos para esta temporada, ya que se estableció una cifra de negocio de 773,86 millones de euros, apenas 20 millones menos que en 2022-2023 y eso que había importantes condicionantes. El mayor, el traslado de los partidos del primer equipo del Camp Nou a Montjuïc, que en términos de asistencia se ha traducido en un descenso de casi el 50% del número de espectadores.

El plan contemplaba que sólo se perdieran 20 millones por taquilla y partidos amistosos, de 124 millones a 99,8 millones de euros. La recaudación por socios y abonados bajaría más de un 50%, hasta 30,6 millones, pese a pasar de 83.000 a 17.500 pases de temporada, una cifra no muy alejada de los registros de 2017-2018 y 2018-2019, con el Camp Nou a pleno rendimiento y Leo Messi en el equipo.

placeholder El presidente Laporta, durante la reciente renovación del patrocinio de Cupra. (EFE/Alejandro García)
El presidente Laporta, durante la reciente renovación del patrocinio de Cupra. (EFE/Alejandro García)

En televisión, donde sí estaría todo más encarrilado tras el pase a cuartos de final de la Champions, se debería pasar de 215,9 millones a 243,3 millones, mientras que en el área comercial se ambicionaba una mejora interanual del 2,6%, hasta 400 millones de euros, la cifra más alta de la historia pese a ser un año en el que negocios como el museo y el retail se ven muy afectados por las obras del Spotify Camp Nou. Por el contrario, empezaban a sumarse proyectos exóticos como la academia en Kirguistán o el debut de Ambilight en la manga de la camiseta por unos 10 millones anuales, el último gran activo que quedaba por vender tras Spotify con los titles rights del Camp Nou y el frontal de la camiseta y la ropa de entrenamiento del masculino y femenino; Bimbo con la manga de chicos y chicas, respectivamente; Acnur bajo los dorsales, y Assistència Sanitària como main partner del polideportivo.

Nike-BLM: una decisión del área comercial con fuertes implicaciones económicas

Otro de los temas que podrían impactar de lleno en el presupuesto es el contrato de patrocinio técnico y la operativa del retail, donde todavía existe la posibilidad de vender el 49% de BLM a un inversor estratégico. Aunque Nike tiene contrato hasta 2028, la junta directiva azulgrana está intentando renegociar el acuerdo y, por lo publicado en medios locales, barajaría la posibilidad de rescindirlo. Las opciones son dos: firmar con otra marca –ya para 2025-2026– o diseñar in house todo el equipamiento deportivo del club a través de BLM, la compañía propia que explota el merchandising y las licencias del Barça. En 20222-2023 movió más de 100 millones de euros anuales, el doble que en la temporada anterior y genera beneficios, según datos extraídos de 2Playbook Intelligence, la unidad de datos e inteligencia de mercado de 2Playbook. Sin embargo, una decisión así traería numerosas y fuertes implicaciones.

Foto: Lewandowski pugna por un balón en el partido de ida. (DPPI/AFP7)

En términos de marca y legado, supondría romper una alianza con un gigante global del retail que ya suma un cuarto de siglo. Pero mayor podría ser el impacto en lo relativo al negocio comercial: una ruptura abrupta con Nike generaría en el Barça un agujero por cubrir de cerca de 80 millones de euros anuales, entre el fee fijo (50 millones) y la inversión comprometida entre marketing y royalties (30 millones) por todas las ventas en sus canales propios y la venta mayorista a cadenas como Base Detall Sport o Intersport. Y la posible indemnización que debería asumir si opta por una rescisión anticipada de cuatro años. En caso de acuerdo, Sport y Marca hablan de un signing bonus de más de 100 millones que debería periodificarse teóricamente durante todo el contrato, pero que la junta podría aprovechar para contabilizarlo en un solo año para solventar las potenciales desviaciones presupuestarias.

Corrección de la masa salarial: una bajada de difícil aceleración

Por la parte del gasto, una de las tareas principales del área económica que lideraba hasta ayer Romeu es corregir una masa salarial disparada. Tras el mercado invernal, el límite salarial que le otorga LaLiga al Barça se sitúa en 204,2 millones de euros, un 24% inferior al de verano, cien millones por debajo del tope del Atlético de Madrid y tres veces menor al del Real Madrid (727,5 millones). El club arrastra el no haber cobrado por la venta de Barça Vision con la que cuadró las cuentas de 2022-2023 y una masa salarial que aún no es del todo acorde a los ingresos, pese al fuerte recorte contemplado en presupuesto.

placeholder La plantilla azulgrana, en Montjuic. (Reuters/Nacho Doce)
La plantilla azulgrana, en Montjuic. (Reuters/Nacho Doce)

Bajo la coordinación de Olivé, y con la vigilancia de Romeu, el Barça presupuestó para 2023-2024 un recorte del 27% en la masa salarial (sueldos deportivos y amortizaciones por fichajes), hasta situarla en 492 millones. El tijeretazo es de 184 millones. Esta rebaja “está hecha”, aseguró Romeu en octubre. Se trataría de la primera vez que cae por debajo de los 500 millones, desde 2017-2018 tras alcanzar su pico precisamente durante la pandemia. Cabe recordar que parte de la limpieza en las secciones ya se cargó a las cuentas del último año, llevando al baloncesto a unas pérdidas récord.

En este punto, el Barça cambió el modelo de los contratos para cambiar los variables –al alza en el fútbol– para que se activen los bonus con títulos y no con pases de ronda en Champions, por ejemplo. En este plan general de ajustes no entra el fútbol femenino azulgrana, que conquistó Champions League y Liga F y alcanzó los 13,5 millones de cifra de negocio, casi dos millones por encima de lo presupuestado.

*Artículo publicado originalmente en 2playbook.com

“El presupuesto está garantizado al 95%”, aseguraba Eduard Romeu a principios de temporada. “El trabajo está hecho, el equipo económico acabará de ajustar los 200 millones que el club venía perdiendo en el pasado”, insistía ayer el ya ex vicepresidente económico del FC Barcelona, en un anuncio de despedida en el que no respondió a ninguno de los interrogantes sobre la viabilidad del club que siguen sin resolverse. ¿Se cumplirá el objetivo de cerrar 2023-2024 sin necesidad de ventas extraordinarias de jugadores o activos? ¿Se ha resuelto la ejecución de la venta de Barça Media o el riesgo sigue vigente? ¿Se ha evitado que se produzcan nuevas desviaciones en la masa salarial?

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