La rodilla de Courtois rompe a Florentino: tras la cortina de Mbappé, hay un Real Madrid desnudo

Cuando sonó el crac, algo más que el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda de Thibaut Courtois se rompió en Valdebebas. El Real Madrid perdía de golpe al jugador más importante de su actual plantilla a dos días del comienzo de LaLiga. El tiempo de recuperación, a la espera de cómo vaya el paso por quirófano que se producirá en los próximos días, se calcula para una vuelta en febrero o marzo, en los plazos más optimistas. El conjunto dirigido por Carlo Ancelotti debuta este sábado en la competición doméstica frente al Athletic Club, en un estadio como San Mamés. Y lo hace con una terrible losa en la espalda. Mientras todo el mundo espera a Kylian Mbappé, una vez se corre la cortina, lo que emerge es un Real Madrid desnudo, que arranca la temporada sin sus dos figuras esenciales en los pasados éxitos: Courtois y Karim Benzema. La base que edifica cualquier proyecto futbolístico, élite en las dos áreas.

Casualidades del destino, prácticamente a la misma hora del mediodía del jueves llegaron dos mazazos consecutivos para el madridismo. LeParisien informó de que Mbappé no saldría del Paris Saint-Germain este verano. El medio galo es la voz más oficialista de Doha en el asunto de Estado que es la posible salida del delantero francés. En dicha información, se aseguró que el propio Kylian había transmitido en una reunión al presidente del club, Al Khelaifi, que su única intención es cumplir el año de contrato que le queda y, el verano que viene, abandonar París. Es decir, exactamente lo mismo que ha repetido una y otra vez públicamente en el verano. En esta eterna partida de ajedrez, nada ha cambiado… salvo las urgencias del Real Madrid.

A 1.000 kilómetros de distancia, las lágrimas de Courtois en el entrenamiento madridista hacían presagiar lo peor. El Madrid no solo pierde al mejor portero del mundo, también echará de menos a un futbolista líder en el vestuario, a veces afeado por su facilidad para hablar ante los micrófonos sin tapujos —y sin ser demasiado comedido a la hora de criticar el nivel en el terreno de juego de sus compañeros—, pero que siempre ha dado la cara como un peso pesado.

Las oficinas del Santiago Bernabéu rastrean a contrarreloj el mercado para sustituir al portero belga. Andriy Lunin debutará como titular para Ancelotti en Bilbao, pero lo cierto es que la confianza del técnico italiano con el guardameta ucraniano es bastante escasa como número dos; de buque insignia, nada. La opción de David de Gea —pese a que su hipotética llegada a la capital recuerde, irremediablemente, al halo de comedia que supuso su frustrado fichaje en el verano de 2015 por culpa de un fax que no llegó— se antoja perfecta desde el punto de vista pragmático: es agente libre, su situación personal hace factible el acuerdo y ha defendido con solvencia la portería del Manchester United durante más de una década. Bono, Kepa o Mamardashvili, nombres que suenan con fuerza, implicarían negociación y traspaso.

Una plantilla debilitada que necesita a Mbappé

La versión oficialista del club blanco en todo el mercado veraniego ha sido la misma: la plantilla es la adecuada y se podrá competir. No se ha dudado en señalar la capacidad goleadora de Rodrygo como respuesta suficiente al adiós de Benzema, añadiendo que Joselu aportará más desde el banquillo que Mariano. El rombo diseñado por Ancelotti para sacar valor a sus activos (especialmente a Jude Bellingham, el único gran atractivo al que se aferra el aficionado madridista, necesitado de estímulos en forma de galácticos) no ha funcionado en pretemporada, sobre todo al alejar a Vinícius Jr de la banda, donde su desborde y electricidad hacen verdaderamente daño a los rivales. Carletto, en público, ejerce su cualidad más valorada en la zona noble del Bernabéu, la de ser un entrenador que no se queja y que asume las necesidades de la entidad sin airear los trapos sucios. Un hombre de estado. Pero esa ceja arqueada no engaña a nadie. Hay fisuras sin una gran estrella, más aún cuando tu jugador más determinante se podría perder toda la temporada. Courtois es un portero que no solamente salva puntos, también los gana. Su baja puede ser paliada, no curada.

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¿Se puede permitir el club blanco un año de transición hasta que Mbappé firme como agente libre —que no significa que llegue gratis, ni mucho menos—? Queda lejano el final del curso pasado, pero el Madrid todavía afronta la penitencia de una pasada edición liguera paupérrima en la que entregó el título con dos meses de antelación ante un Barça desaliñado y con más oficio que nivel, aunque arropado por la contabilidad creativa de las palancas mágicas.

Para Mbappé, el tren del Real Madrid tiene más frecuencia que el metro

El deseo, casi obsesión, de Florentino Pérez es tener a Mbappé como gran reclamo del nuevo Santiago Bernabéu. De ahí que esté dispuesto a olvidar todas las afrentas del pasado. Poca broma. Para el francés, el tren del Real Madrid no pasa una vez en la vida, tiene más frecuencia que el metro. El talento, reclamo mediático e importancia futbolística de Kylian es desmesurado como para que su sola presencia convierta una plantilla debilitada en máximo candidato a la corona europea (con permiso del actual campeón, el todopoderoso Manchester City de Pep Guardiola y Erling Haaland).

Por el camino se quedan opciones atractivas y de élite, como Harry Kane, viejo candidato a la delantera madridista que cada día está más cerca de recalar en el Bayern de Múnich, pese a sus eternas dudas de abandonar su Tottenham Spurs. Entre títulos y legado, el inglés todavía se lo piensa. Tampoco ha hecho demasiadas incorporaciones la Casa Blanca para reforzar sus cimientos: el regreso de Fran García o Brahim, la apuesta por el diamante turco Arda Güler —quien pasará por quirófano por problemas en su rodilla—… Jugadores que lucen interesantes para rellenar una temporada larga, pero de la misma manera que el adiós de Marco Asensio no fue traumático, estas llegadas no son ilusionantes. Mbappé es el todo o la nada. Y la rodilla de Courtois solo lo evidencia aún más.