El Sevilla regresa al lugar en el que fue feliz: Turín es la penúltima parada hacia la gloria

Es recomendable regresar en vida a los lugares en los que uno fue feliz. Turín es una ciudad que le trae muy buenos recuerdos a los sevillistas, precisamente en la Europa League. Allí ganó el Sevilla su tercer título continental, superaron su trauma y comenzaron su ascenso a los cielos. Ahora son el equipo que más veces ha ganado la competición (seis). Y buscan la séptima, aunque para ello tengan que superar la Juventus. Italia es la penúltima parada hacia la gloria.

Turín y Sevilla tienen más coincidencias de lo que parece. Los Salesianos, por medio de San Juan Bosco, nacieron en Valdocco (Turín). Y el primer colegio en España se fundó en Utrera (Sevilla). Todo apuntaba a que los sevillanos necesitarían ayuda de los santos para eliminar al Manchester United, pero les ganaron con un partido espectacular en la vuelta. Con la salvación virtualmente conseguida, la Europa League es el gran objetivo del club. Y lo que les salvaría las cuentas.

Si el Sevilla fuera campeón, se clasificaría automáticamente para la Champions y así tendrían solución muchos de los males que asoman. Con una plantilla cuyos jugadores tienen sueldos elevados -Rakitic, Navas, Suso o Lamela, por citar algunos-, la única solución sería vender para que cuadren las cuentas. Aunque el método Monchi ha fallado por primera vez, la séptima Europa League lo eclipsaría todo.

El palo en la Champions

Lo único positivo de la segunda etapa de Jorge Sampaoli en el club fue que el Sevilla pasó las eliminatorias de la Europa League, los dieciseisavos y los octavos. Es su competición fetiche y algunos lo llamarán fortuna, pero la historia no se compra. Y la Juventus tendrá que luchar contra ella para pasar a la final.

No ha sido la mejor temporada de los italianos, en general. La Juventus llegó a la Europa League tras ser tercera en su grupo, en el que sólo consiguió tres puntos y se clasificó por la diferencia de goles con el Maccabi Haifa. El PSG y el Benfica fueron rivales inalcanzables. Los males no acabaron ahí y eso fue la caja de Pandora, porque le quitaron 15 puntos en la Serie A por el Caso de las Plusvalías.

La sanción finalmente quedó en nada y la Juventus recuperó su posición en la Liga, en los puestos Champions. Sin embargo, se ha quedado muy lejos de su objetivo, alcanzar al Nápoles para arrebatarle el Scudetto. Sin premio en Liga, los italianos se aferran a la Europa League como un clavo ardiendo. Es su única manera de salvar una temporada pobre comparada con los últimos años.

El pragmatismo de Mendilibar

El Sevilla, por su parte, ha mejorado con Mendilibar porque es un equipo pragmático y que no se anda con rodeos. Lo peor en el fútbol es experimentar cuando no tienes tiempo. Y cuando sopla el viento, los malos en este caso. Sampaoli quería jugar con los centrales, pero allí no estaba Piqué para sacar la pelota. Tampoco Busquets para darle continuidad. Se puede soñar con ser como Guardiola, pero no era ni el de Hacendado.

El objetivo es conseguir un buen resultado en Turín, porque el partido de vuelta es en el Sánchez-Pizjuán. Salvando las distancias, es en la Europa League lo más parecido al Bernabéu en la Champions. Su afición empuja como ninguna y de eso en parte depende la clasificación para la final. Sevilla será una caldera para recibir a los italianos.

El fútbol es tan imprevisible que el peor Sevilla de la última década, que llegó de cara lástima a Europa League, tiene en su mano llegar a la séptima final de su historia para poner el broche de oro a una temporada para olvidar. La gloria, realmente, está reservada para aquellos que tienen historia. Y los sevillistas tienen, y mucha.