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Ni la lona de Laporta ni la culpa para el árbitro: el Barça perdió porque va justito
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Koeman se quejó amargamente

Ni la lona de Laporta ni la culpa para el árbitro: el Barça perdió porque va justito

A pesar de las reiteradas quejas de Ronald Koeman al finalizar el encuentro en Valdebebas, los problemas del equipo azulgrana no se pueden esconder tras la figura de Gil Manzano

Foto: Leo Messi camina cabizbajo y desesperado durante el partido ante el Real Madrid. (EFE)
Leo Messi camina cabizbajo y desesperado durante el partido ante el Real Madrid. (EFE)

El Barça se estampó en Valdebebas y pagó muy caro sus errores defensivos en la primera parte. Después de 19 partidos sin conocer la derrota -desde el 5 de diciembre en Cádiz- el Real Madrid apagó la euforia culé. Las quejas sobre el arbitraje de Gil Manzano después de la polémica jugada en la que Mendy tocó a Braithwaite en el minuto 84’ son válidas y alimentarán las tertulias, pero tampoco se debería perder de vista que el mejor azulgrana fue Mingueza mientras que Dembélé pasó sin pena ni gloria y se fue al banquillo, Pedri apenas apareció, Griezmann fue suplente y lo mejor que hizo fue dejar pasar una pelota para que el defensa marcara, y Messi terminó temblando de frío y sumando su séptimo clásico consecutivo sin ver puerta.

placeholder Los jugadores azulgranas forcejean con Eder Militao durante el encuentro. (EFE)
Los jugadores azulgranas forcejean con Eder Militao durante el encuentro. (EFE)

Cada vez que el Barça se ha encontrado a un rival con cara y ojos esta temporada ha besado la lona. Esa es la realidad. La incógnita es si con lo que hay, con un Atlético que parece estar en barrena y que hoy juega ante el Betis sin Luis Suárez ni Llorente y un Real Madrid que se juega el pase a semifinales de la Champions en tres días y no está para trotes en dos competiciones, el varapalo de perder en el Di Stéfano quedará en una anécdota.

Pero la realidad es que el Barcelona no pudo con el Madrid y que durante toda la semana previa se repitió como un mantra que ambos equipos llegaban en el mejor momento cuando los de Koeman firmaron su peor partido en dos meses, el último ante el Valladolid. Los culés vivían en una nube hasta que llegaron a la Ciudad Deportiva y pisaron el suelo con una defensa de tres centrales que hizo aguas ante un Madrid que chutó cuatro veces a puerta en la primera parte, marcó dos goles y con Valverde enviando un chut al palo. Y luego fueron incapaces de remediarlo en la segunda parte por mucho penalti que no pitara Gil Manzano.

placeholder Jesús Gil Manzano muestra una cartulina amarilla en el partido entre el Real Madrid y el Barcelona. (EFE)
Jesús Gil Manzano muestra una cartulina amarilla en el partido entre el Real Madrid y el Barcelona. (EFE)

El Barça va justito y el argumento de la conspiración no debería colar. Hasta Koeman, que vio una amarilla por protestar, y se marchó de malas maneras de la entrevista de Movistar+ nada más terminar el partido, acabó reculando. Primero dijo: “Si eres del Barcelona estás caliente, estás descontento. En la primera parte no estuvimos bien ni atacando, ni defendiendo. En la segunda mejoramos. Sólo pido del arbitraje acertar decisiones porque era penalti y el tiempo extra de solo fue de cuatro minutos. El penalti es clarísimo y no hay VAR y no sé por qué. ¿Tú has visto la jugada? Si no quieres mojarte, no te mojes”. Y adiós.

El colegiado no tapa los problemas del equipo

Pero minutos después, más sereno y en rueda de prensa, ante la pregunta de si creía que su equipo había perdido por culpa del árbitro contestó: "Tanto no quiero decir. La primera parte no ha sido buena, dejamos espacios para su contraataque, pero el penalti es clarísimo, lo ha visto todo el mundo. No entiendo a un linier que está a diez metros que no lo vea, puede ser que el árbitro tampoco, pero tenemos VAR para situaciones como ésta. Mejor no hablar más, lo hemos intentado hasta el último momento, pero pienso que merecimos mejores decisiones arbitrales”.

placeholder Karim Benzema celebra el primer tanto del encuentro ante el lamento de Koeman. (Reuters)
Karim Benzema celebra el primer tanto del encuentro ante el lamento de Koeman. (Reuters)

El ‘efecto Laporta’ tampoco fue suficiente. Después del golpe de efecto en la campaña electoral con la lona gigante enfrente del Bernabéu y el “ganas de volver a veros”, con la camiseta especial que el equipo estrenó con los colores de la señera, con la oportunidad de dejar a cinco puntos al Madrid a falta de ocho jornadas, el Barça perdió ante un rival sin Benzema, Kroos ni Vinicius que fueron sustituidos en los últimos minutos, con Ramos y Carvajal en la grada lesionados y Varane en su casa con coronavirus. Con la lengua fuera, vaya.

Que el mejor fuera Mingueza y que la buena noticia es que un chaval de 18 años, Ilaix Moriba, debutante en un Clásico, demostrara más carácter que sus experimentados compañeros en los 20 minutos que jugó incluyendo un balón que estrelló en el larguero en el 94’, también es para hacérselo mirar. Están a tiempo. Faltan 24 puntos por disputarse, pero este equipo da para lo que da y en Valdebebas se le escapó una oportunidad de oro. A Koeman, a los jugadores. No al árbitro.

El Barça se estampó en Valdebebas y pagó muy caro sus errores defensivos en la primera parte. Después de 19 partidos sin conocer la derrota -desde el 5 de diciembre en Cádiz- el Real Madrid apagó la euforia culé. Las quejas sobre el arbitraje de Gil Manzano después de la polémica jugada en la que Mendy tocó a Braithwaite en el minuto 84’ son válidas y alimentarán las tertulias, pero tampoco se debería perder de vista que el mejor azulgrana fue Mingueza mientras que Dembélé pasó sin pena ni gloria y se fue al banquillo, Pedri apenas apareció, Griezmann fue suplente y lo mejor que hizo fue dejar pasar una pelota para que el defensa marcara, y Messi terminó temblando de frío y sumando su séptimo clásico consecutivo sin ver puerta.

Leo Messi