La chispa de Correa y la vuelta de Koke alivian al Atlético de Madrid

Desde el 14 de diciembre, Koke solo había podido jugar un partido: la semifinal de la Supercopa de España ante el FC Barcelona. Forzó para estar en Yeda y pudo participar en ese partido. Salió desde el banquillo y marcó el primer gol, pero volvió a lesionarse. Desde entonces, el Atlético de Madrid no había vuelto a ganar. Hasta este sábado. El equipo rojiblanco venció al Granada por 1-0 y cerró esa racha negativa.

Pocas victorias más necesarias para el Atlético que esta. Los malos resultados del último mes habían provocado una crisis que incluso cuestionó al Cholo Simeone. Impensable hace poco, pero comprensible precisamente por culpa del argentino: ha colocado al Atlético en un nival tan alto, que lo que va de temporada parece un fracaso. La exigencia es enorme para un equipo que se considera a sí mismo candidato a todo.

El triunfo ante el Granada no es la solución a los problemas rojiblancos, pero es un comienzo. Contra el equipo andaluz volvió a mostrar que tiene un problema para transformar las ocasiones en goles y que le cuesta dominar. El Granada apenas inquietó a Jan Oblak, que respondió bien cuando tuvo que hacerlo, pero la escasa diferencia en el marcador hizo que cierto nerviosismo estuviera presente durante todo el partido en el Wanda Metropolitano. El Atlético no pidió la hora, pero no lo pasó bien. En otras temporadas, cerrar un encuentro así habría sido más sencillo.

Esta vez no lo fue, pero al menos ganó. Y ya es bastante viendo su último mes. La vuelta de Koke mejoró el juego. Simeone lo colocó más adelantado que de costumbre, en un rombo con Thomas en la base, Saúl a la izquierda y Marcos Llorente a la derecha. Ahí le dio velocidad al juego cuando le llegó el balón y se acercó al área, donde le regaló el gol a Ángel Correa en el minuto 6. Dos defensas del Granada le liaron en un saque de banda del Atlético y Koke aprovechó asistir al argentino dentro del área.

Correa lleva más de un mes siendo el mejor delantero del Atlético. Y ahora mismo, con Álvaro Morata lesionado y Diego Costa aún de baja, es el único. Contra el Granada le acompañaron Vitolo de inicio y más tarde Yannick Carrasco, ambos extremos. Él tampoco es un nueve, pero es el que más gol tiene de todos los que están sanos. Suyos fueron dos de los cuatro goles del Atlético en sus dos anteriores victorias en Liga, hace más de un mes. También el tercer tanto en la victoria ante el Barça en la Supercopa y el de la Copa del Rey en León.

El Atlético, por fin, se reencontró con la victoria. Falta le hacía. No eran importantes las formas, sino el resultado. Con la Liga imposible y fuera de la Copa, el objetivo debe ser ir recuperando sensaciones para lo que llega en once días: la ida de los octavos de final de la Champions League contra el Liverpool.