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Apuntes para ganar al PSG (y salvar el año): si el equipo no naufraga y Cristiano marca...
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se impuso a los donostiarras por 5-2

Apuntes para ganar al PSG (y salvar el año): si el equipo no naufraga y Cristiano marca...

Los tres goles del luso contra la Real marcan el camino de lo que debe ocurrir para que el club sobreviva a la gran prueba del año. Sigue faltando vigor, pero ante un rival débil la calidad es suficiente

Foto: Cristiano celebra uno de sus tres tantos. (Reuters)
Cristiano celebra uno de sus tres tantos. (Reuters)

El examen es el miércoles, el día para descubrir si el Real Madrid verdadero es el que gana con suficiencia a la Real Sociedad o el que no pasa de un mísero empate contra el Levante. Desde hace semanas, con la liga perdida, todo son ensayos de cara al gran estreno, el día 14 de febrero, cuando en el campo se enfrente el PSG y se sepa, de una vez por todas, sin la temporada es un abismo o hay motivos para seguir girando la rueda. Las últimas sensaciones son poderosas y son buenas por dos motivos. Jugaron los blancos algo mejor pero, sobre todo, vieron como Cristiano Ronaldo volvió a encontrarse con la portería. Y parece que en tiempos recientes está volviendo a las andadas. Tres goles son una bandera al cielo.

Es el mejor argumento posible para un equipo con carencias. Porque a los blancos, en las últimas temporadas, les salvó en numerosas ocasiones el hecho de tener gol. No siempre ha sido un equipo bien labrado, a veces solo era contundente porque su delantero estrella también lo era. Esa, por encima de cualquier otra, era la mayor tara de los últimos meses en el equipo de Zidane. A lo largo del tiempo todos habían fallado en alguna ocasión, tenían rachas buenas y malas. En Cristiano no existía eso, siempre acudía a la llamada del gol para salvar partidos y mantener al equipo en pie en los momentos menos buenos. Y cuando se ausentó, se notó.

Foto: Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez en la renovación del luso, en noviembre de 2016. (EFE) Opinión

La Real Sociedad, en todo caso, no es tan fiera como el rival que está por llegar. La teoría explica que no valdrá ante los parisinos un partido sin ritmo y que en todos los cruces habrá que entrar con vigor, algo que los donostiarras no ejercen. El Madrid tiene esta temporada un sorprendente problema de fuerza, sus jugadores parecen llegar al choque con la guerra perdida y el balón no se mueve a mucha velocidad. En algunos partidos, como en este, hubo ratos de dominio prolongado, pero nunca de dominio vigoroso. Los de Zidane se aprovecharon esta vez de una defensa rival no beligerante, sumada como siempre a la calidad técnica de algunos futbolistas. Cuando la bola pasa de Kroos a Modric y de Modric a Kroos el equipo está seguro, encantado de conocerse. Aunque no siempre sea a un ritmo alto.

No es del todo casualidad que no estuviera Casemiro, algo similar ocurrió ya en la goleada al Sevilla hace no tanto tiempo. Hay algunos equipos para los que no se necesita tanta salvaguardia, que el jugador defensivo quita más que suma. A Zidane nunca le ha gustado experimentar con la mera opción de quitar a un jugador que tiene muy buena fama pero no está haciendo un buen año. Y no ayuda precisamente a que el juego del Madrid coja ritmo. Su presencia ralentiza, porque no es rápido ni de pierna ni de mente, y en noches como esta de la Real Sociedad el equipo se puede construir perfectamente desde el balón y no desde el físico.

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Cristiano Ronaldo y Gareth Bale celebran el quinto gol del Real Madrid durante el encuentro correspondiente a la jornada 23 de primera división frente a la Real Sociedad en el Bernabéu. (EFE)

Ni Casemiro, ni Isco

La curiosidad de Casemiro es extensible a Isco. Esta semana se hablaba de él y de su aportación al equipo, en algunos círculos parece casi un sacrilegio dudar de sus actuaciones. Juega bonito y es español, que para ciertos paladares no es una cuestión menor sino principal. El caso es que desde diciembre, un desierto madridista, el equipo de Zidane solo ha ganado cuatro partidos con suficiencia: al Sevilla, al Deportivo, al Valencia y este contra la Real Sociedad. Todos ellos tienen un nexo y es que el malagueño no fue titular. Él puede recordar que tampoco estuvo contra el Barcelona, pero en todos los demás, los empates desesperantes y las victorias ramplonas, él apareció en los planes del técnico.

Puede ser casual, pero es poco probable. No es que Isco no juegue bien al fútbol, hace muchas cosas muy bien, pero hay algo en su juego que lastra al Real Madrid. Es un tema de velocidad, cuando él coge el esférico el tiempo se detiene y eso, que a veces es una bendición, en un equipo que vive a gusto con la velocidad es un error. Zidane esta semana le defendió tajantemente, recordó que es un pie de seda y que le tiene entre sus hombres. Nombrarle a él culpable, con el desbarajuste que ha sido el equipo este año, es un exceso, pero el dato está ahí, los partidos que el equipo gana con soltura él los ve desde el banquillo.

Foto: Zidane da instrucciones a Isco en el partido de Liga del Real Madrid contra el Eibar. (EFE) Opinión

En esta victoria cómoda, contra un equipo tembloroso, el Madrid volvió a ser mucho mejor en la primera mitad que en la segunda. Esto hace tiempo que dejó de ser una curiosidad estadística, es un patrón de fútbol, el equipo llega mal a la segunda mitad, pierde intensidad e interés. Si el partido está decidido, como era el caso en esta ocasión, aún la cosa se sostiene. Si no se han hecho los deberes la cosa se pone trémula.

La arquitectura del equipo es quebradiza y, sin embargo, todo es posible con Cristiano. Los tres goles contra la floja Real no son una conclusión, pero sí un síntoma. No le quedan muchos años de fútbol, es posible que nunca vuelva a ser un jugador constante, pero quien tuvo retuvo. Si el Madrid es capaz de alimentarle contra el PSG el espejismo de la victoria puede convertirse en realidad. Si el luso, extramotivado, encuentra la portería rival y no está ofuscado, las posibilidades de los de Zidane se disparan. Porque Cristiano es de ese tipo de jugadores, tan escasos, que puede desequilibrar la balanza.

Ahora, tendrá que estar él a tope y los blancos necesitará encontrar la manera de disimular sus carencias. No valdrá con 45 minutos, no será suficiente con un rato de Kroos y de Modric, y los jugadores tendrán que ir al choque sin excepción. La defensa no podrá despistarse y nada será suficiente si todos y cada uno no se dejan el alma. Y tampoco será posible si los goles de Cristiano no aparecen en la noche. El Madrid necesita mucho, pero eso es lo normal, se juega la vida en una sola carta.

Ficha técnica

5 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, Modric (Kovacic, m.63), Lucas Vázquez (Isco, m.63), Marco Asensio (Bale, m.73); Cristiano Ronaldo y Benzema.

2 - Real Sociedad: Rulli; Odriozola, Elustondo, Raúl Navas, De la Bella; Illarramendi, Zurutuza (Zubeldia, m.60), Xabi Prieto, Canales (Bautista, m.60); Oyarzabal y Juanmi (Guridi, m.82).

Goles: 1-0, m.1: Lucas Vázquez. 2-0, m.27: Cristiano Ronaldo. 3-0, m.34: Kroos. 4-0, m.37: Cristiano Ronaldo. 4-1, m.74: Bautista. 5-1, m.80: Cristiano Ronaldo. 5-2, m.82: Illarramendi.

Árbitro: Hernández Hernández (colegio canario). Amonestó a Carvajal (49) por el Real Madrid; y a De la Bella (47) por la Real Sociedad.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 23ª jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 63.811 espectadores. 

El examen es el miércoles, el día para descubrir si el Real Madrid verdadero es el que gana con suficiencia a la Real Sociedad o el que no pasa de un mísero empate contra el Levante. Desde hace semanas, con la liga perdida, todo son ensayos de cara al gran estreno, el día 14 de febrero, cuando en el campo se enfrente el PSG y se sepa, de una vez por todas, sin la temporada es un abismo o hay motivos para seguir girando la rueda. Las últimas sensaciones son poderosas y son buenas por dos motivos. Jugaron los blancos algo mejor pero, sobre todo, vieron como Cristiano Ronaldo volvió a encontrarse con la portería. Y parece que en tiempos recientes está volviendo a las andadas. Tres goles son una bandera al cielo.

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