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Zidane, el entrenador que no tiene "necesidad de preparar nada" contra el PSG
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llega la real antes del examen definitivo

Zidane, el entrenador que no tiene "necesidad de preparar nada" contra el PSG

El técnico madridista, en su momento más delicado desde que debutó, se ciñe al libro del tópico, intenta hablar solo del partido contra la Real Sociedad e insuflar normalidad en una temporada fallida

Foto: Zidane, en una reciente rueda de prensa. (EFE)
Zidane, en una reciente rueda de prensa. (EFE)

"Vosotros siempre habláis en negativo y yo en positivo, no está todo mal". Zinedine Zidane está ahora considerablemente más incómodo delante del micrófono de lo que estuvo en otros tiempos. Es humano. En los momentos malos la relación con la prensa se tensa, es algo tan antiguo como la propia convivencia de entrenadores y periodistas. El técnico, de algún modo, está obligado a ver lo positivo aunque en el caso del Real Madrid de fútbol sea altamente complicado. Porque a veces, a pesar de lo que diga Zidane, no es una cuestión de cómo se ven las cosas sino de los fríos datos. Una eliminación en Copa, una distancia sideral en Liga... y el miedo en el cuerpo ante la llegada del Paris Saint Germain, a efectos prácticos el primer escalón de la única salvación posible a esta temporada, la Champions League.

Zidane no ha dirigido en ningún sitio que no sea al Real Madrid, pero los resortes de entrenador los tiene bien aprendidos. En el horizonte hay un encuentro decisivo, pero antes está la Real Sociedad y hará todo lo posible para que nadie hable de lo importante y se centre en el encuentro del domingo. "Tenemos tres puntos en juego y eso es lo que queremos. Primero la Liga y luego la Champions", comenta como el chico aplicado que se sabe la lección. No hay entrenador que se salga del guión.

Foto: Zidane da instrucciones a Isco en el partido de Liga del Real Madrid contra el Eibar. (EFE) Opinión

Quizá peor, aunque pueda ser involuntario, es el comentario sobre la necesidad de un plan específico para ese encuentro del PSG. "No tengo necesidad de preparar nada. Sólo quiero que seamos capaces de hacer durante 90 minutos lo que sabemos de hacer. Ahora estamos centrados en la Liga y no quiero que estemos pensando en el PSG. Toda la semana ha ido muy bien". Si en el fútbol hubiese encuestas de popularidad, como ocurre en la política, Zidane estaría en mínimos históricos. El comentario que habla de la poca tecnificación de su trabajo, o directamente de que se ensaya poco, está presente en tertulias, en la grada, en los medios... y él, lejos de ahuyentarlo, se saca de la manga una frase que no a todos gustará. Porque lo que ha quedado claro a golpe de resultado adverso es que el Real Madrid necesita muchas cosas, y un poco de preparación no le sobraría.

El Real Madrid se encuentra en ese punto en el que todo parece salirle mal y eso hace que el análisis sea complejo. En un afán por personificar, a veces absurdo, cada semana hay un jugador diferente -además del técnico, ese siempre- causante del descalabro. Esta semana ha tocado el runrún con Isco, que en otros meses parecía lo único salvable del equipo. Zidane, que algunos aseguraban que había dejado de confiar en él, en público apuesta si fisuras por el malagueño. "Yo quiero a Isco y quiero que se quede aquí toda la vida, porque me encanta y es muy bueno. Todo lo dicho es mentira".

No ayuda que, desde la vuelta de Bale, Isco haya tenido más tiempo de banquillo. El empuje del galés le ha relegado, aunque no es más que la materialización de los deseos expresados previamente por el técnico, si todos están sanos jugarán Bale, Benzema y Cristiano. Tampoco esto ha sido el antídoto y la pregunta, en este caso, es por Isco, que parece el banquillero de mayor jerarquía. Balones fuera: "¿Y qué pasa con demás? Un día vienes y preguntas por Isco, otro por Asensio, luego por Isco... Luego Ceballos... Somos un equipo y vana jugar todos. La dificultad más grande es la mía, que tengo que hacer el equipo".

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Soccer Football - FIFA Club World Cup Final - Real Madrid vs Gremio FBPA - Zayed Sports City Stadium, Abu Dhabi, United Arab Emirates - December 16, 2017 Real Madrid’s Karim Benzema and Cristiano Ronaldo REUTERS Amr Abdallah Dalsh

Las dificultades de Benzema y Cristiano

La dificultad de confeccionar un once está ahí siempre para el entrenador, pero el mismo problema puede darse por fenómenos completamente contrarios. El año pasado, Zidane tenía complicado conseguir un equipo titular porque todos los jugadores reclamaban su espacio; esta temporada nadie parece estar a la altura que marca la camiseta que llevan. Uno de los casos más sangrantes, titularísimo a pesar de todo, es el de Karim Benzema. "Él tiene la presión, como todos. Estamos todos en el mismo barco y todos sabemos que podemos aportar más. La situación al final depende de lo que hagamos en el campo". Le está costando dios y ayuda marcar gol y empieza a palidecer el argumento de su fútbol, porque tampoco está generando demasiado.

Los argumentos que cargan contra el francés también pueden extenderse a la teórica gran estrella del equipo, Cristiano Ronaldo. Ocho goles en Liga, cuatro de ellos de penalti. Una sequía importante para un hombre cuya relación con la portería rival siempre fue de mucho amor y poco odio. Que le falta mordiente es obvio, ahí están los datos y Zidane, en una jugada de funambulista, exclama que quizá esa mala racha sea buena para lo que está por venir. "Quizás por esto, ahora mismo está más motivado que nunca y con ganas de demostrar cosas. Siempre ha demostrado que está en las grandes citas. Cristiano siempre cumple en las grandes citas". El luso cumplió el lunes 33 años y esa cifra ya no va a decrecer. Lo que se está viendo puede ser una mala racha o un declive. A su favor, los datos de la Champions hasta el momento son magníficos e igual es un tema de competición, algo que sería digno de programa de sucesos paranormales ¿por qué en Europa sí y en España no?

Foto: Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez en la renovación del luso, en noviembre de 2016. (EFE) Opinión

En estas situaciones de fallo multiorgánico antes o después se recurre al argumento de la psicología. Porque si el balón no entra igual el problema no es de destreza o de físico, sino de cabeza. La portería que se estrecha, el portero que se agiganta... el mundo conspirando contra los propios. "Es una mezcla de todas estas cosas. Cuando las cosas van bien influye todo y cuando van mal, también. Hay que intentar ser regulares. Este año no hemos ganado diez partidos seguidos y eso es un problema, pero hay que pensar que faltan buenos partidos y lo que tenemos que pensar es que podemos dar la vuelta a todo esto", explica Zidane.

A él le gusta señalar el partido contra la Real como el primero de esa remontada, pero en términos futbolísticos la única resurrección posible, la manera de convertir el amargor que acompaña a los aficionados blancos en alegría, pasa necesariamente por el miércoles 14 y la ida, en el Bernabéu, contra el PSG. Se prepare o no, se quiera o no, ese es el examen final.

"Vosotros siempre habláis en negativo y yo en positivo, no está todo mal". Zinedine Zidane está ahora considerablemente más incómodo delante del micrófono de lo que estuvo en otros tiempos. Es humano. En los momentos malos la relación con la prensa se tensa, es algo tan antiguo como la propia convivencia de entrenadores y periodistas. El técnico, de algún modo, está obligado a ver lo positivo aunque en el caso del Real Madrid de fútbol sea altamente complicado. Porque a veces, a pesar de lo que diga Zidane, no es una cuestión de cómo se ven las cosas sino de los fríos datos. Una eliminación en Copa, una distancia sideral en Liga... y el miedo en el cuerpo ante la llegada del Paris Saint Germain, a efectos prácticos el primer escalón de la única salvación posible a esta temporada, la Champions League.

Zinédine Zidane
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