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Lopera se va del Betis con los bolsillos llenos y una cuneta llena de heridos
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tras 25 años en la vida del club verdiblanco

Lopera se va del Betis con los bolsillos llenos y una cuneta llena de heridos

Nadie quiere acordarse ya de aquel presidente que “le levantó” a Denilson al Barcelona y le prestó dinero al Real Madrid de Ramón Mendoza

Foto: En la imagen, Manuel Ruiz de Lopera. (EFE)
En la imagen, Manuel Ruiz de Lopera. (EFE)

Manuel Ruiz de Lopera ya es historia del Real Betis. Pasó página y no dejó indiferente a nadie, una frase que puede ser el perfecto epitafio deportivo de alguien que reinó y mandó en el histórico club de las trece barras verdiblancas, si no fuera porque en su recorrido dejó en la cuneta heridos, el corazón de muchos béticos desgarrado y la autoestima del viejo club de Heliópolis en los sótanos más profundos. Atrás quedó un Betis peculiar, campeón de Copa a toque de pandereta. 'don Manué' se va, pero con los bolsillos llenos.

La página se cerró la pasada semana en una conocida notaría del centro de Sevilla. Según adelantó 'El Pelotazo' de 'Canal Sur', Manuel Ruiz de Lopera se avino a razonar. También acordó 'don Manué' con la Fiscalía asumir la pena de seis meses de cárcel conmutable por una multa económica. Lopera, de esta manera, ha reconocido implícitamente su responsabilidad con este acuerdo, mientras responde a la indemnización equiparable a la renuncia del 31,38 por ciento de las acciones que dice esgrimir. Sí se le aplica un atenuante: el de dilación indebida por la eterna instrucción de un caso sangrante para los béticos, que comenzó el 10 de julio de hace ya siete años.

Lopera, según sus allegados, sonríe de puertas adentro, porque elude penas de tres años por apropiación indebida y dos años más por administración desleal. Elude como el jabón mojado de las manos de un niño una indemnización por todo este daño ocasionado de 3,6 millones de euros.

Nadie le daba gato por liebre

Y se va a su lustrosa casa del barrio de El Fontanal, un rococó estilo Chipiona, recibiendo 8,5 millones de euros, más la retirada de avales por un valor de 4 millones, así como no tendrá que reponer el millón y pico de euros a Luis Oliver del pago adelantado que el empresario navarro le hizo por la no venta del Real Betis, que esa fue la madre de todas las batallas al decir de la mayoría de los béticos.

A Manuel Ruiz de Lopera, que siempre presumió de ganar el primer millón de pesetas antes de los veinte años, nadie le daba gato por libre ni pipas de mango por caviar ruso. Y Lopera, que un día amedrentó a Manuel Chaves, el presidente de la Junta de Andalucía, “con echarle a la calle a sus béticos” si no reconducía su política de favores a su acera de Heliópolis, se ha tenido que tragar unos cuantos años de sapos y ver la de “desagradesíos” que tiene el fútbol. El mismo que compró a Denilson (30 millones de euros de los de entonces) levantándoselo al propio Barcelona, o el que le adelantó dinero al Real Madrid de Ramón Mendoza, ahora tiene más amigos que sus fieles de siempre, un grupo hermético de personas y parientes que jamás lo dejan solo y ven los partidos de 'su' Betis en la gigantesca pantalla de cine 3D que tiene en su casa.

El mismo personaje, único e irrepetible, que hacía de 'speaker' cada año en la presentación de sus nuevas figuras ante más de 30.000 personas, que jaleaban al Betis de sus sueños, “y no los fichajes comprados en un todo a cien del otro equipo de la ciudad”. En su lenguaje peculiarísimo, con diccionario propio, que un día, vísperas de un Betis-Kaiserslautern, aseguró en la comida con los periodistas, que unos directivos del equipo rival le habían asegurado que Hitler, Adolf, seguía vivo y estaba “escondido en un 'junker'...”. O cuando fichó al polaco Kowalczyk. Lo presentó, papel en mano, en la sala de prensa. Y cuando vio en el papel el nombre del susodicho, Wojziech, abrió sus ojos como ventanas, y le dio aquel folio endiablado a José León, el vicepresidente, para que éste lo pronunciara. Papelón.

Joaquín

El mismo Lopera que mandó a Albacete a Joaquín previo paso al fichaje del portuense por el Valencia. Joaquín llamó a su representante y éste, con el contrato en mano, le dijo: “Tú vete a Albacete por si las moscas”. El mismo Lopera de los dos contratos con los futbolistas que fichaba. Uno en A, el federativo, el otro en B, el de la guita negra. Ese que Lopera no dudaba en pagar con abrazos al jugador que hacía goles y era encumbrado por los béticos, y jamás pagaba a los que, por diversos motivos, no triunfaban en Heliópolis.

El mismo Lopera que guardaba bajo llaves en su domicilio hasta las camisetas de los entrenamientos y anotaba con lápiz los desperfectos en la posterior devolución. El Betis en su época tenía ojos y oídos en todos los rincones. Todo le llegaba a 'don Manué'. Era el Betis de Jarni, Finidi, Denilson, que llegó a una final de Copa y la perdió por los pelos ante el Barça de Figo y Joan Gaspart. El que le dio la felicidad más inmensa fue un Betis de Lorenzo Serra Ferrer, con Joaquín como estandarte, que ganó la ansiada Copa en 2005, ante Osasuna. Ese fue el mejor verano que vivió como bético Ruiz de Lopera, cuando paseó el título por todos los confines verdiblancos, incluyendo la boda de su príncipe de El Puerto Santa María. Para eso están los presidentes y los amigos.

Del Nido

Porque a sus enemigos, ni agua. Y si son sevillistas, peor todavía. Pueden dar fe de ello Luis Cuervas, Rafael Carrión o José María Del Nido, al que le colocó un busto loperiano como compañero de palco en una eliminatoria de Copa.

Todo eso ya es historia. Atrás quedó el mal sueño que le endilgó la jueza Alaya, que le desmontó la tienda que tanto le costó edificar, un mal día de 2007. Pero es que antes, uno de los 'amigos' de Lopera le dio el chivatazo: “Manolo, que van a por ti”. Y don Manuel llamó a Luis Oliver y vendió con prisa estomacal el Real Betis (el 51 por ciento de las acciones) por 16 millones de euros, recibiendo como adelanto 1.100.000 euros. El resto no dio tiempo de cobrarlo. Llegó la señora Alaya, la jueza, y desmonteró a los personajes, echando a tierra el garito.

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Lopera ya es historia. Se retira al Fontanal y a seguir contando sus batallas a su gente. El barco verdiblanco ha partido sin él. Reconoce que se pasó de frenada ante notario. Ahora, el Betis será de los béticos. O eso aseguran.

Manuel Ruiz de Lopera ya es historia del Real Betis. Pasó página y no dejó indiferente a nadie, una frase que puede ser el perfecto epitafio deportivo de alguien que reinó y mandó en el histórico club de las trece barras verdiblancas, si no fuera porque en su recorrido dejó en la cuneta heridos, el corazón de muchos béticos desgarrado y la autoestima del viejo club de Heliópolis en los sótanos más profundos. Atrás quedó un Betis peculiar, campeón de Copa a toque de pandereta. 'don Manué' se va, pero con los bolsillos llenos.

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