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El Messi más democrático devuelve al Barcelona el papel de principal favorito
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El Messi más democrático devuelve al Barcelona el papel de principal favorito

Con un derbi de color rojiblanco y una manita culé en San Mamés, todo parece de color blaugrana. Partidazo de Messi para poner al Barça a uno del Madrid

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Hace un mes, algo más para ser generosos, las tertulias de bar hablaban de la victoria indudable del Real Madrid en la Liga; los más optimistas les daban como ganadores del Triplete. Los más agoreros hablaban de un Barça fuera de Europa, con una directiva saliente agotada y una estrella apagada. Ahora, con un derbi de color rojiblanco y una manita culé en San Mamés (2-5), todo parece indicar absolutamente lo contrario. Algunos lo llaman la belleza del fútbol, otros lo llaman la voluntad de Leo Messi, que ha puesto al Barcelona a un punto del líder.

Ahí abajo, en el césped, hay un reino que tiene un rey gobernante y ejecutante, y unvalido que como ocurría en los años del romanticismo, hacía todo aquello que el monarca no podía o no quería hacer. En el caso del Barcelona, Sergio Busquets hace lo que no puede hacer Leo Messi. Y así se produce ese Estado del Bienestar, que suena tan escandinavo y maravilloso, en el que viven los culés desde hace unas semanas. Messi era déspota por naturaleza. No es un insulto o una crítica, significado se les aplica indiscriminadamente a los gobernantes de la Ilustración, al contrario. A Messi le gustaba hacer todo él y todo bien, y lo hacía bien porque es mejor que el resto de los mortales con un cuero en los pies. Pero ya no.

Ahora Messi ha evolucionado hacia una democracia más participativa. Ya no gobierna para el pueblo –sus compañeros–, pero sin el pueblo, sino que lo tiene más en cuenta que nunca. Si el Barça ha mejorado ostensiblemente durante este año 2015 ha sido por la inestimable presencia de Messi en todo lo que ha hecho el Barça. Messi inicia por la derecha, como hacía en los primeros meses con Guardiola y siempre con Rijkaard, pero nunca se mantiene ahí. El defensor, ya fuera hoy Balenziaga o Laporte, tienen las mismas dudas que tuvieron Heinze y Metzelder el día que Pep se inventó al ‘Messi falso 9. ¿Le seguimos o nos quedamos? En una decisión intermedia, la natural, Messi se les escapa. Y entonces hace lo que le da la real gana, en el mejor sentido posible de la expresión.

Que eso lo podía haber hecho en todo el año y medio anterior en el que Leo estaba apagado, meditabundo y aburrido, sí. Pero después de tanto tiempo a un nivel tan bestia, un tiempo de relax le ha venido de rechupete para que las comparaciones con cualquier otro jugador sean irrisorias. Si Messi está a gusto, cualquiera está a gusto. Y el primero, el que está en el escalón por debajo en la jerarquía. Sergio Busquets es de nuevo Sergio Busquets. Es otra vez ese jugador que cuando un compañero la perdía aparecía de la nada para devolver la posesión a su dueño natural. El que apoya a Rakitic y Xavi cuando están agobiados, el que reparte el balón, el que pone el ritmo.

Y lo más importante, si Messi está bien, hasta Xavi parece tener cinco años menos. Incluso marca Luis Suárez, que tenía sus motivos para desesperarse. Eso sí, el pobre no se merecía los abucheos de la grada, más que nada por los agujeritos de los tacos de Etxeita que tenía clavados en la rodilla. El central se fue a la calle protestando y todo.

El Athletic Club es un equipo irregular con alevosía. Es capaz de perder contra el último cuando parece estar muy cerca de meterse en la lucha por la Europa League y de ganarle al quinto con holgura. Esa irregularidad se vio resumida en noventa minutos. Un inicio magnífico, intenso y por momentos agobiantes que hacían tambalearse el bienestar azulgrana. Y al poco, una apatía e incapacidad cuando estaban siendo dominados, momentos en los que dependían de manera asombrosa y triste de Aritz Aduriz. Y claro, Aduriz no puede hacerlo todo y menos contra un Barça delicioso. Y eso que hizo mucho: un gol y un casi gol que acabó en gol, que ante el Barça no es mal currículum.

Lo que le falta a este equipo para ser por fin fiable al ciento por ciento es recuperar la salida posicional que Luis Enrique no quiere desterrar del todo. Bien es cierto que el juego culé es algo menos paciente que de costumbre, pero la salida limpia desde la defensa es santo y seña y lo seguirá siendo hasta que no se cambie el estilo. Decía Guardiola a sus jugadores del Bayern que lo único que les pedía era que todos estuviesen juntos cuando se sacase el balón desde atrás. Todos agrupados, dando siempre opciones al portador de balón para que la pérdida del cuero no supusiera ningún peligro. Después, ya podían ser “más Bayern que nunca”. Es lo que le falta al Barça. No están en absoluto agrupados. Se la juegan siempre los centrales y los laterales y la mínima presión pone de los nervios a cualquiera.

Cuando el partido se pone nervioso, al contrario de lo que le pasaba al Barça antaño, el beneficiado es el equipo culé. Marcó Mikel Rico tras el rechace al tiro de Aduriz y el Athletic se envalentonó, el Barça se puso nervioso y aparecieron los espacios, las idas y venidas y la emoción para el espectador. Y en la incertidumbre, Messi manda. Bueno, Messi manda siempre que quiere, a decir verdad. No marcó él, lo hizo De Marcos, pero el gol es prácticamente suyo. Y con 1-3, el nervio instaurado se mantuvo. El resultado fue equitativo al potencial goleador de cada uno de los equipos. Fue al final una manita y pudieron ser dos. ¿Dónde está la crisis? Está allí donde la escondió Messi.

Ficha técnica:

2 - Athletic Club: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga (Aurtenetxe, min.52); San José, Rico; Susaeta (Beñat, min.69), Unai López, Muniain (Gurpegui, min.77); y Aduriz.

5 - FC Barcelona: Bravo; Dani Alves (Adriano, min.69), Piqué, Mathieu, Jordi Alba; Busquets, Xavi (Rafinha, min.74), Rakitic; Messi, Suárez (Pedro, min.80) y Neymar.

Goles: 0-1, min.15: Messi. 0-2, min.25: Luis Suárez. 1-2, min.59: Rico. 1-3, min.61: De Marcos, en propia puerta. 1-4, min.64: Neymar. 2-4, min.66: Aduriz. 2-5, min.86: Pedro.

Árbitro: Antonio Miguel Mateu Lahoz (comité valenciano). Expulsó a Etxeita, en el minuto 75, con tarjeta roja. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Balenziaga, Unai López y Gurpegui, y al visitante Dani Alves.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima segunda jornada de la Liga BBVA disputado ante unos 50.000 espectadores en un San Mamés cercano al lleno.

Hace un mes, algo más para ser generosos, las tertulias de bar hablaban de la victoria indudable del Real Madrid en la Liga; los más optimistas les daban como ganadores del Triplete. Los más agoreros hablaban de un Barça fuera de Europa, con una directiva saliente agotada y una estrella apagada. Ahora, con un derbi de color rojiblanco y una manita culé en San Mamés (2-5), todo parece indicar absolutamente lo contrario. Algunos lo llaman la belleza del fútbol, otros lo llaman la voluntad de Leo Messi, que ha puesto al Barcelona a un punto del líder.

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