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El Bernabéu censura a Di María para después despedirle con algunos aplausos
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LA AFICIÓN INDULTA POR AHORA AL ARGENTINO

El Bernabéu censura a Di María para después despedirle con algunos aplausos

Carlo Ancelotti le perdonó al poco tiempo de acomodarse los genitales, pero el Bernabéu y los directivos no olvidan los desprecios del argentino

Foto: Di María fue sustituido ante el Granada (Efe).
Di María fue sustituido ante el Granada (Efe).

Carlo Ancelotti le perdonó al poco tiempo de acomodarse los genitales. El club le abrió expediente y días después lo cerró, pero no olvidó lo de tocarse después de haber filtrado su deseo de marcharse, reunión con el Mónaco incluida. La afición, crítica con el argentino en anteriores partidos antes de la escena subida de tono, esperaba para sentenciar al ahora interior y antes extremo. Pues bien, el seguidor blanco castigó al principio a Di María, para luego medio perdonar con tímidos aplausos cuando fue sustituido.

Ni los silbidos del principio, ni los aplausos del momento de ser sustituido sirven de referencia. No fueron mayoritarios. Es más, la masa ignoró al argentino, dejó que jugara y creen que el tiempo dictará sentencia. Di María estuvo participativo en ataque, pero más en defensa. Le toca cubrir la espalda de Marcelo, tal y como afirmó Ancelotti en rueda de Prensa y quedó comprobado en el césped. Cuando le tocó atacar llevó más peligro a balón parado que en estático, maniatado por las constantes subidas del brasileño y por el exceso de cupo que supone la presencia de Cristiano Ronaldo por esa zona, aunque el portugués abre huecos para las subidas de uno y otro.

Di María se siente seguro. Se lo traslada Ancelotti y está respondiendo con entrega y con cierta intermitencia en el juego de ataque. Olvidada la crisis que le supuso la pérdida de la titularidad con la llegada de Bale al once titular, el argentino sabe que su sitio está ahora haciendo las veces de tercer hombre del campo. No hay otra posibilidad.

El argentino no disfruta en esta posición, no es la que más le gusta, pero sabe que ahora mismo no hay otra opción. Sabe que no puede decir nada, algo que sí hizo en el partido ante el Olimpic de Xátiva o cuando se quedó fuera del once en algún partido liguero del mes de diciembre. "Se está acostumbrado a la posición, porque así lo hace con Argentina. Trabaja mucho", afirmó Ancelotti.

La situación nada ha cambiado y por la zona noble le ven como un jugador sustituible. Saben que llegarán ofertas por él y esperan el momento de plantear una operación que nunca llegará antes del mes de julio, es decir, que Di María no corre peligro de participar en alguna operación que pudiera aparece de aquí al próximo viernes, momento en el que se cierra el mercado de invierno.

Los gestos y su petición de ganar más dinero con un nuevo contrato (renovó en febrero) han sido la puntilla. Ahora le queda ofrecer trabajo y volver a analizar la situación cuando la temporada termine, pero ni el Bernabéu olvida, ni los directivos tampoco.

Carlo Ancelotti le perdonó al poco tiempo de acomodarse los genitales. El club le abrió expediente y días después lo cerró, pero no olvidó lo de tocarse después de haber filtrado su deseo de marcharse, reunión con el Mónaco incluida. La afición, crítica con el argentino en anteriores partidos antes de la escena subida de tono, esperaba para sentenciar al ahora interior y antes extremo. Pues bien, el seguidor blanco castigó al principio a Di María, para luego medio perdonar con tímidos aplausos cuando fue sustituido.

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