Di María continúa forzando su adiós al Real Madrid con un gesto obsceno a la afición

Ángel di María sigue opositando para su adiós al Real Madrid. La grada del Bernabéu le dedicó una sonora pitada en el momento del cambio tras un triste partido. El argentino, nicorto ni perezoso, y como ayer no tuvo ocasión de señalarse el dorsal y su nombre como ha hecho en anteriores choques, decidió llevarse las manos a sus genitales.De paso,miróal banquillo de Ancelotti y a una afición que censuraba el partido que había hecho. Con las manos amasando, así es como el ex del Benfica dio la alternativa a Gareth Bale. Ni más ni menos. El club le ha abierto expediente...el argentino alegará.

Después del encuentro, el argentino dio su versión de los hechos en Radio La Red asegurando que "no fue un gesto para nadie, me acomodé.Están esperando que haga algo para llenar" para luego asegurar que está en el foco de la prensa porque no le gusta "hablar, me gusta jugar y demostrar dentro de la cancha. Parece que los medioste quieren sacardel Madrid todo el tiempo.Higuaín hacía 20 goles por temporada tranquilamentey siempre decían que se iba". Para acabar, Di María no tuvo dudas a la hora de asegurar que Ancelotti "está de mi lado, estoy muy tranquilo". La mujer del argentino, por parte, habló a través de las redes sociales:"Ensuciarte es muy fácil, ¡hacerte bajar los brazos es imposible! ¡A mentes pequeñas y palabras insignificantes oídos bien sordos!Vergonzoso darle más importancia a tu 'acomodo' que a una gran victoria del Real Madrid. ¡Gente tonta si las hay!"

El gesto le ha costado al argentino la apertura de unexpediente, que terminará con una sanción económica (no deportiva). A Di María se le va a aplicar el reglamento de régimen interno, tal y como ha hecho en otras ocasiones ante diferentes actitudes de determinados jugadores. "El Bernabéu pitó porque era justo. Estábamos jugando mal y no vi ningún gesto en él. Le he dado la manoy después no sé lo que ha hecho. Puede ser que haya cometido un error, pero para mí no pasa nada. Si ha contestado al público, se ha equivocado", señaló Ancelotti tirando balones fuera.

Di María está sentenciado. Quiere marcharse y sigue forzando la máquina para precipitar un adiós que no se producirá antes del próximo 30 de junio, salvo un cambio brusco en la idea que mantienen los dirigentes del Real Madrid. El desencuentro entre el jugador y el club es total y absoluto, pero jamás se había atrevido a desafiar a presidente, técnico y afición de la manera que lo hizo en el momento de ser sustituido ante el Celta.

El argentino se enfadó con el club tras serle negada una mejora de contrato en el pasado mes de octubre. Tras un buen arranque de temporada, el argentino solicitó un cambio contractual cuando el vigente vínculo no había cumplido ni un año (había firmado en el pasado mes de febrero). La propuesta no fue aceptada, algo que molestó al interior.

Además, la negativa llegó acompañada con una pérdida de sitio en el once titular por la aparición de Bale. Di María se lo tomó como una orden interpuesta desde la zona noble por su petición. Ancelotti, sin embargo, en cuanto podía daba entrada al argentino en el once. Mientras, Di María se reunía en secretocon el dueño del Mónaco, esperanzado de que los dirigentes del Real Madrid le abrirían la puerta, algo que no sucederá salvo un inesperado cambio de planes en forma de una oferta que supere los 40 millones de euros.