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El deportista a seguir | El sucesor de Raúl que ha encontrado su segunda vida lejos de los focos
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | El sucesor de Raúl que ha encontrado su segunda vida lejos de los focos

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Max Meyer, en un partido con el Schalke. (Reuters/John Dime)
Max Meyer, en un partido con el Schalke. (Reuters/John Dime)

El deporte en general, y el fútbol en particular, suele tener grandes historias detrás. Algunas de las más llamativas son aquellas en las que jóvenes con no demasiado nombre aprovechan la primera gran oportunidad que les dan para demostrar que están listos para ser importantes. Pero, en ocasiones, las expectativas no se cumplen y algunos nombres en los que hay puestas muchas esperanzas no alcanzan lo que se espera de ellos. Aunque, a veces, hay segundas oportunidades.

Es bastante habitual ver cómo jóvenes promesas que apuntan alto terminan por quedarse en el camino. Primero, porque no es fácil llegar al más alto nivel; después, porque aunque se consiga, no muchos se mantienen; y, sobre todo, porque alcanzar tu gran objetivo de niñez cuando tu cabeza aún no está del todo amueblada, complica saber digerir el éxito. Ese cóctel puede ser peligroso y puede tener como resultado un tropiezo que, de no saber asumirlo, puede ser definitivo.

Foto: El 'Pocho' Román, con la camiseta culé. (Barça Atlètic)

Pero no es menos cierto que también hay muchos jugadores que son conscientes de que tienen que hacer su camino y que, en muchas ocasiones, es interesante dar un paso a un lado en busca de otras oportunidades. Es precisamente lo sucedido con el protagonista de esta semana, un jugador que estaba llamado a ser el sucesor de Raúl González y que, ahora, casi una década después, por fin, vuelve a sonreír... aunque en un segundo escalón: en el fútbol suizo.

Max Meyer estaba considerado como una de las grandes joyas de la cantera del Schalke 04. En las categorías inferiores del conjunto alemán, siempre destacó por ser uno de los delanteros más destacados, con un importante número de goles en su haber y, sobre todo, una manera de entender el fútbol que recordaba al delantero español. Inteligente en el campo, incansable en la presión y, sobre todo, el don de saber estar donde el balón iba a caer dentro del área.

Y los astros se alinearon para que, una vez que abandonó el Real Madrid, Raúl fichara por el Schalke 04. Tras toda una carrera siendo el líder del conjunto blanco, llegaba a Alemania dispuesto a vivir una segunda juventud... y tanto que lo hizo. En solo dos temporadas, dejó una huella indeleble con el conjunto alemán, donde anotó 48 goles en 98 partidos y logró levantar una Copa de Alemania y una Supercopa. Una leyenda que tuvo una despedida a su altura.

El conjunto alemán organizó un partido homenaje al madrileño que dejó una imagen para el recuerdo... y no solo de Raúl. Y es que, cuando al español dejó el campo, su sustituto en el campo fue Max Meyer, que también portaba el '7' a la espalda, número que decidió vestir tras el adiós del mito. No llegaron a jugar juntos, pero el momento de su debut le quedó grabado a fuego... y a tinta, pues no dudó en tatuarse en el antebrazo el momento más importante de su carrera.

Sin embargo, Meyer no logró consagrarse en el equipo y, a pesar de que tuvo algún que otro buen momento, no termino de explotar como se esperaba. Jugó seis temporadas en el Schalke 04, donde disputó 192 partidos y anotó 22 goles. De ahí, se marchó al Crystal Palace, al Colonia, al Fenerbahçe y al Midtjylland hasta que, a comienzos de la presente temporada, recaló en el Lucerna suizo. Lo que no sabía es que iba a tener un renacer goleador en el conjunto helvético.

En los trece partidos de liga disputados, Meyer ha marcado siete goles, consiguiendo la mejor racha anotadora de la historia del club. A pesar de ser señalado como el sucesor de Raúl e, incluso, llegar a jugar cuatro partidos con la selección alemana, ha sido ahora, a sus 27 años, cuando ha encontrado un club en el que vuelve a ser feliz. Y, sobre todo, en el que vuelve a disfrutar del balón. Muchas veces, dar un paso al lado es la mejor manera de encontrar aquello que te hace sonreír.

El deporte en general, y el fútbol en particular, suele tener grandes historias detrás. Algunas de las más llamativas son aquellas en las que jóvenes con no demasiado nombre aprovechan la primera gran oportunidad que les dan para demostrar que están listos para ser importantes. Pero, en ocasiones, las expectativas no se cumplen y algunos nombres en los que hay puestas muchas esperanzas no alcanzan lo que se espera de ellos. Aunque, a veces, hay segundas oportunidades.

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