La otra mancha de Enríquez Negreira: el amaño que eliminó al Nottingham de Europa
Estuvo presente en un partido en el que fue sobornado el árbitro principal, Guruceta Muro. Gracias a una polémica actuación, el Anderlecht se clasificó para la final de la UEFA en 1984
Europa no era más que un anhelo para España en 1984, aunque algunos ya fueran célebres en el viejo continente. Felipe González al margen, quizá Emilio Guruceta Muro fue el español más famoso de aquel año en Europa. Árbitro del colegio vasco, tuvo el honor de pitar el Anderlecht-Nottingham Forest, el partido de vuelta de las semifinales de la UEFA. En las bandas lo acompañaron dos jueces de línea, Crespo Aurré y Enríquez Negreira... el colegiado que acapara todas las portadas del momento. Esta es la historia.
El Nottingham Forest, equipo entrenado por el mítico Brian Clough, vivía los mejores años de su historia. Bajo el liderazgo del inglés, habían levantado la Copa de Europa dos años seguidos, en 1979 y en 1980. En 1984, el objetivo era ganar la UEFA. Todo estaba encaminado, porque los ingleses vencieron en la ida 2-0 al Anderlecht. Solo quedaba un partido para alcanzar la final. Ellos creían que tenían ventaja por los goles, pero eran los belgas quienes contaba con ayuda de verdad.
Un millón de francos belgas (24.800 euros). Ese fue el precio que Constant Vanden Stock, otrora presidente del Anderlecht que da nombre al estadio, pagó a Guruceta Muro para contar con ayudar arbitral durante el encuentro. Así lo reconoció el dirigente el 4 de agosto de 1997 ante la justicia belga. Aquel día, el colegiado pitó un penalti inexistente a favor de los locales y anuló por una presunta falta el gol que le daba al Nottingham la clasificación.
Actuaron a través de un intermediario
El Anderlecht fue, por supuesto, el equipo que pasó a la final tras ganar 3-0. "Hemos jugado contra 12", se quejó Van Breukelen, el portero del Nottingham Forest. A pesar del comportamiento arbitrario de Guruceta, Clough fue corriendo hacia él cuando terminó el partido para estrecharle la mano. Se sentían engañados, pero no tenían pruebas.
La UEFA inició una investigación tras la confesión del presidente que confirmó lo relatado: había existido soborno del Anderlecht a Guruceta Muro. El 22 de septiembre de 1997, el equipo belga fue suspendido por un año para las competiciones europeas y el presidente, de por vida. La primera de las sanciones nunca se cumplió porque el club recurrió ante el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) y le dieron la razón por un "error de forma".
La confesión del Vanden Stock no llegó por arrepentimiento. Este caso fue destapado por Jan Elst, un intermediario que se encargó de efectuar la operación con Guruceta por encargo del presidente. Él le entregó el dinero al árbitro en el Hotel Hilton de Bruselas después del partido. Al haber grabado las conversaciones, chantajeó durante mucho tiempo a Vanden Stock con hacer público el asunto. En una ocasión, le sacó 20 millones de francos belgas (360.000 euros) con la promesa de mantenerse callado. El dirigente era un multimillonario belga, propietaria de la marca de cervezas más importante del país.
El chantaje a Vanden Stock
La persecución de Elst a Vanden Stock acabó con el segundo en su casa, porque dimitió para dejarle su puesto a su hijo para ver si así se cerraba el asunto. Nada de eso. El intermediario intentó vender la historia en algunos periódicos, pero no tuvo éxito. Finalmente, denunció los hechos en el juzgado y la policía lo investigó. Ahí llegó la confesión del presidente, que fue interrogado e investigado con toda la seriedad de la justicia ordinaria.
Guruceta no pudo explicar su versión de los hechos, porque falleció en un accidente de tráfico el 25 de febrero de 1987. Sus linieres, Negreira y Crespo Aurré, negaron su participación, como también hizo el Colegio de Árbitros. "Crespo Aurré estuvo cerca de ir como testigo al juicio, pero no tuvo que hacerlo finalmente", confirman fuentes cercanas al excolegiado. La suerte se alió con ellos. La UEFA confirmó en septiembre de 1997 que el asunto había prescrito al haber transcurrido diez años desde el partido.
Europa no era más que un anhelo para España en 1984, aunque algunos ya fueran célebres en el viejo continente. Felipe González al margen, quizá Emilio Guruceta Muro fue el español más famoso de aquel año en Europa. Árbitro del colegio vasco, tuvo el honor de pitar el Anderlecht-Nottingham Forest, el partido de vuelta de las semifinales de la UEFA. En las bandas lo acompañaron dos jueces de línea, Crespo Aurré y Enríquez Negreira... el colegiado que acapara todas las portadas del momento. Esta es la historia.
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