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El Barça se la jugará en Nápoles: 'penaltito' y festival de ocasiones fallidas (1-1)
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Dieciseisavos de final

El Barça se la jugará en Nápoles: 'penaltito' y festival de ocasiones fallidas (1-1)

Los culés empataron en su regreso a la Europa League 18 años después. Zielinski marco para los italianos y Ferran para los locales. Hubo una tremenda pitada a Dembélé

Foto: Adama y Koulibaly. (Reuters/Albert Gea)
Adama y Koulibaly. (Reuters/Albert Gea)

18 años han pasado desde que el Barça compitió por última vez en la Europa League y el regreso no ha sido el esperado. El empate en casa frente al Nápoles (1-1) hará duro el encuentro de vuelta, aunque no todo son malas noticia. Si los goles fuera de casa siguieran valiendo doble, sería aún peor. El resultado es engañoso porque los culés compitieron bien. El tanto de los italianos fue obra de Zielinski y Ferran, cuya camiseta no tenía ni el logo de Nike ni el escudo, marcó para los locales.

El himno ya recordó por qué este era un partido raro. El cosquilleo al escucharlo no fue el mismo y tampoco el aspecto de la grada. Bajar un peldaño en la escalera desorienta a cualquiera, así que imagínense a este Barça. Jugadores como Pedri o Gavi, que no había nacido la última vez que el equipo jugó esta competición, jamás lo habían visto fuera de la Champions.

Esa mayoría de edad es el tiempo que permaneció Messi en el club. Al salir, se ha demostrado que él necesitaba al Barcelona tanto como el club a él. En Nápoles ocurrió lo mismo con otro argentino cuyo liderazgo fue fundamental para que el equipo lograra su único título continental (la Europa League en 1989). Ambas ciudades los encumbraron. Y les dijeron adiós por la puerta de atrás. Los paralelismos van más allá de la nacionalidad.

placeholder Piqué y Busquets. (EFE/Enric Fontcuberta)
Piqué y Busquets. (EFE/Enric Fontcuberta)

Un planteamiento sin novedades

El planteamiento del Barça no presentó novedades: apostaron por la posesión y por la presión adelantada, que al Nápoles le costó sortear en ocasiones. Para evitarla, fue clave la actuación de Fabián, del que Xavi debió quedarse prendado. Si el entrenador culé explicó la importancia del rondo hace siete años, el sevillano lo ejecutó en cada balón que le llegó: sólo dio uno o dos toques cada vez que recibió la pelota.

Adama demostró por qué el Barça necesitaba un jugador de sus características. En un oasis tan grande como la defensa italiana, su descaro fue fundamental para asaltar esa fortaleza. Insigne apoyó a Juan Jesús para evitar sus internadas y en muchas ocasiones lo consiguió. No obstante, su voluntad permaneció intacta. A veces es importante alimentarse de una fe inquebrantable.

Aubameyang, por su parte, dejó muestras de su velocidad. Hubo contragolpes y ahí emergió la figura del gabonés. Sin embargo, el partido se pareció en algunos instantes al patio del colegio. Y eso no benefició en nada al Barça.

placeholder Piqué busca la pelota. (EFE/Enric Fontcuberta)
Piqué busca la pelota. (EFE/Enric Fontcuberta)

Buen binomio Ferran-Aubameyang

Ferran jugó en la izquierda, aunque realizó sus habituales internadas hacia dentro. Sus combinaciones con Aubameyang quizá supongan el inicio de un buen binomio para los intereses del Barcelona. En una jugada, el gabonés le cedió la pelota y lo dejó prácticamente sólo ante el portero. Sin embargo, no marcó porque el control se le fue un poco y el remate se marchó alto.

El fútbol es tan imprevisible y, por ende, así de divertido. En la jugada siguiente, el Nápoles realizó un buen ataque y el balón llegó a Elmas. En un quiebro a Jordi Alba, parecido al que Di María le hizo a Puyol, la pelota la recibió Zielinski, que apareció desde la segunda línea. En primera instancia, su disparo lo rechazó Ter Stegen, pero el polaco atinó a la segunda.

El resultado al descanso fue injusto, pero el Barça no se desanimó. La ruta fue la misma en la segunda mitad, conscientes de que tarde o temprano les llegaría su oportunidad. Aunque el Nápoles es el equipo menos goleado de la Serie A, los locales estaban gozando de ocasiones de gol. El premio, sin embargo, llegó con fortuna.

placeholder Ferran y Fabián luchan por una pelota. (EFE/Enric Fontcuberta)
Ferran y Fabián luchan por una pelota. (EFE/Enric Fontcuberta)

Un penalti con fortuna

Adama centró en una jugada por la banda derecha mientras Juan Jesús lo defendía. El balón impactó en la mano del lateral del Nápoles en un acto totalmente fortuito. No obstante, al revisar la jugada en el VAR el colegiado señaló la pena máxima. Y Ferran empató el encuentro.

Aubameyang estuvo cerca de marcar un golazo y Ferran tuvo el tanto de la victoria sobre la bocina. En el resto del encuentro, los italianos hicieron gala de su defensa. También hubo tiempo para que el Camp Nou pitara a Dembélé al entrar. Y cada vez que tocó la pelota, aunque fue de los mejores de su equipo. La semana que viene se decidirá la eliminatoria en Nápoles. Quizá en el Diego Maradona tenga mejor recibimiento el francés.

18 años han pasado desde que el Barça compitió por última vez en la Europa League y el regreso no ha sido el esperado. El empate en casa frente al Nápoles (1-1) hará duro el encuentro de vuelta, aunque no todo son malas noticia. Si los goles fuera de casa siguieran valiendo doble, sería aún peor. El resultado es engañoso porque los culés compitieron bien. El tanto de los italianos fue obra de Zielinski y Ferran, cuya camiseta no tenía ni el logo de Nike ni el escudo, marcó para los locales.

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