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La pifia de Unai Simón y por qué Luis Enrique exige a los porteros jugar con los pies
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La pifia de Unai Simón y por qué Luis Enrique exige a los porteros jugar con los pies

Luis Enrique ha naturalizado el error porque defiende que el sistema de juego, incluido la participación del portero en la salida de la pelota y los apoyos, tiene que asumir riesgos

Foto: Unai Simón en un entrenamiento con la Selección española en la Eurocopa. (Efe)
Unai Simón en un entrenamiento con la Selección española en la Eurocopa. (Efe)

Es un portero para jugar bajo palos. De los denominados antiguos, que se siente más seguro ocupando el espacio de la portería, resguardado por un bloque defensivo, con sus reflejos y agilidad. Unai Simón es un gigante en la meta, metido en ella, en el fusilamiento. Pero Luis Enrique exige un portero moderno, que juegue con los pies, arriesgue y genere superioridad en el juego desde atrás. El error o la pifia en el partido contra Croacia fue algo más que un susto para los aficionados y también para el seleccionador. A pesar de que Luis Enrique, tras el partido, abrazara a Unai Simón en el vestuario en presencia del resto de compañeros.

Jugar con los pies es uno de los mandamientos en el estilo y filosofía que impone Luis Enrique a los tres guardametas (Unai Simón, De Gea y Robert Sánchez). El portero del Athletic ha tenido que adaptarse a una nueva forma de entender el fútbol. No tiene nada que ver con lo que entrena y practica con Marcelino García Toral. En Bilbao se juega a otra cosa distinta a la que propone Luis Enrique. El sistema es un bloque organizado, defensivo, compacto, que sabe esperar y tiene a Unai Simón protegido. El portero no asume riesgos con Marcelino. Con Luis Enrique hay que cambiar el chip y a Unai Simón todavía le cuesta asimilar el juego de pies.

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El fallo contra Croacia es grosero y preocupante por cómo se produjo. Era innecesario que Pedri hiciera esa cesión, de más de 40 metros, para iniciar el juego con Unai Simón. Pero Pedri, como el resto de compañeros, tienen grabado a fuego en sus cabezas que se apoyen en el portero, que le den continuidad y salida al juego desde atrás. Pedri le pegó fuerte a la pelota y Unai Simón tuvo un fallo clamoroso al que hay que buscar alguna explicación. Pudo ser un exceso de confianza, un despiste o le pudieron los nervios. También podría explicarse como una acción prescindible cuando el juego pide ir para delante y no para detrás.

Generar superioridades

Pero es la exigencia de Luis Enrique y el seleccionador asume la responsabilidad de que se haga este tipo de cesiones y apoyos con el portero. “Exijo a los porteros que creen superioridades en el equipo”, es la postura de Luis Enrique. Quiere generar ventajas con ello. Contra Croacia el precio de la cesión pudo resultar demasiado caro y muy cruel para Unai Simón. El vitoriano se rehizo del fallo con intervenciones de mérito en la segunda parte y en la prórroga, una de ellas con el marcador empatado a tres goles. Todas ellas debajo de los palos, en la línea de meta o sin salir del área pequeña, con reflejos y estiradas para atajar con las manos. Unai Simón destacó en lo que mejor sabe hacer. Reaccionar bajo palos, tapar con el cuerpo, los brazos, hacerse grande en la portería.

Nos vamos a tener que acostumbrar a este tipo de sustos porque ya van unos cuantos. En el último partido de preparación, antes de la Eurocopa, contra Portugal en el Wanda Metropolitano también hubo una acción que puso de los nervios a los aficionados y al seleccionador. Unai Simón se la jugó para hacer un recorte a Diogo Jota. El regate resultó forzado. A Luis Enrique le preguntaron tras el partido por la acción y sus riesgos: “Creo que Unai ha estado bien más allá de algún error. Es cierto que los errores de los porteros generan más nervios, pero a mí de Unai Simón me gusta mucho su personalidad. Un error o un posible fallo no le va a condicionar”.

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Para Luis Enrique es innegociable este asunto. Hay que jugar con el portero y, después de darle muchas vueltas a quién es el más completo y fiable, ha elegido a Unai Simón. Lo que no quiere decir que el portero del Athletic no tenga defectos en el manejo del juego con los pies y se pueda estar tranquilo con que no se va a volver a repetir. Lo que parece que prima por encima del resto con Unai Simón es su personalidad y el hecho de que es frío y no da síntomas de afectarle la presión. En esto es mejor que De Gea y que Robert Sánchez (todavía sin debutar con la Selección).

Naturalizar el error

“La presión no me puede nunca en el campo. Son cosas que tenemos que asumir. Hay errores y aciertos y la presión en su justa medida es buena”, es lo que comentó Unai Simón tras el partido contra Portugal en el que se le vio inseguro con los pies. Era un amistoso. Estamos ya en la Eurocopa, en las eliminatorias y un fallo te manda a casa. Pudo no tener remedio, pero el gol clave de Sarabia para empatar el partido antes del descanso y la reacción en la segunda parte hizo crecer a Unai Simón.

Luis Enrique ha naturalizado el error porque defiende que el sistema de juego, incluido la participación del portero, tiene que asumir riesgos. “Nosotros dependemos del portero para tener superioridad y en ese sentido estoy muy contento”, insiste el seleccionador. En Unai Simón ha depositado su confianza en los últimos once partidos seguidos que lleva como titular. No tuvo un excesivo trabajo en los tres encuentros de la fase de grupos (Suecia, Polonia y Eslovaquia), realizó una parada de mérito bajo palos y tuvo la fortuna de un balón al poste que le cayó en las manos en una acción de Isak y el fallo a portería vacía de Berg en el partido contra Suecia.

placeholder Unai Simón evita el gol bajo palos con una acción de reflejos en la prórroga contra Croacia. (EFE)
Unai Simón evita el gol bajo palos con una acción de reflejos en la prórroga contra Croacia. (EFE)

“Luis Enrique me ha enseñado a entender el juego. En el Athletic yo nunca había jugado con el pie de una manera fluida”, reconoció Unai Simón en una entrevista en Radio Marca durante esta concentración de la Eurocopa.

La figura del portero moderno

¿Se puede estar tranquilo con los riesgos que asume Unai Simón? Para el seleccionador es un asunto cerrado y asume las consecuencias negativas dentro de las funciones que tiene un portero moderno con un estilo de juego que propone llevar la iniciativa y desgastar al adversario con la posesión de la pelota. Con Luis Enrique, el guardameta tiene que jugar en corto con los centrales, abrir a los laterales y buscar un desplazamiento largo al espacio. Debe tener confianza y asumir riesgos, si es necesario, en regatear al rival que vaya a la presión. Porque, según Luis Enrique, se trata de esto. De superar con el apoyo del portero la presión del rival para generar superioridades.

No hay más que hablar para Luis Enrique. Quedó en un susto el fallo contra Croacia. Hay que seguir perfeccionando el manejo del juego con los pies. Lo hacen otros porteros, como se vio en el partido de octavos de final entre Bélgica y Portugal con un regate de Courtois a Cristiano Ronaldo. El belga dio la sensación de tener más aplomo y se la jugó en una situación de riesgo.

El seleccionador, como dice a sus jugadores y pese a sus nervios (que los tiene) cuando el susto ya no es susto, sino que cuesta un gol en contra, se mantiene firme. “El fútbol es un juego de errores. En el caso de Unai Simón creo que ha dado una lección a los profesionales y a los niños que quieren ser futbolistas. Ha hecho paradas increíbles y ha tenido la confianza que ya le conocíamos” es el mensaje más positivo y constructivo de Luis Enrique para proteger a su portero titular y restar importancia al fallo.

Es un portero para jugar bajo palos. De los denominados antiguos, que se siente más seguro ocupando el espacio de la portería, resguardado por un bloque defensivo, con sus reflejos y agilidad. Unai Simón es un gigante en la meta, metido en ella, en el fusilamiento. Pero Luis Enrique exige un portero moderno, que juegue con los pies, arriesgue y genere superioridad en el juego desde atrás. El error o la pifia en el partido contra Croacia fue algo más que un susto para los aficionados y también para el seleccionador. A pesar de que Luis Enrique, tras el partido, abrazara a Unai Simón en el vestuario en presencia del resto de compañeros.

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